Por Pascual Tamburri, 2 de septiembre de 2014.
Algunos confunden identidad con privilegio injusto, como si todos los españoles no fuesen iguales, o como si algunas empresas o clubes tuviesen más derechos.
Yolanda Barcina lo va a intentar. Desde las cuentas secretas de Gabriel Urralburu y de Javier Otano y desde el giro nafarroano de Juan Cruz Alli, el Gobierno de Navarra ha sido del centroderecha, a veces con mayoría en coalición en el Parlamento y a veces sin ella. Las encuestas y el ambiente no se lo ponen fácil a la presidenta. Tampoco la situación de la Hacienda foral, ni su gestión en los últimos años (no sólo los de ella, desde luego, es más…), ni el proyecto de reforma fiscal que ha presentado sin demasiados visos de aprobación. Desde ahora hasta mayo de 2015 y más allá veremos muchas cosas originales en esta provincia que el gran Ángel María Pascual definió permanentemente anclada en octubre.
La propuesta de Barcina, para la que no tiene mayoría, reduciría el Impuesto sobre la Renta pero manteniendo 10 tramos en Navarra, y crearía un nuevo tipo único del 20% en el Impuesto de Sociedades (menos que el 30% actual, y menos que el 25% de los planes de Montoro). La idea de UPN coincide a grandes rasgos con la del PP en este último año de la legislatura: bajar impuestos para estimular actividad económica. Y de paso para tener algún amigo más en las urnas, que nunca está de más. En definitiva, supondría recaudar menos en IRPF y en Sociedades a cambio de aumentar la recaudación de IVA… y algunos otros detallitos.
Detalles no tan pequeños, porque UPN quiere reformar en Navarra el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, la tributación de las fundaciones y de las actividades de patrocinio y el régimen fiscal de las cooperativas y el Impuesto del Patrimonio. Y la cuestión ahí no es menor, porque no se suprime el Patrimonio, aunque se reduzca algo y pese a que su inmoralidad de origen era un argumento histórico de UPN y PP. Y lo mismo el de Transmisiones, éste agravado con su oposición absoluta a la idea foral. De modo que sí, el centro, antes llamado derecha, quiere bajar los impuestos, o al menos decir que los baja, pero en la práctica no se suprimen los impuestos más socialistas de todos, los que afectan al patrimonio y a las familias. ¿En nombre de la igualdad?
No hay igualdad que valga porque los mismos que bajan unos impuestos y mantienen otros, con ideas más de izquierdas que de derechas, son los que, cuando propagandísticamente creen que les conviene, perdonan impuestos a unos y se los regalan a otros. Para conseguir votos y aplausos, claro es, no porque sea más justo, ni más eficaz, ni más foral. El fuero es, como algunos, la excusa para ciertas prebendas.
Algunas cosas se las explicamos aquí. «Tras una campaña lamentable, con una gestión ruinosa, y recurriendo a apoyos y jugadores por lo menos polémicos, el Club Atlético Osasuna descendió de la Primera a la Segunda División de Fútbol. Nada extraordinario, ni novedoso. Y no porque no se les advirtiese, aunque les molestase leer la verdad». Pero la verdadera noticia en el contexto de una crisis y de una Administración arruinada y de una reforma de la Hacienda es «la situación financiera, administrativa y fiscal del citado club de fútbol. ¿La Ley es igual para todos? Supuestamente, sí en esta democracia. Ahora bien, si es así, ¿por qué no se ha actuado con Osasuna como con cualquier otro contribuyente incumplidor y endeudado? Se imaginan ustedes que se cambiase la Ley a medida de la conveniencia de cada deudor fiscal»… pues así lo hizo la presidenta Yolanda Barcina, puede hacerse para Osasuna («el Gobierno trabajará en función de nuestra legislación… Si hay que hacer cualquier modificación, la llevaremos al Parlamento, en esa relación de conseguir lo mejor para Osasuna, porque eso será lo mejor para Navarra…»). Osasuna, por ser Osasuna, no paga o paga menos, y se acepta lo que en cualquier caso sería grave y en esta situación más. Una prebenda.
Pero no la única. ¿Los socios de Osasuna tienen derecho a que seiscientos mil navarros paguen con sus impuestos la torpeza de sus gestores? ¿El derecho a no pagar impuestos, según quién uno sea y a criterio de los políticos provincianos, eso es la «foralidad conculcada»? Defender Navarra y llenarse la boca de grandes palabras para luego usar esos poderes en beneficio de un club es al menos contradictorio. Tanto como algunas empresas. Volkswagen produce de coches en Landaben; para ser exportados, esos vehículos se vendían a una empresa (VAESA) de Barcelona desde la que se revendían. Abusando del nombre del fuero, la hacienda navarra daba a Volkswagen un trato excepcional, por el cual la industria pagaba su IVA en Navarra y el Estado lo devolvía a los alemanes. De hecho, el privilegio sigue porque Navarra ahora paga compensación de máximo 25 millones de euros al Estado.
Podemos discutir si se quiere la desigualdad de los españoles ante la Ley, y la división regional de Hacienda con una u otra excusa. Bien, hablemos de ello. Pero sin mentir. A día de hoy, antes de la reforma y con el proyecto en curso, unos son tratados de modo diferente a otros. Puede que sea así, que Osasuna merezca privilegios y subvenciones, pero no ocultemos que los tiene, o que los tiene Volkswagen sin tenerlos otras empresas y otros navarros. Yolanda Barcina, si quiere romper la tendencia de las encuestas, debe ser valiente y proponer políticas para Navarra, no demagogia cortoplacista o electoral. Eso le permitirá ser diferente que sus rivales de dentro y de fuera. Y lo mismo cabría decir del PP, si su gestión no lo hubiese colocado al borde de ser extraparlamentario. ¿Por un puñado de denarios? O por unas entradas del fútbol.
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 2 de septiembre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/menos-impuestos-recaudacion-demagogia-propaganda-137179.html