Incapaz de cambiar, ansioso de creer, torpe para amar, el hombre hoy

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de enero de 2014.

Pasiones y ansias sin límites en personajes que viven sin meta y sin normas. Y es que la literatura actual refleja la falta de esperanza de una civilización que agoniza.

James Purdy. Habitaciones exiguas. Traducción de Marcelo Cohen. Piel de Zapa, Barcelona, 2013. 186 pp. 18,00 €.


Alessandro Baricco. Tres veces al amanecer. Nota del Autor. Traducción de Xavier González Rovira. Anagrama, Barcelona, 2013. 104 pp. 13,90 €.

Recordaba hace unas semanas Amando de Miguel que aunque hay egregios precedentes clásicos y medievales la novela como género literario nace con la imprenta, y en su primera generación se escribe para ser leída en voz alta en el círculo familiar más íntimo. Es una cuestión de precio, de educación y de medios, algo que va unido por ejemplo a la difusión primera de El Quijote. La novela contemporánea, ya desde el siglo XIX y desde luego en la actualidad, está escrita y pensada para ser leída individualmente, tiene un componente privado, íntimo, que ha ido creciendo con el tiempo y que hace algunas de las mejores novelas de nuestros días imposibles de leer en público, y mucho menos de leer en familia al modo tradicional, por distintas o no tan distintas razones.

James Purdy fue, en toda su obra escrita, duro, descarnado, cruel. Continuó en la segunda mitad del siglo XX la tradición narrativa inglesa del siglo anterior, y la liberó de todos sus límites estéticos, morales y sociales, conservando sin embargo el amor por las formas, por lo exquisito puesto en su caso al servicio de lo extremo y a veces también de lo sórdido. Piel de Zapa nos ofrece en una edición cuidada su ´Habitaciones exiguas´ donde la descripción de los sentimientos y actos prohibidos coexiste con una difícil ruta entre lo demencial, lo cómico y lo más sensible. Es un libro breve, duro, que es mejor mantener lejos de los niños y de las almas puras. Una novela alucinante y sin futuro, sin ninguna luz que llegue de lo más alto.

Buen contemporáneo y para nada hipócrita, Purdy coloca a sus personajes, Sydney, Roy y Gareth en este caso, sin límites para el amor, para el placer, para el dolor o para el sexo, pero a la vez progresivamente sin sentido, porque sus vidas y sus vicios no tienen más sentido que ellos mismos, no tienen nada que esperar. No valen leyes ni normas, porque el hombre moderno está solo, vive solo, muere solo aun cuando aparentemente esté en una tumultuosa fiesta.

Haría falta por lo menos un viejo jesuita de mente y lengua bífidas para ver la profunda religiosidad oculta en la obra de James Purdy, y muy en especial en estas Habitaciones exiguas, que si hubiese Índice lo encabezarían. Lo insólito es precisamente eso: que un recorrido tan despiadado por el fondo del alma y del vicio humanos se convierte en el mejor recuerdo de lo que falta en el mundo que Purdy cuenta sin tapujos: falta trascendencia, falta esperanza, se busca gozar aquí y ahora porque no hay mañana, se busca hacerlo a costa del dolor ajeno porque no hay verdadera amistad ni amor sin interés. Hay poder, hay, dolor, hay riqueza, pero no hay sentido: ¿no es acaso esta novela escandalosa una ventana a la realidad del mundo que vivimos, sin la cortina de la corrección política?

Los tres relatos de Alessandro Baricco reunidos en Tres veces al amanecer (publicados ahora por Anagrama) no son menos contemporáneos, pero tienen una dosis menor de amargura y de dolor, y una apertura –limitada, condicionada, moderna- a la sonrisa y la esperanza. En esta novela trípode, Baricco niega que los humanos cambiemos realmente en nuestras vidas, algo en o que Purdy estaría de acuerdo, pero niega también que todos seamos siempre y definitivamente egoístas, materialistas y oscuros. Hay un espacio para la fortuna, para lo casual y el azar, no sin injusticia pero no haciendo de la injusticia la columna vertebral de lo humano.

Son tres historias de fantasía pero sin desamor, nada convencionales, tampoco sórdidas. Es verdad, para Baricco somos los que somos, queramos o no, pero la trama de la vida no siempre termina en un pozo negro sin sentido. Baricco, como Purdy, es elegante con las palabras, exquisito en las formas, pero a su vez su libro puede ser leído sin contagiar tristeza y puede ser olvidado al alcance de los más jóvenes sin causar escándalo. Y es que lo contemporáneo, aunque con una sola y oscura raíz, es multiforme, como lo somos a nuestro modo todos nosotros. Lo que queda por decidir es dónde vamos; y eso quizá lo hagamos mejor pensando en lo que estas novelas nos hacen pensar, aunque a veces duela.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 24 de enero de 2014, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/incapaz-cambiar-ansioso-creer-torpe-para-amar-hombre–133361.htm