Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de diciembre de 2014.
Exploradores, montañeros, aventureros y transgresores han encarnado los ideales de Occidente y a la vez han dado materia para la mejor literatura. ¿hemos renunciado a ellos por comodidad?
Elisabet Riera, Vidas gloriosas . Fondo de Cultura Económica – Tezontle, Madrid, 2014. 225 p.. 18,00 €.
Werner Kofler, Al escritorio. Trilogía alpina I. Traducción y prólogo de Carlos Fortea. Subsuelo – Narrativa, Barcelona, 2014. 163 p.. 18,00 €.
Los últimos tres cuartos de siglo, incluyendo los inicios del siglo XXI, han demostrado ser bastante esquizofrénicos en cuanto a la aventura y a la exploración de los bordes del mundo civilizado. Como nuestros mayores, admiramos colectivamente a los que exploraron el mundo, a los que llegaron a sus cimas y sus honduras, a los que rompieron barreras y límites. Dan nombres a calles y aún se les recuerda; sin embargo, nosotros mismos somos incapaces –salvo excepciones gloriosas- de seguir esos pasos, los aventureros lo son, los pocos que realmente lo son, o por negocio o por satisfacción egoísta, y al menos en España tendemos a educar a los niños y jóvenes en la prudente idea de que «no se comprometan» .
Esto tiene una doble repercusión literaria y artística. La narración de aventuras, como relato o como sustento de la ficción, ha sido un éxito de siglos entre nosotros y tiende a eclipsarse. Incluso los clásicos del género son menos leídos, menos reeditados, menos admirados. Salimos perdiendo como civilización –nos hacemos pequeños, cobardes, burgueses- y como lectores, ya que nos estamos amputando a nosotros mismos algo que era y es profundamente «nuestro» .
Elisabet Riera rompe la regla publicando, en Fondo de Cultura Económica, Vidas Gloriosas, una recopilación de experiencias vitales de «héroes olvidados», personas atrevidas, osadas, rompedoras, que ni en su tiempo ni ahora fueron reconocidos por sus intentos fallidos de reventar las barreras del mundo. En su tiempo no lograron sus metas; en el nuestro, sería o son catalogados como locos que descuidaron la prudencia egoísta. Así, Donald McKenzie, con su sueño de regar y cultivar el Sahara, René Caillié disfrazado de musulmán para llegar a Tombuctú, Margaret Ann Bulkley, que se disfrazó de hombre para licenciarse en medicina, Elisa Sánchez Loriga y Marcela Gracia Ibeas, gallegas que se casaron en 1901 disfrazándose una de ellas de hombre, Robert Louis Stevenson y sus sueños que a todos nos llegaron, y cómo no los de Dalí. Locos, diferentes, en la frontera del mundo moderno. Hijos del mismo y a la vez negadores de sus principios básicos. Múltiples y diversas demostraciones de que ni este mundo funciona como antes, y de que la transgresión –por loca que parezca- es señal de vida y fuente de inspiración para un futuro vivo y no lánguido ni decadente.
La montaña, frontera del mundo moderno
Y en el fondo, ¿qué es más loco que subir cumbres? El alpinismo está por definición en las antípodas de los valores oficiales contemporáneos, es antieconómico, es estético, es inútil, es exigente, no es igualitario. Werner Kofler es un austriaco montañero e inconformista que como muchos de sus predecesores ni se conforma con el mundo que le ha tocado vivir ni se calla, y ha puesto por escrito sus experiencias y sus ideas.
En Al escritorio, publicado por Ediciones del Subsuelo, Kofler se lanza a una trilogía que si la leyésemos sin conocer a su autor catalogaríamos rápidamente como romántica o neoromántica. Los temas, los autores, el conjunto y el estilo son atrevidos, sugerentes, insistentes, y hechos para ser leídos conociendo el contexto literario del alpinismo y de la literatura romántica alemana (o no) de los últimos dos siglos y medio.
No es confuso, no es anárquico, simplemente es literario y cargado de contenido y de formas. Muy complejo de traducir y más aún de escribir, lo que Kofler nos ofrece es un acto de rebelión contra la sociedad de consumo, de masas, de mayorías, de vulgaridad, de sumisión, de hedonismo y de materialismo. Kofler ha empezado aquí a contarse a sí mismo pero ha de servir a quienes le lean para animarse a la rebelión contra el mundo de 2014 o al menos contra el Occidente angustiado y sin futuro de nuestro tiempo. Quizá porque el futuro esté en las cimas y en las fronteras, materiales o morales. Leamos y rompamos.
Pascual Tamburri Bariain
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 26 de diciembre de 2014, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/suenos-gloriosos-montanas-nevadas-todo-posible-139393.htm