Erasmus como excusa contra Wert el Malvado. ¡Viva la LOGSE!

Por Pascual Tamburri, 18 de noviembre de 2013.

José Ignacio Wert podía haberlo hecho mejor. Pero sus errores de imagen y forma no hacen bueno el pésimo modelo educativo vigente. Sólo se le ataca por ideología.

Cuando nació el programa europeo Erasmus tuvo como meta promover entre los universitarios que cursasen una parte de sus carreras en otro país de la Unión. No era, se nos insistía, para aprender el idioma, ni era, debería insistirse ahora, una especie de vacaciones pagadas. Pagadas muy relativamente, porque lo que pagaba Erasmus era la diferencia de coste de los estudios en un país y en otro. Luego vinieron, a la vez que la proliferación de pretendidas Universidades y que la masificación y devaluación de los estudios, esas ayudas complementarias, del Ministerio y de las autonomías, con lo que una estancia Erasmus pasó a convertirse en algo mucho más fácil, jugoso, cómo y quién sabe si rentable. Lo que puedo asegurar es que ni era para esto ni era así; era y es, eso sí, una experiencia espléndida si es realmente universitaria. Seguramente José Ignacio Wert, en vez de recortar y desrecortar, mal ayudado por otros departamentos del mismo Gobierno, podría haber entrado en el fondo del asunto, y haber explicado por qué la masificación y mediocrización de la enseñanza pública perjudica a todos, y especialmente a los que tengan menos medios económicos y menos base cultural y académica en sus familias.

Pero que el ministro Wert tenga un problema de imagen y de comunicación, y que tenga malos amigos demasiado cerca, no hace que no tenga razón. La crítica más extendida contra la nueva Ley educativa, crítica que comparten los sindicatos más subvencionados, los partidos más extremistas, los docentes que hacen propaganda de sus opiniones marxistoides en clase y los alumnos vieron la penúltima huelga sobre todo como tener un día más de holganza, es que la LOMCE «ha sido aprobada sólo con los votos del PP«. Parece que la conciencia democrática es reversible, que las mayorías populares valen sólo si coinciden con las ideas progres o nacionalistas, y la democracia es sólo tal si el resultado coincide con lo políticamente correcto. Especialmente, claro, si hablamos de educación y cultura.

Lo políticamente correcto es proclamar, como hacen muchos medios de comunicación y muchos representantes oficiosos y hasta oficiales de los afectados, que «la enseñanza pública no quiere resignarse y seguirá luchando para impedir que esta normativa se ponga en marcha el próximo curso«. Y para tan altos fines convocaron, todos juntos de la mano, muchas huelgas y manifestaciones. La idea que se transmite es, con muy pocos matices, sólo una: la LOMCE es mala para la educación española y es ilegítima de origen, y hay «mil razones» para luchar contra ella o contra la política educativa del PP, siendo legítimo todo lo que se haga, empezando por las huelgas, para detener los planes de Wert. Aunque sea con el voto de los representantes del pueblo. Precioso.

El problema es, claro, que señalar los defectos educativos de la LOMCE rechazándola de plano implica dar por buena, o al menos por mejor, la situación actual. Así que hemos de suponer que, más de veinte años después, nuestros huelguistas y manifestantes creen que la LOGSE (hijuela de la LODE) y la LOE (su nieta vigente) han creado una educación española mejor que la que había antes y mejor que la que puede nacer de la aplicación de la LOMCE. Que crea eso un político, un astronauta o un abuelo en su residencia, alejados de las aulas desde hace mucho, puede ser comprensible. Que lo crean los maestros y profesores que la viven, las familias que la pagan y los alumnos que la van a pagar el resto de sus vidas es un ejemplo nítido de prejuicio propagandístico e ideológico.

Por el lado docente, ideología, intereses mediocres, propaganda… y una cierta timidez: después de semanas y meses repitiendo consignas, poniéndose feas camisetas, voceando las bondades de la ley actual dentro y fuera de clase y pitando y caceroleando, sólo cuatro, repito cuatro docentes de ocho decenas fueron de verdad huelguistas. Una cosa es predicar y otra dar trigo, bien se ve. Por el lado discente, tengo ante mí un manifiesto convocando la huelga con faltas de ortografía, de la pluma de jóvenes bachilleres. Brillante resultado académico de dos décadas de estos principios educativos. No diré yo que la LOMCE sea excelente, porque peca de pacata, pero si ustedes quieren más de lo que tenemos luchen contra la reforma, luchen contra el ministro, y de paso contra la ortografía. Eso sí, que nadie se queje luego de lo que tiene en clase o en casa el resto de su vida.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 18 de noviembre de 2013, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/erasmus-como-excusa-contra-wert-malvado-viva-logse-132245.html