Por Pascual Tamburri, 11 de octubre de 2013.
A la fuerza ahorcan. Así que esa mayoría silenciosa de españoles de todas partes, también de Cataluña, van a salir este 12 de Octubre a decir que quieren seguir siéndolo.
Muy molesto para la corrección política y muy incómodo para muchos políticos profesionales, pero a la vez muy real. Son millones en toda España los que sienten como propia la fiesta del 12 de octubre, y son cientos de miles en Cataluña los que se disponen a celebrarla precisamente cuando su Gobierno regional y los partidos independentistas querrían dar la imagen de una Cataluña unida para pedir su confusa y confusiva «consulta«.
Guste o no, y aunque pueda parecer un «coñazo» literalmente a algunos de los que profesionalmente viven de la nación soberana y han jurado defenderla contra sus enemigos de dentro y de fuera, España está de fiesta el 12 de octubre. Toda España, los españoles de todas las provincias y regiones, también los millones que han dejado el país buscando bien a su pesar un futuro mejor que aquí no parecía ofrecérseles, están de fiesta. Y lo están esas pocas decenas de miles que, después de todos los recortes y a menudo sin medios dignos para ello, cumplen bajo las banderas su juramento de defender España y el orden dentro de ella; por aburridos que puedan parecer a veces y según a quién sus actos y sus desfiles, que sorprendentemente siguen entusiasmando en las calles de la capital a los más jóvenes y los más sinceros.
No es que España tenga mucho que celebrar, habiéndose convertido en el país de Europa con más pobreza, siendo el país de la Unión con más paro y teniendo muchos problemas pendientes de resolver. Pero esta fiesta nacional llega en un momento en el que la economía, por angustiosa que sea, no es la peor parte de la situación. Es verdad que España se enfrenta a la pobreza y la desesperanza, y que lo hace liderada por una clase política desprestigiada gracias a la corrupción y sin el salvavidas de una Corona no menos afectada. Pero hay algo más grave y más urgente, de lo que Barcelona es símbolo y rompeolas: hay voces que se alzan pidiendo la destrucción del país, su troceamiento y la negación hasta retroactiva de su existencia. Y antes de recuperar el bienestar de todos y la credibilidad de los líderes parece llegada la hora de defender la unidad y la vida de la nación.
Lo que este 12 de octubre y desde él se dirimirá en Barcelona es quién y cómo le dice a Artur Mas y a todos sus socios de distintos tipos que hay una realidad secular llamada España cuya ruptura no sólo no cabe en las leyes, ni en la Constitución, ni en la voluntad mayoritaria del pueblo, sino que es innegociable e indiscutible. Que las cosas son así nos lo dice, entre otras cosas, la misma tendencia del pueblo catalán y de todo el pueblo español, que tiende a premiar en las urnas a quienes con más claridad y sin concesiones rechazan la deslealtad y la desigualdad queridas por los paladines de los nacionalismo sin nación.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 11 de octubre de 2013, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/fecha-para-poner-peras-cuarto-embaucador–131550.html