Por Pascual Tamburri, 21 de marzo de 2014.
Si Bildu es Batasuna y Batasuna es ETA, Bildu debería ser ilegal. Si no es así, tendrán todos los derechos políticos. Una cosa u otra, lo que no cabe es una hipocresía a medio camino.
La gran noticia conmocionó Navarra durante una semana, pero no será noticia nacional hasta la primera semana de julio. Lógicamente, a casi nadie fuera de Pamplona le importa hasta San Fermín quién y cómo anunciará el inicio de la fiesta «más universal» de España. Pero en la capital navarra saber que no se va a respetar el más o menos acostumbrado turno entre los grupos políticos, que el chupinazo del 6 de julio no será lanzado por el concejal que esperaba hacerlo, ha sido el hito político del mes, por supuesto mucho más que cualquier cosa que pueda pasar en Crimea, en Melilla o en la familia de Adolfo Suárez.
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya Miranda, de UPN con apoyo del PP, delegará en julio de 2014 el lanzamiento del cohete en la Plaza del Ayuntamiento en la Cruz Roja de Navarra. El chupinazo será lanzado, en nombre de los voluntarios y como homenaje a los mismos, por Miguel Martínez Monreal. Sobre la organización premiada han llovido los parabienes de quienes creen que es «el mayor de los reconocimientos que puede recibir uno de Pamplona, lanzar el Txupinazo de San Fermín«, el buenismo de quienes piensan que «asomarte al balcón del Ayuntamiento de Pamplona, un 6 de julio, y ver que todo el mundo está esperando que enciendas la mecha del cohete, es lo más«, en definitiva mucho localismo autosatisfecho reconvertido en «orgullo y envidia sana«. Que sea para bien; pero al nacionalismo vasco en Navarra no le ha gustado.
Hace ya muchos años que los abertzales radicales han intentado politizar el único momento estelar de Pamplona, sus fiestas. Y lo han conseguido, normalmente con violencia, a menudo. En la última década, además de fomentar la presencia de signos y actos nacionalistas en las calles, han tratado de politizar el inicio de las fiestas, retransmitido por todos los medios de comunicación. Todos hemos visto los sucesivos intentos violentos e ilegales de desplegar ikurriñas y pancartas el 6 de julio en Pamplona. En 2014 muchos se temían lo peor –politización, vasquismo, violencia-, porque en el turno no escrito correspondía lanzar el cohete al grupo ligado a Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona.
Enrique Maya, que no es mala persona, ha actuado como muchas veces se hace en la política de Navarra; los profesionales lo llaman prudencia o habilidad, otros a menudo no tenemos más remedio que llamarlo cobardía. Si Bildu no merecía que el Alcalde delegase en ellos el lanzamiento del chupinazo, el Alcalde podía decirlo directamente, sin ampararse en la Cruz Roja. Si Bildu en el balcón consistorial es o podía ser un peligro, que se diga sin miedo. Si Bildu en las instituciones es un peligro para la convivencia y la paz, hágase lo preciso para que no esté. Pero sin subterfugios: al centroderecha foral nunca le ha sido rentable la tendencia de sus líderes a no ir de frente.
Con Bildu sólo se puede ir de frente y con claridad. Si está en las instituciones, aceptamos que esté en las instituciones y no hacemos nada para que deje de ser legal y de estar en las instituciones, hemos de aceptar que tenga los mismos derechos que los demás grupos con representación. Si creemos que no debe estar, que hay razones para que no tenga representación y para que no sea legal, actuemos en consecuencia. Lo que es antiestético son las medias tintas, algo que ampliamente Navarra ha saboreado con la conducta del PSOE ante la fallida moción de censura contra Yolanda Barcina. Si creemos que colaborar con Bildu (votar a su lado o darle su papel en sanfermines) es inaceptable, lo único coherente es pedir su ilegalización. Si no promueven ustedes su ilegalización no tienen ustedes razones para limitar su actuación.
Cayo Lara es quien mejor lo había dicho ya, entre otras tribunas entrevistado por El Mundo: «Si Bildu es legal, ¿por qué no puede gobernar?» Y es verdad que en Navarra la incoherencia, o error, era del PSOE ante todo, pero UPN y sus ahora amigos la comparten en general. Si Bildu es legal y ustedes no hacen nada para que deje de serlo (y quien dice Bildu dice todas sus organizaciones y medios afines), han de tener los mismos derechos y opciones que los demás. Si hay razones para restringir su acción y su presencia, sean ustedes coherentes y vayan a fondo contra todo ese mundo inmundo. Por eso, por coherencia, creo que el chupinazo lo lanzaría muy bien el mismo Cayo Lara: no oculta qué es y qué piensa. Seguro que si viviese Rafael García Serrano nos haría a propósito de los próximos Sanfermines una gloriosa segunda parte de Plaza del Castillo. Aunque el Ayuntamiento de Pamplona sigue sin dar reconocimiento a su mejor escritor del siglo XX.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 21 de marzo de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/cayo-lara-merece-chupinazo-coherencia-politica-134413.html