Por Pascual Tamburri Bariain, 31 de octubre de 2014.
¿De verdad son tan distintas izquierda y derecha? En tiempos de crisis todo es posible, y la España de Pablo Iglesias vive cosas que se vieron ya en la Europa de entreguerras.
Joseph Roth, Izquierda y derecha. Traducción de Sandra Chaparro Martínez. Pasos Perdidos, Madrid, 2014. 240 p.. 9,50 €.
Ben Dupré, 50 cosas que hay que saber sobre política. Traducción de Vicente Campos González. Ariel – Planeta, Barcelona, 2011. 224 p.. 19,50 €. Ebook 7,99 €
Pablo Iglesias se ha convertido en el protagonista no sólo de nuestra política, sino también de nuestra literatura, en muy pocos meses y ya antes de la última encuesta del CIS. No tanto y no sólo por sus méritos ni por los de su en parte inspirador Jorge Verstrynge, sino por los deméritos generalizados de un sistema político, económico y social que al menos en apariencia ha decidido mostrar a la vez de una sola vez y en una sola crisis todas sus debilidades… y todas las puertas abiertas a quienes como Podemos (pero no sólo) dicen querer algo radicalmente distinto.
Ahora bien, no es ninguna novedad en nuestra historia, y la literatura ya se ha ocupado de retratar esos ambientes de «fin de época», los que medran en ellos y lo que en ellos puede pasar… sin necesidad de que cada semana detuviesen a cincuenta cargos públicos de todos los grandes partidos.
Izquierda y derecha, publicada por el judío alemán Joseph Roth en 1929 y editada en español ahora por Pasos Perdidos, es una novela de ambiente localizada en el Berlín de los años 20, en la primera postguerra. Una época y un lugar que han dado lugar a mucha literatura en las décadas posteriores por lo que después pasó en Alemania, pero en realidad no un ambiente tan diferente del de nuestra España de 2014.
Aquella fue la Alemania de Cabaret, un país de corruptos, de inmorales, de empresarios sin ética, de políticos sin límites, de artistas y estetas más hedonistas que otra cosa. Un país con odio al pasado, ganas de venganza, y a la vez miedo al futuro. Y todos esos sentimientos extendidos a lo largo y ancho de la sociedad, de las clases altas a las bajas, de las izquierdas a las derechas, sólo con excepciones a menudo mal vistas. Y una sociedad acostumbrada a pensar en un futuro de riqueza material, abundancia, lujuria y placeres, considerando todo eso como sus derechos más allá de todo principio y por supuesto de todas las ideas.
Desde luego que Joseph Roth, exiliado luego de la Alemania de Hitler, no fue un hombre imparcial al escribir, pero sí es un gran narrador y un recreador excepcional de un ambiente como aquel. Por un lado, en los distintos personajes de la familia Bernheim muestra la crisis antes moral y de metas que económica de un país entero, de sus izquierdas y de sus derechas por igual; en el personaje de Nikolai Brandeis, muestra también las contradicciones de una sociedad que no sabe dónde va, que no conserva su rumbo tradicional, que no sabe encontrar en el presento otro diferente del enriquecimiento y que deja espacios para los enemigos del sistema, justamente porque el sistema se tambalea.
Está claro que el populismo del siglo XXI no es como el del siglo XX, y que Iglesias no es Hitler. Pero muchas cosas del ambiente que encontramos en Roth van a sorprender al español de 2014, porque va a encontrarse con su propio país. Por eso las viejas etiquetas, izquierdas y derechas, dejaron de valer en 1929, y ahora, y por eso escuchar al líder de Podemos a veces recuerda otros tiempos. «Hace muchos años ya dije a nuestros camaradas: ´Quizás llegue un día en que os preguntéis cual será la recompensa. Camaradas, un día llegará en que estaréis orgullosos de vuestra militancia y la consideraréis el símbolo de una nueva luz y podréis decir: Yo estuve ahí desde el principio´, y es esto lo que nos une en forma tan estrecha, pues los que vengan luego lo aprenderán en los libros, pero nosotros estuvimos ahí, lo hicimos». Y esto lo dijo Hitler, no Iglesias.
Un ejemplo de todo lo que no sabemos en general de política
Muchas veces hablamos de lo que no sabemos. Tendemos a pensar que es un problema muy arraigado en España, y probablemente sea verdad, pero la verdad es que la modernidad en este siglo XXI, y sus redes de comunicaciones, lleva a ese vicio. Y si en algún campo se nota más es en política, donde damos por supuesto que todo el mundo puede opinar e incluso que todas las opiniones tienen igual valor, aunque luego nos guste quejarnos de la mala selección y peor formación de nuestros políticos y gobernantes. ¿En qué quedamos? ¿No será más bien que hoy, como entre las dos guerras, no sabemos dónde queremos ir?
Akal acaba de editar El libro de la política, una síntesis de conceptos y movimientos práctica y eficaz desde el pensamiento político clásico y la política medieval a la política moderna -El pensamiento político en la Antigüedad (800 a.c.-30 d.c.), Política medieval (30-1515), Racionalismo e Ilustración (1515-1770), Ideas revolucionarias (1770-1848 ), La rebelión de las masas (1848-1910), Choque de ideologías (1910-1945), La política de posguerra (1945-presente)-. Se trata de una historia de la política con una estructura didáctica que… se nota que ni nuestros políticos, ni nuestros tertulianos, ni nuestros periodistas se han entretenido en leer. Y les convendría, porque por mal que les pese cuando hablamos de política hablamos de convivencia y de bien común, no de negocios ni de imposición de caprichos de secta.
Pero seguramente el mejor consejo para esta generación de hombres y mujeres públicos tan necesitada de re-formarse nos lo trae Ariel. Ya con la Política para bufones de Pedro González Calero publicó una historia alternativa del poder y de los ideólogos, despiadada, divertida, amena y didáctica (2012). Con las 50 cosas que hay que saber sobre política de Ben Dupré ofrece algo aún más sintético y útil dadas estas circunstancias. En su libro repasa lo previo a la historia de la política y a su actualidad, como son los grandes conceptos (la libertad, los derechos, el poder), las formas de gobierno, que poco han cambiado desde Platón, y las ideologías y contraideologías, desde los griegos hasta hoy de un modo comprensible para el lector lego de hoy.
Estamos ante un gran cambio político y moral. Podemos elegir no saber de qué estamos hablando, y etiquetarnos nosotros mismos en la izquierda o en el centro (derecha, aquí, parece que no quieren que haya) o de cualquier otro modo; o podemos elegir entender qué se está debatiendo en realidad, para no ser simples peones y borregos en manos de una casta que existe, y cómo, no por unas u otras tarjetas sino por haber gozado impune de un poder no merecido en nombre de un pueblo cuarenta años traicionado. Es la hora, sí, al menos la de leer.
Pascual Tamburri Bariain
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 31 de octubre de 2014, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/realidad-izquierdas-derechas-podemos-138332.htm