Dos mujeres de 80 años nos han enamorado a (casi) todos

Por Pascual Tamburri, 3 de octubre de 2014.

Dos símbolos estéticos, y más que eso, de la mujer europea del siglo XX, que siguen al pie del cañón. El 20 de septiembre ha cumplido 80 años Sophia Loren y el 28 Brigitte Bardot.

Cualquiera que les oiga hablar, opinar o poner nota pensará que son dos jovencitas de los años 50. Y es que lo son, porque tanto la rubia –patrimonio y símbolo nacional de Francia- como la morena –que si no figura en la bandera de la actual Italia es por los gustos de estos políticos- se retratan a los 80 como si tuviesen 20. Y la verdad es que les sientan bien. Tienen una opinión más joven, y unos gustos más juveniles, que los de muchas adolescentes de hoy. Será que no participan de las modas de este siglo decadente…

La actriz Brigitte Bardot es polémica por naturaleza; aparte de sus campañas a favor de la protección de los animales, la BB ha dejado claros sus gustos en 2014: dice a quien le quiera escuchar que le ha parecido bien que se utilizara su imagen en la campaña electoral del Frente Nacional francés –ella puede permitirse decir lo que quiera, si media Francia sigue enamorada de su recuerdo- y ha hecho más. En reiteradas entrevistas, Brigitte Bardot ha dicho: «Me gusta mucho Marine Le Pen (…). Es la única mujer que tiene un par de cojones». Y luego nunca ha tenido que pedir disculpas. Son las cosas de tener sus años y su nombre.

Ahora, a los 80, la Bardot reconoce que a menudo habla por teléfono con Le Pen, que la prefiere a los últimos presidentes franceses (a todos los de la Quinta República, en realidad) y que piensa que la presidenta del FN es «la Juana de Arco del siglo XXI», que puede salvar a Francia si llega al poder. Ya se ve que en Francia los famosos pueden no ser sólo de izquierdas, y esto dicho por una señor que no necesita ni dinero ni favores, que se permitió rechazar una condecoración del socialista François Mitterrand, que mantiene una amistad discreta con el centrista Valéry Giscard d´Estaing, que llama a Jacques Chirac «el rey de los mentirosos» y que Nicolas Sarkozy no le dio más que buenas palabras en la actividad de su fundación por la defensa de los animales mientras que el socialista François Hollande «presta mucha atención» a lo que ella reclama. Así que si opina contra todos ellos y dice lo que piensa es que a los 80 es, una vez más una mujer libre, y no han dejado de gustarle los hombres, ni ella a ellos.

Una casi coetánea, y nunca muy amiga, de la Bardot, comparte su visión de que «la sociedad no evoluciona en la buena dirección». Sophia Loren, el otro gran mito erótico de la cultura europea del siglo XX (y XXI), no necesita salir de casa para entrar en lo más profundo de la heterodoxia política. Por su propia experiencia de la vida, y por el matrimonio de su hermana con Romano Mussolini, es tía y continua inspiradora de su sobrina Alessandra Mussolini, que además de cine de diferentes tipos… nunca se ha alejado de la política desde aquellas elecciones municipales de Nápoles en las que, con su apellido y para sorpresa de todos, estuvo a punto de ganar. Fue una señal del final de la Segunda República. Ella y su tía han entrado en la Tercera y no se les ve intención de parar.

La Loren, elegante, encantadora y bella, una de las mujeres más bellas de todos los tiempos y Miss Italia de honor en 2014, debe como la Bardot todo a los hombres, y muchos hombres se deben a ella. Si fuese aún Sofia Villani Scicolone, sería una honesta y atractiva abuela romana, pero ha triunfado en más de cien películas y cinco generaciones la han admirado.

Muchos creen que Sophia Loren debe gran parte de su éxito al productor Carlo Ponti y a su matrimonio con él; pero la Loren se debió a sí misma, y a la industria italiana de Cinecittà, y a la veteranía de Vittorio de Sica, mucho más que a algunas películas con Cary Grant o Frank Sinatra. Si hay que poner nombres a su éxito, serían el de la rivalidad eterna, y artificial, con Gina Lollobrigida, y el del emparejamiento triunfal, clave en la resurrección del cine italiano tras 1945, con Marcello Mastroianni.

Porque la verdad, erotismo aparte, es que aunque los españoles recordemos a Sophia Loren en El Cid, la historia la recordará en Una giornata particolare de 1977 de Ettore Scola. Una jornada particular fue una película compleja y memorable ambientada el 6 de mayo de 1938, en el curso de la visita de Adolf Hitler a Roma y del correspondiente desfile militar que pocos romanos se pierden; entre ellos, una madre de familia numerosa y ama de casa –Loren– y su vecino, disidente del régimen y homosexual –increíblemente, Mastroianni. Como secundaria, fue el estreno ante las cámaras de la sobrina de la protagonista, Alessandra Mussolini, que hace de hija menor de la familia. La película, como muchas cosas que ella ha hecho, fue un signo de cambio de mentalidad colectivo.

80 años no son nada, chicas. La Europa que a vosotras os gusta es más entretenida que la que vemos en las noticias. Deberíais venir más a menudo a España. Las dos, a ser posible. Y muchas felicidades.

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 3 de octubre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/mujeres-anos-enamorado-casi-todos-137786.html