Demócratas desde Spencer Tracy a Parot y Snowden

Por Pascual Tamburri, 31 de diciembre de 2013.

Las leyes no son retroactivas. Al menos esa era la teoría constitucional hasta que en el siglo XX las democracias dijeron que había principios más importantes. Hoy sabemos que nos mentían.

Si el fin justifica los medios es una de las cuestiones más largamente debatidas en nuestra civilización. David Cameron lo dijo claramente, denunciar el espionaje a Europa y sus Gobiernos por los Estados Unidos «es convertir en mucho más difícil la protección de nuestros países y de nuestra población«. Así que defendemos las libertades, los derechos y todas esas cosas, además de la soberanía de nuestros países… ¿violándolos?

Es fácil recordar, como hacía el otro día el por lo demás siempre ameno Eduardo Goligorsky, que Edward Snowden se ha refugiado en Rusia. Porque es fácil ver poco afán por respetar la intimidad en el presidente Putin, pero al menos, ya que no engaña a nadie, no se le puede reprochar falta de honestidad. Pero ¿es honesto hablar de derechos y privacidades y permitir que violen la soberanía del propio país y la intimidad de sus ciudadanos y de sus Estados, y dejar incluso que organismos de esos Estados ´independientes´ colaboren en la violación?

Así que, para muchos, defender la Democracia implica violar ciertos derechos constitucionales. De manera que para ellos hay principios que están por encima de las leyes, principios que legitimarían las muertes alegales de Ben Laden, de Saddam Hussein o de Muammar el Gadafi. Curiosamente, muchas personas que defienden la prevalencia de indefinidos ´principios´ sobre la letra de las leyes han defendido lo contrario al aceptar con más satisfacción que resignación la salida de la asesina Inés del Río. No sólo asumen la retroactividad de las leyes, sino que además la aceptan cuando y donde les parece oportuno. Supongo que conforme a sus ´principios´. Y los ´principios´, al final, los define quien tiene el poder, de manera que por la vía NSA de defensa de la Democracia hemos vuelto a la anulación de la soberanía y a la arbitrariedad del Derecho. Magnífico.

Soy de la última generación que aún vio ´Vencedores o vencidos´ (Judgement at Nuremberg). En el ahorcamiento de Saddam Hussein o el posible asesinato con polonio de Yasser Arafat se aplicaron las mismas ideas que Spencer Tracy desarrolla al final de la película: aunque uno haya actuado conforme a las leyes vigentes en su país, aunque haya actuado en nombre y representación de un Estado independiente y soberano, hay unos ´principios´ de aplicación directa que se colocan porque sí sobre toda soberanía, toda independencia, toda ley, toda Constitución y toda Democracia. ¿Y qué principios son? El único verdadero y permanente es el del Poder y la Fuerza, ya que uno de los cuatro jueces principales de Nuremberg fue un general de la URSS, Yona Nikitchenko, que indudablemente tendría la legitimidad de la victoria y la fuerza, pero no la de la Democracia. Virtudes de la NSA fuera y de Parot dentro son haber reabierto, al menos en las mentes abiertas, este debate que nunca debió empezar.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 31 de diciembre de 2013, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/democratas-desde-spencer-tracy-parot-snowden-132942.html