Desde el apogeo hasta el ocaso, grandes novelas para un Imperio

Por Pascual Tamburri, 19 de diciembre de 2014.

En 1580 España llegó a su cima imperial. En 1898 los españoles se dieron cuenta de su hundimiento. En 2014 dos grandes novelas han relatado los dos extremos de un país infinito.

Francisco Núñez Roldán, Jaque al peón. Algaida, Sevilla, 2014. 480 p.. 20,00 €.


Juan Manuel de Prada, Morir bajo tu cielo. Espasa Narrativa, Madrid, 2014. 752 p.. 23,90 €.

Los historiadores tienen cierta tendencia al desdén cuando se refieren a la novela histórica. Verdad es que demasiadas veces los acontecimientos del pasado han servido de excusa para prosa de calidad discutible, o que incluso buena literatura se ha creado partiendo de un malo o nulo conocimiento de ese pasado. No faltan razones para la desconfianza, mutua además. Pero lo cierto es que la investigación histórica y el placer de la literatura se han hecho para entenderse.

Hay además una buena razón de peso cada vez mayor: en una sociedad en la que los consumidores de investigación histórica son pocos y los lectores de alta literatura no muchos más, la novela histórica es uno de los géneros que mejor se resiste a la decadencia y seguramente el que más fácilmente llega a los lectores jóvenes. Así como es difícil que un adolescente se inicie en la lectura por la poesía, y casi imposible que se sumerja sin más rodeos en los productos más elaborados de la historiografía (muy aburridos además, en los últimos años), la novela histórica insiste en funcionar bien. En este 2014 que termina dos novelas muy distintas en fondo y forma pero las dos referidas a la historia de España lo han demostrado más que de sobra.

Tercios, galeras, diplomacia y hasta amores…

Francisco Núñez Roldán ha ganado con Jaque al peón el premio de Novela Ciudad de Badajoz, y la novela, publicada luego por Algaida, es más que adictiva. Con él nos sumergimos en esos meses complejísimos de la vida española, cuando la España de Felipe II lo era todo en el mundo, durante los cuales se dirimió la cuestión sucesoria portuguesa.

Núñez Roldán logra un equilibrio perfecto entre los hechos históricos como fueron y los conocemos, los que no conocemos pero él puede suponer y la vida de su protagonista, el agente y embajador filipino don Cristóbal de Moura, uno de los grandes constructores de la solución de 1580. Tras ser derrotado y muerto por los moros el rey don Sebastián de Portugal en 1578, Portugal y su imperio quedaron en manos del anciano cardenal-rey don Enrique, cuya vida no podía ser muy larga. Antes estudiábamos más aquel inmenso triunfo de Felipe II, portugués en más de la mitad de su sangre, que unió las dos coronas pasando por encima de muchos recelos y de las candidaturas de la duquesa de Braganza y del bastardo don Antonio, prior de Crato.

Lo que en esta novela se consigue es que el lector ahonde en los hechos, se sumerja además en el ambiente, costumbres y mentalidad de la época en España y en Portugal, se identifique con el protagonista Moura y con sus dulzuras y amarguras tanto políticas como amorosas. Es a la vez novela histórica, relato de amores, cuadro costumbrista y está al borde de ser novela negra. Gusta al lector veterano y tiene todos los elementos para gustar al lector novel. Además, asunto esencialísimo, hace que el lector se interese por los personajes y por la época, y no es un punto de llegada sino un punto de partida. Escribe de un modo ligero y adecuado al siglo XXI pero sin dejaciones ni rendición, y no se le pueden poner peros ni en el aspecto ni en el contenido. No necesita exabruptos para gustar.

En una España en la que se publica cada vez más leyéndose cada vez menos, estoy convencido de que Núñez Roldán se libra de ese problema, porque atrapa a su lector y sólo se lamenta que la novela termine demasiado pronto o no tenga continuación. Al menos, todavía.

Cuando el final es el principio, o algo así

Juan Manuel de Prada ha conseguido no necesitar presentación, aunque quizá por eso mismo –por escribir bien y por hacerlo diciendo lo que piensa- se ha ganado muchos amigos y lectores fieles y más fieles enemigos en todos los campos políticos y académicos. Su prestigio empezó con la literatura y ahí sigue bien fortificado, a pesar de que se dedica cada día a la opinión y a la batalla de los principios. Y en Morir bajo tu cielo convierte en novela –novela histórica, novela de costumbres, novela de amores- el episodio final (o casi) de aquel imperio mundial que hemos visto iniciarse (o casi) en 1580.

La película de 1945 –Los últimos de Filipinas– se convirtió en la versión oficial del episodio glorioso de Baler, pequeño en tamaño pero inmenso en simbolismo. Sin embargo, Juan Manuel de Prada no se conforma, como por otra parte cabía esperar de él: no es un relato historicista de militares españoles buenos y rebeldes filipinos o invasores americanos malos, sino algo mucho más complejo y exigente. Lo que en 1898 se liquidó con la derrota española fue algo más que los penúltimos restos materiales del imperio, fue la dignidad de un pueblo y de una nación a manos de unos políticos materialistas, desalmados, corruptos e hipócritas. Por eso, así como mirando a 1580 un español de 2014 puede sentir la nostalgia de la grandeza material y moral de la España de Felipe II, mirando a 1898 puede sentir y sentirá la miseria de la España miope, borbónica, leguleya, extranjerizada, en manos de economistas, porcentajes, cálculos y rendiciones. Qué duda cabe que en 2014 tendemos a completar el proceso en marcha en 1898, mientras que abandonamos por entero el modelo de la gran España.

Con Juan Manuel de Prada tenemos la suerte de sentir eso y a la vez de hacerlo mientras vemos pasar ante nuestros ojos las Filipinas españolas, las ideas de la época, los modos de pensar y de vivir, los tipos miserables de aventureros y los tipos admirables de luchadores dignos, tanto soldados de España como idealistas filipinos. Hombres normales pero orgullosos de España y convencidos de sus deberes cumplieron con ellos mientras que sus propios gobernantes los traicionaban y los vendían. Y del mismo modo que es fácil leer las aventuras de todo tipo de Morir bajo tu cielo es imposible no pensar en las miserias de hoy y en identificarlas con las de ayer. Y si aquello terminó mal (excepto por la dignidad de unos puñados de hombres valientes), cómo no terminará esto de hoy.

Pascual Tamburri Bariain

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de diciembre de 2014, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/desde-apogeo-hasta-ocaso-grandes-novelas-para-imperio-139283.htm