Por Pascual Tamburri, 24 de febrero de 2014.
Corruptos clamando contra la corrupción. Terroristas pidiendo la regeneración. Políticos profesionales exigiendo la renovación. Al final, no se investiga y Navarra va hacia unas elecciones.
Sigue el golpe de Estado parlamentario en Navarra. El martes 25, después de tres días de reuniones, la comisión parlamentaria creada para investigar las declaraciones de la ex responsable de Hacienda Idoya Nieves cita a la presidenta de la aún Comunidad Foral Yolanda Barcina. Sean ciertas o no las cosas dichas por Nieves, sean legales o no los actos atribuidos al Gobierno navarro de UPN, sabemos el resultado de la Comisión mucho antes de que termine sus sesiones. PSOE, IU y las varias siglas abertzales (que juntos reúnen la mayoría) dirán que la consejera y la presidenta pecaron gravemente y deben dimitir o afrontar una moción de censura. En todo caso, con el horizonte de unas elecciones anticipadas.
Para UPN, nada de lo hecho o dicho será nunca condenable. Y es que no se van a analizar de verdad esos hechos, sino que se habla de su impacto político. Una y otra vez, siempre es igual, Navarra se repite a sí misma, desde Gabriel Urralburu y la autovía hasta mangoneos, suciedades, enchufes y plebeyeces mucho más graves, caros y cercanos, que se consideran importantes o no según quién se beneficie. Barcina ha quedado atrapada en el Día de la Marmota foral.
Nieves dice que la consejera Lourdes Goicoechea presionó a la Inspección de la Hacienda navarra (de la que era superior jerárquica…) para beneficiar a antiguos clientes, para obtener un trato más leve para ciertos clientes, y cosas así. Algunas bastante feas, al menos si son ciertas. Desde luego, sería poco estético (aunque seguramente no ilegal) que se aliviase la presión a Volkswagen o a la Universidad de Navarra del Opus Dei. Pero la denunciante y sus altavoces políticos tendrían que actuar con la misma indignación y contundencia en todos los casos, para poder al menos levantar la voz con cierta legitimidad ahora. No digamos ya para convertir este caso en el cimiento de un hipotético cambio de rumbo político.
Del mismo modo que no se puede levantar la voz contra las corruptelas de la difunta Caja de Ahorros de Navarra si uno cobró y nunca devolvió comisiones de la misma CAN, o que no se puede cargar contra el truco contable de retrasar la devolución del IVA para cuadrar el déficit si uno hizo lo mismo estando en el Gobierno (en los dos asuntos, el caso del preclaro líder socialista Roberto Jiménez), no se puede exigir presión implacable a la Unav mientras se pide benevolencia para otros centros educativos, para defraudadores fiscales millonarios como Osasuna, para ciertos hosteleros amigos, para ciertos constructores. ¿Se puede estar indignado con el Gobierno de Barcina mientras se calla el fracaso de la antes ejemplar, progre y megasubvencionada Kukuxumusu y su venta a Ricardo Bermejo, que se ha hecho empresario con las concesiones de la CAN y sus empresas durante el mandato que nadie critica de Enrique Goñi en tiempos de Miguel Sanz y de las dietas no devueltas? Pero no serán coherentes, sino que repetirán su papel político, sin pudor, una vez más. Es el Día de la Marmota.
Lo que se debate ahora: ¿Regeneración contra corrupción, terrorismo como solución?
Hay una parte de la población que cree de verdad vivir en la mejor de las regiones posibles, con el mejor de los gobiernos, la mejor de las educaciones, la mejor de las sanidades. Otra parte cree exactamente lo contrario, y ve en la anexión a la región vecina la única salida. Una inmensa mayoría, eso sí, cree que nuestros políticos roban, son corruptos, y mucho más los que nos gobiernan. En una democracia, eso es lo que importa: los políticos son muy mal vistos, y los gobernantes más.
¿Y la regeneración democrática la va a traer… el PSN-PSOE? Es al menos extraño que el partido (PSN) que ha sostenido a UPN en el poder a cambio de cuotas de poder, cajas y empresas, se ofrezca como renovador y limpiador del poder, contra la misma UPN. Si lo que entonces se hacía en Hacienda, en la CAN o en las empresas era punible, o ilegal, o ilegítimo, o antiestético, no sólo Idoya Nieves lo sabía, sino que el PSOE participaba en la fiesta. Y eso sin remontarnos a Luis Roldán y Antonio Aragón, vaya. El Gobierno de UPN se ha convertido con las décadas en régimen, pero el PSOE no es la alternativa a ese régimen corrupto porque era parte del mismo, fuese o no corrupto. Si hay un infierno para Barcina, en él encontrará al llegar a Esporrín, Lizarbe y Jiménez.
¿Y la verdadera democracia nos la van a traer… partidos totalitarios y partidos que han apoyado o siguen sin condenar el terrorismo? Porque efectivamente, es claro que si hay elecciones UPN va a hacer una campaña muy fácil al grito, una vez más de «que vienen los vascos». Pero es que cualquier alternativa al Gobierno de Yolanda Barcina, con o sin moción de censura, requiere el apoyo de quienes consideran a Federico Krutwig un precursor, a Josu Ternera un héroe y a Arnaldo Otegui un líder, y quieren a los asesinos de ETA no sólo impunes sino además recompensados. Recompensados acercando de un modo u otro la anexión de Navarra, la independencia y el socialismo. Bueno, el socialismo, el PNV no, claro. De todos modos, difícilmente pueden ofrecerse como mejores demócratas que los que hoy gobiernan. Si hay un infierno para amigos y admiradores de ETA, de ayer y de hoy, en él se encontrarán los socios de Patxi Zabaleta con mil muertos y unos cientos de miles de víctimas y de perseguidos y exiliados. Y eso, hablando en serio, porque la democracia de IU incluye admirar a modelos de demócratas como Fidel Castro, José Stalin y Kim Il Sung, que parece broma si es que no lo es.
