Los impuestos suben, pero sólo a la clase media que votó a Rajoy

Por Pascual Tamburri, 22 de julio de 2014.

Los impuestos han crecido estos años. Pero no para los especuladores ni para los grandes capitalistas españoles y extranjeros. La fiscalidad parece diseñada para ellos. Y para Podemos.

Hay un debate entrañable, localista, pequeñín, sobre los problemas fiscales de Navarra con el Tribunal Constitucional. Aludo al tamaño porque mientras se consumen ríos provinciales de tinta y de saliva sobre la producción de energía y de coches, los conciertos, los convenios, las pechas, los diezmos y las ayuditas extra sólo a ciertos tipos de actividades, en un volumen en definitiva modesto como corresponde a la entidad de la provincia, crece el silencio sobre los impuestos realmente serios del régimen general que han subido. La diferencia entre diferencia y privilegio existe (aunque hay que conocerla), pero hay poca diferencia entre el igualitarismo fiscal socialista (sea bolchevique o progre) y algunas de las ocurrencias a las que pone cara Cristóbal Montoro pero que nacen del equipo actual de Mariano Rajoy. Que no sólo ha subido impuestos, sino que lo ha hecho de algunas de las maneras más injustas y masoquistas posibles.

No es cuestión de enfadarse ni de sorprenderse. Vivimos en un país donde llaman federalismo y progresismo a ciertos privilegios económicos. A partir de ahí, nada es sorpresa. Ni siquiera que con los votos de la derecha se suban los impuestos, ni que se suban los más destructivos para los que antes llamaban cuerpos intermedios. Pero sí es cuestión de pedir sinceridad.

1. En esta reforma fiscal, el nuevo IRPF de Cristóbal Montoro será un impuesto confiscatorio sobre las llamadas plusvalías. Se considerará un ingreso la diferencia de valor entre el inmueble (la casa) cuando se adquirió (se compró o se heredó) y cuando se venda. Así lo quisieron los socialistas; lo que hace Montoro es dejar de suavizar la idea quitando todo coeficiente corrector. Objetivos del Gobierno: agitar el mercado inmobiliario (hacer poco atractivo ahorrar) y recaudar más. Su previsible logro: empobrecer a la clase media, de hecho proletarizarla. Es decir, se busca al parecer un país con una élite económica y financiera y el resto de familias e individuos sin empleo fijo y sin patrimonio. ¿Se podrá acusar al PP de 2014 de franquista? No por cierto, hasta Pablo Iglesias sabe que el franquismo hizo exactamente lo contrario.

2. El renacido y mantenido y multiplicado impuesto (antes extraordinario) al patrimonio implica básicamente lo mismo. En el IRPF se cobra a la gente por ganar dinero, por ejemplo trabajando. En el impuesto al patrimonio se le cobra por ahorrar parte de lo que gana, sea guardando el dinero, se invirtiéndolo en bienes muebles, sea –el mayor de los pecados al parecer- adquiriendo un patrimonio inmueble, por ejemplo una casa. Cosa que no pagarán por ejemplo las sociedades especulativas que se dediquen a comprar casas y a alquilarlas a quienes no puedan comprar una.

3. ¿Está castigada la propiedad privada? Más aún de lo que parece hasta ahora. El impuesto de Sucesiones y Donaciones supone que esos ahorros familiares que han tributado como ingreso, que han pagado IVA al ser adquiridos, que han vuelto a tributar como patrimonio (doblemente, por el impuesto al patrimonio y por el IBI municipal), finalmente son cargados con una imposición cuando en la familia hay una herencia una donación. Así que será más caro ingresar, será más caro ahorrar y será más caro dejar algo a quien nos suceda.

No es fácil saber qué quiere el Gobierno con esto, pero sí lo es ver qué va a conseguir. Ya en los primeros años de ESD decíamos que «un piso o una casa es la meta de muchas familias que lo necesitan, y también un lugar donde invertir el ahorro«. Quizá suene izquierdista (si lo de Montoro es ¿derechista?), pero hablábamos de «dos lógicas enfrentadas: los españoles de a pie desean una vivienda para sí mismos y para sus hijos. Una vivienda digna y de calidad, pero a un precio accesible. Las grandes empresas especuladoras quieren beneficios… haciendo, eso sí, inaccesible la compra de una vivienda para la gente normal«. «La vivienda, como bien básico, imprescindible, debe salir de la lógica del mercado. O al menos del mercado especulativo«.

Por este camino, favoreciendo a las sociedades y a las fortunas verdaderamente grandes y sin Patria y a los proletarios y futuros tales, se aplasta lo que queda de clase media. Es una opción; pero no es una opción que el votante natural del PP vaya a aplaudir con amor. Incluso para recaudar más y favorecer más sería lógico suprimir Patrimonio, suprimir sucesiones por completo y limitar el IRPF a lo razonable: ¿lo va a hacer Yolanda Barcina para demostrar la autonomía navarra y la lealtad de UPN a los suyos? Con todo esto, no hay que dar mucha importancia a los tambaleantes tributos de una autonomía que usa su dinero para subvencionar a Volkswagen, a Osasuna y a las empresas de algunos viejos conocidos. Y resulta difícil no dar la razón a Pablo Iglesias.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 22 de julio de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/impuestos-suben-pero-solo-clase-media-voto–136649.html