La Derecha, aunque derrocha su herencia, también existe

Por Pascual Tamburri, 6 de diciembre de 2013.

En España hay mucha gente de Derecha. Aunque ningún partido asume la etiqueta, son varios los que quieren esos votos. El malestar, que viene de más lejos que Parot, es muy peligroso.

Decir malestar, a estas alturas de legislatura, es poco decir. La salida del amigo Santiago Abascal del PP, mientras María Dolores de Cospedal habla abiertamente de «división», no es para tomársela a broma. Que todas las asociaciones de víctimas del terror –las no oficiosas, quiero decir- se manifiesten contra las políticas públicas de los mismos políticos que hace muy poco se manifestaban a su lado, y que lo hagan el día de San Nicolás, ahora de la constitución, tampoco es una broma. No, no es una broma. Hay, como decía el otro día Francisco José Contreras, una Derecha huérfana… huérfana al menos en España. Hay muchos parecidos entre la política de España y la de Italia. También muchas diferencias. La mayor, probablemente, es que pese a la Constitución en Italia hay una fuerte Derecha en la sociedad nunca del todo ausente de la política. Mientras que en la política española la misma palabra Derecha es tabú.

Tras las últimas elecciones municipales, el centroderecha conserva una gran presencia pero pierde poder, y parece dividirse en sus componentes originarios mientras se debaten las razones. Marcello Veneziani dice en Il Giornale que «la derecha en Italia no se ha desvanecido por haber sido demasiado de derechas; no ha caído por proyectos, empresas, ideas movidas por los propios colores. Ha muerto de anemia, se ha agotado porque ha querido ser neutra e incolora, …; no ha muerto de extremismo, sino de mediocridad«. Y el análisis sobre la derrota de aquel centroderecha no puede despreciarse para entender las encuestas de nuestro centro y la ausencia de nuestra derecha.

En Italia, los políticos de la derecha han naufragado por miedo: «A veces se han adecuado a la caricatura del berlusconismo, mimetizándose con su lado peor. A veces han buscado complacer a la izquierda, a los poderes que cuentan, a los medios hostiles… Temían perder el puesto, pero lo han perdido igual, y además sin gloria y sin la gratitud de sus electores de siempre«. Es decir, el votante con valores de Derecha (de una de las varias derechas) se ha sentido olvidado, traicionado, no suficientemente atendido, mientras que no se han conservado ni atraído otros votantes políticamente «correctos». Moraleja italiana: si uno se limita a hacer una política gris por miedo a ser uno mismo y a complacer a sus mejores votantes puede quedarse sin hacer lo que prometió y sin por ello conservar el poder.

Todas las derechas coinciden por ejemplo en ser contrarias al aborto. ¿Qué harán si el partido al que dieron sus votos conserva una ley de plazos y como mucho quizá ponga una ley como la del 85? Todas las derechas quieren una enseñanza de calidad, y casi todas en la línea de Wert, ¿qué harán si ni todo su partido apoya al ministro? O si en Navarra con dinero público en centros públicos se lleva la enseñanza del vascuence donde nunca se habló o hace siglos y a quien nunca lo habló, como vehículo además de una ideología nacionalista, colectivista y materialista, ¿es «navarrista», es españolista, es conservador, es «de derechas»? Porque se ha hecho con votos´ de derechas´, oh qué vergüenza.

Con una retórica de Centro, con unas políticas impuestas por la Izquierda, la Derecha interesa sólo por sus votos, que en España se dan por seguros y gratis. En Italia se debate cómo no derrochar ese variado capital político, social y cultural, que nunca desapareció del todo. En España hay que empezar por recordar que la Derecha también existe. Que nunca ha dejado de existir, por mucho miedo que de. Y que sin ella hay cosas que no se pueden hacer, por muy incorrecto que parezca. Es lo que está explicando en La Tribuna del País Vasco el amigo Fernando Vaquero, «Disidente por obligación«.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 6 de diciembre de 2013, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/derecha-aunque-derrocha-herencia-tambien-existe-132561.html