Barcina, con apoyo de Rajoy, aguanta y el papelón del PSOE en Navarra

Por Pascual Tamburri, 28 de febrero de 2014.

Nadie ha demostrado que hubiese grandes delitos en Navarra. Pero Bildu y PSN sacan de la Comisión parlamentaria su única conclusión: que o Barcina se va o la echan. Si Rubalcaba les deja.

La comisión del Parlamento de Navarra que ha investigado irregularidades en la Hacienda Foral ha terminado sus trabajos igual que los empezó. El PSOE-PSN, los proetarras de Bildu, Aralar-Nabai y los comunistas de IU piden la dimisión de la presidenta Yolanda Barcina y de la consejera de Economía Lourdes Goicoechea. Por lo mismo, solicitan la convocatoria de elecciones anticipadas en Navarra, forales, posiblemente el 25 de mayo, y la remisión de las actuaciones a la Fiscalía por si hubiese ilícitos penales. Que ni el PP ni UPN aciertan a ver. Es decir, que después de las declaraciones y de días de tensión todos piensan lo que pensaban antes y lo que ya sabíamos que iban a pensar.

La mayor novedad es que Yolanda Barcina se mantiene firme, y no es para menos con el respaldo de Mariano Rajoy en pleno debate sobre el estado de la Nación, tan bien conseguido y gestionado por el diputado Carlos Salvador. La izquierda y los batasunos pueden decir, desde luego, que «se tomarán las medidas pertinentes para devolver la palabra a la ciudadanía y poner fin a la crítica situación que atraviesa Navarra«. Ahora bien, más allá de reprobar a Barcina en el Parlamento foral, de pedirle que se vaya y de llamarla fea, lo único que les queda es presentar una moción de de censura. Como se sabe, en España sólo tenemos moción de censura constructiva, de modo que un candidato contrario a Barcina tiene que lograr una mayoría parlamentaria.

Dice Barcina que «lo que vamos a ver públicamente son las conclusiones que ya tenían redactadas los grupos de la oposición desde hace 15 días» y seguramente tiene razón. También hace 15 días que dudamos si y cómo el secretario general del PSN, Roberto Jiménez, se atreverá a llegar a presidente con los votos de Bildu, aunque sea sólo para convocar elecciones anticipadas para el 25 de mayo, las mismas que Barcina se niega a convocar, al tiempo que se niega a dimitir. La presidenta no se lo pone fácil a la oposición.

Jiménez sabrá si quiere dar ese paso, y si tiene permiso para darlo del que será sin duda el principal perjudicado, Alfredo Pérez Rubalcaba como líder del PSOE y Elena Valenciano como candidata a unas europeas en las que se hablaría de Navarra y de los abertzales más de lo que quieren y de lo que les conviene. Entre tanto, Barcina ni dimite ni disuelve ella. Aunque según las encuestas no es el peor momento para UPN ni para el PP.

Los beneficios (póstumos) para Mariano Rajoy y el PP

Cuanto peor le vaya en Navarra a Rubalcaba mejor para Rajoy, desde luego, y es que UPN y PP, aunque divorciados desde 2008, siguen teniendo una serie de usufructos en común. Ninguno de los dos quiere dar otra región a Rubalcaba. Ninguno quiere ver a los abertzales gobernando en Pamplona. Pese a quejas bastante rancias, los dos están de acuerdo en cumplir lo que UPN prometió al fundarse y Rajoy al refundar el PPN: en caso de reforma constitucional, fuera la Transitoria Cuarta y con ella hasta la hipótesis de una anexión por Euskadi. Con todo esto y mucho más en común, UPN y PP han tenido sus días de elecciones más gloriosos en Navarra, que por separado no se han mostrado en condiciones de repetir. La responsabilidad será de quien sea (y conviene no olvidarlo), pero los hechos son así.

UPN en las europeas de mayo quedaría, otra vez, sin voz ni voto; pero a su vez el PP lo tiene muy duro yendo solo a unas generales y no digamos a unas forales y municipales. El divorcio de 2008, que arrancó de si los socialistas eran o no de fiar, ya ha demostrado que, dijesen lo que dijesen Blanco y Zapatero a Miguel Sanz, no eran de fiar. Lo que no convierte ni al PP en una ONG ni a UPN en una delegación de Cáritas. Siendo prácticos, la candidatura conjunta de 2011 funcionó, y el PSN no ha funcionado como socio político de nadie. Lo que sí parece claro es que la misma fórmula de integración de 1991-2008 no sería ahora posible; pero el resbalón batasuno de Jiménez da a UPN y PP la ocasión y hasta la necesidad de hablar, y que no sea para tapar un hueco apresuradamente.

El mismo día 25 habrá elecciones en Ucrania, y en Crimea, y ya se ve dónde puede llegar una región celosa de su identidad, y de su autonomía. No llegaremos a la violencia, pero los partidos se juegan su futuro… y el de la gente. Porque Navarra no es Crimea, pero también porque (de momento) Roberto Jiménez no es Ciceron, Metternich ni Talleyrand, es el momento de sacar el mejor fruto de esta situación complicada y, reconozcámoslo, ya ligeramente aburrida.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 28 de febrero de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/barcina-apoyo-rajoy-aguanta-papelon-psoe–134012.html