La mordaza de doble filo, duele en Melilla ¿y no en Google?

Por Pascual Tamburri, 12 de diciembre de 2014.

La verdadera mordaza que el PP de Rajoy ha impuesto no es la Seguridad Ciudadana que tanta hipocresía hace derramar a la oposición. Mucho más grave es lo de Google y ellos se callan.

La oposición al PP, parlamentaria y mediática, la ha llamado «Ley mordaza», y llevan unos días sin descanso oponiéndose a la Ley de Seguridad Ciudadana hablando de derechos y libertades violados, de represión y de otras cosas terribles.

Terribles en verdad han de ser para que el grupo parlamentario de Izquierda Unida, o sea el heredero del viejo y entrañable PCE, se dedique al teatro y quiera dejar claro ante los medios y ante la gente que ellos se sienten oprimidos por esta terrible ley pepera. Ellos, precisamente ellos, en una coalición donde confluyen discípulos y admiradores de grandes demócratas y protectores de la libertad ajena: qué dirían de esto Lenin, Trotsky, Stalin, Mao, Tito, Pasionaria y Carrillo.

En cuanto a si la ley limita la libertad de expresión o no, qué podemos decir. Dudo que dar autoridad a la policía y poner orden en las manifestaciones sea atentar contra la libertad. Dice Alberto Garzón que se les quiere amordazar en sus manifestaciones, ocupaciones y medios. No estoy yo muy seguro; tampoco creo que ellos sean los más afectados, y menos ahora cuando su principal preocupación no es esta sino la verruga que les sale con Podemos. Pero lo que sí es seguro es que en los campos de la Vorkuta, en los campos vietnamitas de reeducación, en Paracuellos, en las chekas o en las simas del genocidio titoísta el problema no era una multa de más o de menos (y así sigue siendo en China, en Corea, en Vietnam o en Cuba). Eso sí que son mordazas, caballeros, preocúpense de ellas si no quieren parecer muy, muy hipócritas.

Y en cuanto a legalizar las llamadas «devoluciones en caliente», en verdad ese problema existe en España y nunca ha existido en ningún país de los admirados por Izquierda Unida o por Podemos: aquí hay que prever la expulsión de inmigrantes ilegales a su lugar de origen inmediato, mientras que en esos modélicos países las barreras las ponen (modelo berlinés) para impedir que la gente se les vaya, en caliente, en frío o en templado. Inmigrantes hacia países de ese pelaje, excepto convencidos militantes o benefactores de la humanidad como Ramón Mercader, no había ni hay.

Pero sí es verdad que el Gobierno ha patinado, severamente, con un asunto de mordazas. No éste, sino el de la entrada en vigor de la nueva Ley de Propiedad Intelectual. Ahí sí que se pone en riesgo la libertad de los españoles de bien, no su libertad para vociferar o apedrear en la calle sino su libertad de saber y de acceder a las noticias. La LPI española va a obligar a los portales agregadores de noticias a pagar a los editores españoles, y a través de sus organismos, por el uso en red de sus contenidos. Felices se las prometían las grandes empresas españolas del sector, que esperaban ordeñar bien ordeñado, por ejemplo, a Google. Sólo que Google ha respondido en modo y manera: cierra Google News para España, con lo cual deja de haber contenidos españoles. Maravilloso éxito gubernamental, por contentos que estuviesen Prisa, Planeta y alrededores.

¿Lloriquear porque la frontera se defienda y la ley se cumpla en la calle y a la vez callar porque un puñado de empresas fósiles determine la política del Gobierno y limite la libertad de los españoles? La tasa Google es la verdadera mordaza. No entenderlo, eso sí que es un problema para la izquierda y el centro del Pleistoceno.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 12 de diciembre de 2014, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/mordaza-doble-filo-duele-melilla-google-139170.html