Por Pascual Tamburri, 28 de noviembre de 2014.
Yolanda Barcina no fue procesada por las dietas de Caja Navarra. Tampoco Alberto Catalán. Pero ambos líderes de UPN las cobraron. También Miguel Sanz.
La presidenta de UPN y del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, no ha cambiado los Estatutos de su partido. Por tanto, su sucesor como candidato al Gobierno foral es elegido el 29 de noviembre por el Consejo Político. Ni más tarde, ni en elecciones primarias. Dice que «UPN es un partido donde todo se hace con garantías, tenemos órganos suficientes para ello, para cumplir los estatutos, y lo que considero es que todos los candidatos tienen que tener confianza y seguridad en que lo vamos a hacer todo dentro de nuestros estatutos y confianza, como yo tengo, en todas las personas que han sido elegidas para formar parte del Comité de Listas así como en las 232 personas que formamos parte del Consejo Político también por decisión de todos los afiliados«. Amén.
A pesar de su aparente moderación y a pesar de que toda su carrera política ha dependido de votos y de apoyos españolistas, el ahora candidato, presidente del Parlamento y dirigente de UPN, Alberto Catalán, ha mostrado en los últimos años una opinión ora equívoca ora radical en cuanto a la identidad de Navarra. Sobre todo, se ha unido con mucha facilidad al coro poco formado y mal informado de los que identifican a Navarra con sus actuales fueros, y a éstos con la lucrativa autonomía fiscal (antes, durante y después de la estafa al Estado del IVA de Volkswagen y del derroche populista de los circuitos, los pabellones y Osasuna). Desde luego que Navarra tiene enemigos que la atacan, pero a veces son más peligrosas las malas o sectarias defensas.
Decía Catalán en Diario de Navarra el 24 de junio de 2013, «Esencia de Navarra», que «nuestra autonomía en materia fiscal y tributaria no es una cuestión etérea«. Innegable, cierto y hasta evidente. Y añadía algo que en cambio es tanto una exageración demagógica como una muestra de ignorancia jurídica, política e histórica sobre los Fueros y sobre Navarra, que esa autonomía fiscal y tributaria «es el centro de la vida de este viejo Reyno de Navarra» o que sin su carácter paccionado «no se entiende la relación de Navarra con el conjunto de la nación española a la que pertenece». No, señor presidente, no; y aspira usted a un cargo en el que en eso no caben ya más errores.
Es cierto que «Navarra quiere seguir siendo una comunidad leal y solidaria con el resto de la sociedad española»… pero de eso no depende que Navarra sea española. Navarra no es española porque quiera ni lo dejaría de ser porque lo dejase de querer: antes de los fueros, con los fueros y eventualmente después de ellos, Navarra es España. Esa esencia de Navarra, señor presidente, es la que no es ni negociable, ni paccionable, ni modificable. España «es» antes que Navarra y Navarra fue antes que sus fueros y por supuesto antes que la Hacienda foral que tanto preocupa… a los partidos que viven de ella. Malo es todo esencialismo sin conocimientos (y no conozco muchos políticos navarros que de verdad sepan esta parte de la historia), pero malísimo y más hoy confundir la esencia y la cuenta tributaria.
¿Vienen los malos? ¿Recordar estos hechos históricos y políticos es «dar armas al nacionalismo vasco»? No lo creo. Como siempre los nacionalistas vascos tratan de aprovechar la crisis institucional para anexionar Navarra a su proyecto. Cuentan además con el supuesto apoyo de Podemos. Pero como siempre la verdadera amenaza para la Navarra foral y española parte de un uso malo o dispendioso de la autonomía foral, que hace popular y legítimo poner en discusión la foralidad entera.
UPN nació contra la Constitución de 1978 y contra la triple amenaza del vasquismo, de la extrema izquierda y del centrismo claudicante que llevó a la Transitoria Cuarta (defendida hoy por Podemos) amamantada por un Jaime Ignacio del Burgo que ya entonces se despachaba con cosas como que «sólo el pueblo navarro tiene derecho a decidir si acepta o no la existencia de un poder político supranavarro» («Punto y Hora de Euskal Herria», nº 11 de 15/9/1976). UPN fue fundado contra eso, como antes AFN, y el PP de Navarra renació en 2008 y 2009 con un compromiso público y solemne de Mariano Rajoy de reformar en ese sentido la Constitución.
Mande quien mande en Navarra y mande quien mande en UPN, habrá navarros que se nieguen a aceptar una Navarra que no sea la foral y española. Sin ellos, además, ni Alberto Catalán ni nadie de su hasta ahora Partido podrá aspirar a gobernar la provincia. Esos son los hechos hasta hoy; de aquí a mayo, veremos muchos más.
Pascual Tamburri
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 28 de noviembre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/fueros-cajas-comisiones-privilegios-renovador-138922.html