Droga discreta en la Armada, a toda vela

Por Pascual Tamburri, 10 de septiembre de 2014.

El buque escuela de la Armada ´Juan Sebastián de Elcano´ ha sido utilizado para traficar con cocaína, Estados Unidos lo descubrió y no se han depurado todas las responsabilidades.

En el verano de 2014, en sucesivos registros, la Guardia Civil ha encontrado grandes cantidades de droga en el buque-escuela de la Armada Juan Sebastián Elcano. En la escala que la nave hizo en Cartagena de Indias (Colombia) durante la pasada primavera, tres marineros, uno de ellos de origen hispanoamericano, fueron captados por narcotraficantes colombianos para transportar cocaína a cambio de dinero. La siguiente escala de su travesía les llevó a Nueva York, donde el servicio norteamericano HSI (Homeland Security Investigations) descubrió la llegada de la mercancía a través de una ruta distinta de las habituales.

El pasado julio la nave estaba de regreso a España, y gracias a la información dada por las autoridades civiles de Estados Unidos fueron detenidos tres marineros por su participación en este tráfico, y en sus registros agentes de la Guardia Civil han encontrado hasta 127 kilos de cocaína de ese origen colombiano. Bien está que el delito se haya descubierto y algunos responsables detenidos. ¿Pero es normal que sólo se impute, por tráfico de drogas empleando para la comisión buques o dependencias militares, a tres marineros? ¿Es normal el prudente silencio de los medios?

No estamos hablando de ningún juego de niños. El Juzgado Togado Militar Territorial número 12 de la capitán Patricia Moncada Lázaro que instruye el caso mientras los marineros están en la prisión militar de Alcalá-Meco, debe saber que no es una cantidad menor de droga, y que muy difícilmente las responsabilidades pueden quedar ahí, no al menos sin una reflexión tanto legal como moral y militar.

Ante todo, 127 kilos de cocaína en el pañol donde se guardan las velas, tras seis meses y 18.000 millas náuticas de crucero, difícilmente pueden ser cosa de tres marineros rasos. Es muy complicado suponer que sólo ellos pudiesen ver tan anormal rastre, y desde luego no puede declararse así sin investigación. Pero además, los mandos de cualquier unidad y tanto más los de una nave de guerra con cadetes a bordo tienen un deber in vigilando sobre lo que sus subordinados y sus medios hacen y no hacen. Incluso si nadie más hubiese sabido nada y esto pudiese demostrarse habría una responsabilidad ya que había de saberse. Es un muy flaco favor a la Armada y su imagen impoluta dejar que sólo tres marineros asuman una responsabilidad que, activa y pasivamente, es complicado pensar que sea sólo de ellos.

Hay además una cuestión de mera lógica. Si se transporta más de un quintal de droga con tanta eficacia hay que saberlo hacer, y eso se aprende sobre todo, haciéndolo. Habrá que demostrar si esta era la primera ocasión en la que había un transporte similar; no basta dar por supuesto que era así. Más aún, si lo hemos descubierto cuando ya la Policía americana lo había detectado puede haber quien piense que sin la intervención yanqui quizá no se habría detectado, o no se habrían realizado estos registros.

Es posible que, con las leyes en la mano, sólo tres marineros paguen el delito. Legalismos aparte, había mandos a muchos niveles por encima que tenían el deber de conocer e impedir esto antes de que sucediese, y que es de esperar que, del ministro Morenés abajo, respondan con la dignidad que siempre hemos esperado de los mandos de la Armada. Por el bien de ésta y de lo que representa, que vale o debería valer mucho más.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 10 de septiembre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/droga-discreta-armada-toda-vela-137291.html