Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de noviembre de 2013.
Publicado en La Gaceta.
El pasado domingo 27 la AVT concentró a miles de personas en Madrid con ideas bastante claras que nadie se atreverá a decir que no comparte. «No queremos venganza, queremos justicia». Más claras eran aún las de Alcaraz y VcT, que pedían además garantías de que no continúa el “proceso de paz” iniciado por el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que las decisiones del Tribunal de Estrasburgo, y mucho más aún el modo en que se están aplicando a los terroristas en España, pueden dar la impresión de concesiones a ETA. Pasados ya unos días y sin el furor de los primeros momentos la impresión sigue siendo la misma. Y eso no es bueno para el Gobierno.
Un hecho objetivo, tras la sentencia y las excarcelaciones, es que Inés del Río salió sonriendo y sigue sonriendo, después de haber cumplido 26 años de cárcel de casi 4.000 que le correspondían por 24 asesinatos y muchos más crímenes. Sonríe Arnaldo Otegi. Sonríe Pernando Barrena. Y tienen razones para ello, porque el ministro del Interior, Jorge Fernández Díez, acepta que en muy breve al menos 50 asesinos etarras con miles de años de condena van a estar en la calle. ¿Qué quería ETA desde que se fundó y desde que ha tenido un brazo político, se llame Herri Batasuna, Sortu o Bildu? La vieja alternativa KAS, es decir la amnistía de sus presos, la autodeterminación de su ‘Euskal Herria’ con su posible acceso a las instituciones y al poder y lo que antes llamaban socialismo y ahora llamarán quizás ‘lucha contra los recortes’ o como quieran, pero que también tenía nombre en ruso y en chino. Y soltando asesinos damos la impresión de que eso se acerca.
En palabras de Regina Otaola, “ETA consigue lo que quería”. Y si es así, o al menos lo parece, ¿cómo no van a sonreír? Jorge Fernández miente al decir que “el Gobierno no puede hacer nada” Un Gobierno soberano puede aplicar o no una sentencia. Y en todo caso un cargo político que no esté de acuerdo con una medida política puede dimitir. Si la aplican es porque la aceptan. Si no dimiten es porque les gusta.
Mientras la España que denunció la traición de Zapatero y luego votó al PP se manifestaba en Madrid, el presidente Mariano Rajoy volvía de la boda en Barcelona del hijo del dueño de Planeta, José Manuel Lara, a la que asistió con Soraya Sáenz de Santamaría, Ana Pastor, Javier Arenas, Josep Piqué, Eduardo Zaplana, María Teresa Fernández de la Vega y hasta el mismo ministro Jorge Fernández, puede que cerca de Boris Izaguirre. Presentes allí, ausentes (o silbados) en la Plaza de Colón, dan la impresión de un divorcio entre los profesionales del PP –ahora acomodados en la buena sociedad- y sus bases. Si es más que una impresión, supongo que el omnisciente Arriola habrá calculado el precio de esto y de las sonrisas de los etarras.
ETA puede pensar que ha derrotado a este Estado ‘de Derecho’. Sus asesinos salen sin cumplir las penas. Bildu está en las instituciones, sube en poder y puede ser también primera fuerza en Navarra. Nadie ha suprimido la Transitoria Cuarta. Los independentistas son recibidos en las instituciones y en los partidos. Todo eso sin disolverse, sin entregar las armas, sin pedir perdón, sin cumplir las penas, sin pagar las indemnizaciones, sin rendirse. ¿AP, UPN o el PP nacieron para esto? ETA sí.
Por Pascual Tamburri Bariain, 10 de noviembre de 2013.
Publicado en La Gaceta.