Tal es el debate ahora, en plena polémica y sin elecciones. ¿Voto a los corruptos o voto a los asesinos? ¿Voto a los incapaces o voto a los totalitarios? Pueden pasar muchas cosas, la movilización será grande y la demagogia cabalgará implacable. Pero una parte de la gente, sin dejarse conmover y sin un referente claro de proyecto, honestidad e ilusión, puede derivar hacia la abstención. Que es el doble filo de las acusaciones del Día de la Marmota.
El horizonte electoral
«Antes de 2008, el presidente de Navarra y de UPN, Miguel Sanz Sesma, nos explicaba a los entonces suyos que el apoyo del PP nada le aportaba en cuanto a la gobernabilidad de la Comunidad, y que de hecho el centroderecha, unido o dividido, nunca tendría la mayoría en Navarra con este sistema electoral. Para él, el futuro político había de pasar, según le decía algún gurú amigo suyo, dedicado a la hostelería, por la alianza entre UPN y el PSOE en Navarra. Aquella explicación, a golpe de imaginación, de cambio de leyes y de diagrama sectorial, trajo como consecuencia el divorcio entre UPN y PP y el retorno, aunque breve y con UPN, de los socialistas al gobierno navarro. Parecía que la «explicación de los quesitos» iba a ser la única y última salvación de Navarra. Pero no lo ha sido, y de hecho va trayendo consecuencias cada vez peores y más sorprendentes» .
En las encuestas nacionales de 2014, PP y PSOE están en una especie de empate técnico (gana uno u otro, por poco, según el medio encuestador y el día de la encuesta). IU y UPyD cuadruplicarían sus resultados, y el peso global de los nacionalistas, curiosamente descendería. Pero eso se refiere a las elecciones europeas del 25 de mayo. En Navarra, ahora mismo todo depende de la participación y de si en los dos meses que vienen va a haber sorpresas. Si no las hay, en mayo tendremos elecciones forales, enconadas y muy fragmentadas. UPN tiene todas las de ganar si no se divide, pero también la seguridad de quedar muy lejos de los 25/26 escaños de la mayoría. Curiosamente, la Comisión y el adelantamiento contienen su descenso y pueden dejarla en 15 ó 16 escaños de 50. Recordando que llegó a tener 24, y 19 en 2011, poco. Recordando que querían liquidarla, mucho. «En descenso de votantes, de porcentaje y de escaños; si ahora no puede legislar menos entonces» .
El PPN afronta el adelanto electoral con una sensación agridulce. Por un lado, todas las encuestas desde el congreso regional de 2009 han anunciado un progresivo descenso, que en más de un caso ha ido por debajo del 3%, con el riesgo nada remoto de convertir en extraparlamentario el partido de Rajoy, por elección de Rajoy. Por otro lado, al unirse las forales y las europeas se supone un aumento del voto directo a partidos de ámbito nacional, aunque eso no está garantizado del todo en tiempos de Bárcenas y de recortes. Pero a la vez UPN apelará al voto útil contra socialistas y abertzales, o impondrá una coalición de urgencia, con el doble efecto de garantizar un par de asientos a los que hoy los ocupa, pero a la vez de anular como fuerza política de futuro al PPN.
El PSN-PSOE no sabe de verdad qué hacer. Tienen 9 parlamentarios, y no suben. Si UPN baja, no bastarán para formar la «coalición del quesito«, sean cuales sean los navajazos dentro de UPN. Ahora la cámara enfoca a Roberto Jiménez pero, ¿tiene pensado qué hacer, si las elecciones no cambian o empeoran su posición? Ha perdido la mitad de sus votos, y ahora mismo sería la cuarta fuerza política, después de haber sido la primera o la segunda desde la Transición. Necesita una excusa muy buena, tanto para volver a los brazos de UPN como para ligarse a Bildu y Geroa Bai. Eso sí, detiene el crecimiento de IU, cuyos electores buscarán en otras latitudes el cambio, parece.
¿Y los abertzales? Solos no llegan a 25 escaños, pero con IU se acercarían. Puede que ni necesiten los diputados del PSOE, salvo por razones estéticas y de presentabilidad. La cuestión es qué querrán, en un contexto envenenado e ingobernable. Probablemente lo que más les interese es que las cosas se alarguen, con un eterno gobierno provisional e impotente, con un parlamento imposible, hasta que la gente se harte. Hacia unas segundas elecciones, después de unos cuantos escándalos y presuntos tales. Algo que les pueda dar a ellos el respaldo y la legitimidad que ahora no tienen, gracias también a la desaparición de la investidura automática, algo que sería hora de explicar… si se atreven.
No sabemos dónde vamos. Yolanda Barcina tampoco, y cada día debe de antojársele como peor que el anterior. Este es el Año de la Marmota en la política foral, sin salida aparente y siempre repitiéndose. La Comisión ha sido sólo el principio. Eso sí, si el futuro ha de tener un urdidor en la sombra prefiero con diferencia el sentido común de Patxi Zabaleta a las pretensiones de Antonio Catalán. Porque el nacionalismo es sólo una parte del problema.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 24 de febrero de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/yolanda-barcina-contra-marmota-133925.html