Por Pascual Tamburri, 3 de noviembre de 2014.
San Francisco fundó el convento de Olite. Por tercera vez, la civilización moderna ha conseguido vaciarlo. ¿Conseguirá destruirlo? Da pena comprobar que depende también de los políticos.
San Francisco de Asís no consiguió, en su viaje de 1213-1215, entrar a predicar en Al Andalus, pero peregrinó a lo largo de todo el Camino hasta llegar a Compostela; y por esa ruta fundó algunos conventos, o agregó a la Orden Franciscana a ermitas y grupos de ermitaños que ya existían. Tras Italia, fue España el primer gran campo de expansión de los frailes menores en todas sus vertientes, y eso aunque a la vez lo fue de los dominicos a los que habría cabido suponer cierta ventaja.
Casi al cumplirse ochocientos años de su presencia en Olite (Navarra), los franciscanos parecen dispuestos a abandonar uno de sus más antiguos edificios en el mundo. Hay una multitud de documentos medievales, eclesiásticos, reales, contables y municipales, sobre la presencia franciscana en la villa (luego ciudad) de Olite. A la sombra del castillo, en un edificio reformado muchas veces en ocho siglos, los hombres vestidos de saco han marcado la vida espiritual y cultural de la comarca. Ahora lo dejan porque son pocos y ancianos, y no pueden mantener un patrimonio monumental para el que no hay nuevas vocaciones en la zona.
Tras quinientos años de presencia, en el siglo XVIII los franciscanos de Olite tomaron tres decisiones cruciales: una, transformar el convento en Colegio Apostólico desde 1745; otra, desplazar y vallar su huerta; y la tercera, reedificar la iglesia y el convento en sí a mediados del siglo, dejando muy pocos restos medievales (algunos de ellas aún sin desenterrar). Ese convento y sus dependencias fueron uno de los pocos que no sufrieron por entero la Desamortización de Mendizábal, y desde 1836 a la reconstrucción de la Orden en 1880 fue Casa de Venerables para frailes muy ancianos.
Pero en la casa de San Francisco en Olite se han hecho muchas cosas en los últimos siglos; ha sido, por ejemplo, hospital de guerra en la Guerra de la Convención, en la Segunda Guerra Carlista y de la Guerra Civil. Fue escuela católica durante la Segunda y anticatólica República. Y ha sido centro de formación de novicios franciscanos, por el que en los años centrales del siglo XX pasaban todos los del Norte de España, que eran muchos. Ya no lo son y eso da a la Orden la razón, al menos exterior, para irse.
Los frailes menores se irán tras el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, con una misa solemne y en medio de muchos lamentos de los vecinos y de las autoridades. Éstas, sin embargo, pueden y deben preguntarse, en lo local y en lo autonómico, si han hecho en los últimos años todo lo necesario para mantener vivo el convento cuando aún era posible; porque quizá mal aconsejadas han hostigado a los frailes (y no sólo a ellos), a la busca de unos beneficios especulativos que no existían, y que lo único que han conseguido es hacer aún más rápida la agonía. Ahora ante el público lo lamentan, pero antes lo favorecieron y puede que después tengan que pagarlo. Sí esperamos que, una vez más, San Francisco vuelva a Olite cuando sus enemigos hayan ya pasado.
Pascual Tamburri
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 3 de noviembre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/adios-triste-francisco-tras-alegres-anos-olite-138377.html