Una España grande, rehecha a mandobles: todo un proyecto

Por Pascual Tamburri Bariain, 4 de octubre de 2013.

Castellanos y leoneses, navarros, aragoneses y catalanes, también los portugueses, los habitantes de los reinos medievales se sabían españoles. Mucho antes de las naciones y nacionalidades.

José Javier Esparza. ¡Santiago y cierra, España! El nacimiento de una nación. La Esfera de los Libros, Madrid, 2013. 480 pp. 20.90


Martín Maurel [José Luis Martín Gracia]. Isabel, la conquista del poder. Todos conocen a la reina, pero ninguno a Isabel. RHM Plaza y Janés, Barcelona, 2013. 688 pp. 17,90 €

Entre los ejemplos históricos de narraciones e interpretaciones de España dos de las más influyentes y prestigiosas han sido durante décadas la de don José María Pemán, y la de don Claudio Sánchez Albornoz. Ambos compartieron la idea de que España es el resultado de Roma, la cristiandad, los visigodos, la reconquista y la España imperial; y España tampoco se terminaría de entender sin el Descubrimiento o sin la Hispanidad. Por enemigos que se considerasen el uno del otro, hoy se verían mutuamente comprensibles y admisibles, y muy diferentes a la divulgación políticamente correcta de hoy, y no digamos a los planes de estudios impuestos y los libro de texto siempre zurdos además de cojos, en los que la idea histórica de España no tiene cabida seria mande quien mande.

José Javier Esparza en «¡Santiago y cierra, España!«, como antes en La gran aventura del reino de Asturias y en Moros y cristianos, ha llenado un hueco. Uno grande que se hacía sentir. Estábamos dejando que los divulgadores y docentes a los que en realidad la Reconquista no les interesa y hasta les ofende creasen en la conciencia colectiva la memoria de ese pasado. Esparza hace algo distinto: se limita a contar, y contar bien, como se cuentan las cosas cuando se quiere formar y no aburrir, qué pasó en España y a los españoles desde la espléndida victoria sobre los almohades en las Navas de Tolosa hasta que Isabel y Fernando cumplieron una misión de siglos. Y de ahí, del simple relato de las cosas, surge una identidad española única, unida y común. Con las Navas la amenaza musulmana desapareció para siempre de España. Era España la que iba en adelante a proyectarse al mundo.

Decía Fernando García de Cortázar este septiembre en ABC que «nada en la experiencia histórica de las naciones nos permite asegurar que España continúe siéndolo cuando lleguen a resolverse nuestros aprietos contables«. Es, desde luego, un error identificar España con una cuenta de resultados o exhibir ésta como bandera. Pero también lo es pensar que España es, sólo, una nación: la nación es un concepto moderno, en más de un sentido liberal, y resulta que como Esparza demuestra y recuerda –era ya hora- España es, existe, mucho antes de hablarse de naciones. Esta lección la debe tener en mente el lector interesado: no podemos, no debemos llevar al pasado nuestras taras conceptuales. Bastante dramático es que lo hagan los políticos, los periodistas y, ay, los historiadores del régimen. Un español del siglo XXI, para ser libre, debe saber cómo y por qué lo fueron sus abuelos del siglo XIII. El siglo de las Navas, de Sevilla, de Valencia, de Mallorca, de las Vísperas Sicilianas. Todo eso que Esparza nos cuenta con alegría, con conocimiento, con desenfreno se diría a veces y, cuando procede, con cierta mala leche.

Aunque para mala, mala, la leche de esa familia que Esparza ve nacer, crecer y triunfar, los Trastámara. Rama marginal de la Casa Real de Castilla y León, los Trastámara pasaron en poco más de un siglo de la bastardía a ser las figuras más poderosas de aquella Europa. Los Trastámara tuvieron en política un programa común desde su origen, el reforzamiento del poder real frente a la nobleza y el cumplimiento del viejo proyecto de restauración goda, recuperando la España perdida en el Guadalete, unida en todos los términos, reforzada y admirada. Es la España que, no por casualidad, construyeron Isabel y Fernando, Trastámaras ambos, y que la serie de televisión con guión de Martín Maurel ha hecho triunfar. No deja de ser sintomático que una España de crisis y autodeterminaciones tenga como personajes de éxito televisivo a … los Reyes Católicos.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 4 de octubre de 2013, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/espana-grande-rehecha-mandobles-todo-proyecto-131430.htm