Por Pascual Tamburri Bariain, 11 de enero de 2015.
No hay historia sin guerra, ni Tierra sin montañas. Aunque está de moda olvidarlo, los conflictos son parte de nuestra identidad. Pero pueden contarse con estilo y calidad, o con prejuicios.
Jesús Javier Corpas Mauleón, Por montes y valles. Historia de la guerra de montaña. Prólogo de Juan Ramón Corpas Mauleón. Introducción de Luis Palacios Zuasti. Galland Books, Valladolid, 2014. 248 p.. 19,95 €.
Assumpta Montellà, 115 Días en el Ebro. El sacrificio de la Quinta del Biberón. Traducción de Sergio Lledó. Prólogo del P. Josep María Ballarín. Now Books, Barcelona, 2014. 296 p.. 19,90 €. Ebook 6,99 €
Sin guerra no habría género humano, porque desde el pecado original los humanos somos violentos, combatimos guerras y lo hacemos en toda la superficie de la Tierra. No es sin duda una situación maravillosa, pero es así. Cómo se organizan los hombres para luchar, cómo luchan y más aún cómo lo hacen en un entorno extraordinariamente difícil como son las montañas y las condiciones extremas es algo que merece ser analizado y contado, porque define la personalidad de cada pueblo, nuestros cambios y nuestras relaciones.
La historia militar es por tanto una necesidad si queremos conocernos a nosotros mismos, en nuestro pasado y nuestra identidad. Los seráficos deseos pacifistas no pasan de ser, en el mejor de los casos, buenos deseos. No podemos cerrar los ojos a lo que somos y hemos sido a lo largo de los siglos y milenios. Otra cosa es que esa narración se haga en un sentido más o menos propagandístico, defendiendo de un modo u otro una causa presente o pasada, o que se haga de un modo técnico, narrando lo que fue y cómo fue y es. Incluso dentro de esta segunda opción, más deseable, tenemos obras prácticamente de ingeniería, quizá muy bien fundamentadas pero aburridas para el lector de a pie; y otras amenas, que combinan la precisión técnica y el rechazo a lo propagandístico con la amenidad.
Este reciente libro de Jesús Javier Corpas Mauleón se coloca en el último caso. Por montes y valles. Historia de la guerra de montaña, publicado por Galland Books, entra de lleno en la descripción de la guerra en montaña a lo largo de la historia, con sus particularidades técnicas, con sus anécdotas y con toda su crudeza y exigencia. Corpas señala que sólo muy recientemente (poco más de un siglo) tienen las tropas especializadas en el combate alpino, tropas de alta calidad y entrenamiento exigente que se distinguen en todos los países más por su capacidad de sacrificio que por su material distinto (que también existe, naturalmente) .
El soldado de montaña, tal y como Corpas nos lo describe en acción a lo largo de los milenios, es sacrificado, ligero, esforzado y tiene a soportar condiciones que otras tropas no aguantarían. Es una tropa que, con o sin la etiqueta oficial «de montaña», vive la camaradería y la integración de otro modo, desde el Imperio Romano a la actualidad, porque necesita ser diferente ya que libra una batalla distinta. Aún hoy, y en guerras muy basadas en los materiales como las dos Guerras Mundiales, en montaña importa más la calidad de la tropa que su equipación. Esto ha hecho además que la Infantería de montaña haya sido empleada como tropa de élite incluso en escenarios no alpinos, por sus mismas cualidades, tanto si las ha desarrollado a posta como si fueron las circunstancias las que les obligaron a luchar en las cimas y los valles.
Desde luego nadie reprochará a Corpas que preste más atención a España y su Guerra Civil, o sus guerras civiles si incluimos las guerras carlistas. A más de mil metros de altura y en condiciones espantosas, los españoles (de los dos bandos, aunque no por igual) demostraron sus cualidades para la lucha en montaña, que el autor del libro narra con pasión y amenidad e ilustra con anécdotas y con fotografías hasta ahora inéditas. En conjunto, desde las dos sorpresas a los franceses de Espoz y Mina en Arlabán hasta el día de hoy, tenemos un libro de historia militar preciso y a la vez simpático y accesible para todos los públicos, un libro que podemos leer y regalar a cualquier lector inquieto y con gusto por la historia, y que no cae en los vicios que padece otra parte de la literatura histórico-militar.
Documentos frente a opiniones e imposiciones
Hay muchas maneras de contar la historia de los ejércitos y de las guerras. Lo mejor que hace Jesús Javier Corpas es contar las cosas como fueron y son y hacerlo entreteniendo. Pero hay más modos de hacer literatura militar, que también tienen su público al parecer. Assumpta Montellà acaba de publicar en Now Books 115 días en el Ebro, que es la narración, en principio a partir de los testimonios de los combatientes, de una batalla que en gran parte fue de montaña, la del Ebro. Y es verdad que Montellà consigue hacer llegar al lector una parte de las sensaciones de los combatientes, pero esta recolección no imparcialmente ordenada de testimonios de soldados no es exactamente un trabajo de investigación histórica, ni puede decirse que transmita la empatía que otras obras del género hacen.
La razón es bastante clara de ver. Aunque Montellà aporta muchos datos, si bien no en su propia boca, la sensación que se da es que durante los 115 de la batalla había buenos y malos, y aunque sí hay testimonios de combatientes nacionales no se discute el dogma actual (nada científico en historia) de que una de las partes tenía más legitimidad que otra. Indudablemente eso le proporcionará más lectores, si desean eso, peor no hará del libro un instrumento de formación e información para quien quiera conocer la batalla más cruel y quizás más innecesaria de la Guerra de 1936-39.
En cuanto al análisis estratégico y táctico de las cosas, hace muchos años que la Historia del Ejército Popular de la República de Salas Larrazábal había dejados sentados los fundamentos para conocer la batalla desde el punto de vista republicano, tanto en su dimensión anfibia como en la lucha de montaña. Bien sabida es la opinión del mismo Francisco Franco quien pensaba que la mejor infantería del mundo era la nacional y la segunda la republicana.
El toque nostálgico, triste, lastimero y en ciertos puntos reivindicativo del libro de Montellà lo hace sin duda atractivo para un cierto público, pero curiosamente no será el público, amplio y creciente, interesado en historia militar. La Quinta del Biberón fue sacrificada, sí, pero no por los franquistas sino por su propio gobierno, partidos y mandos, que sacrificaron a sus soldados a sus intereses de parte. La historia, también la militar, ha de basarse en datos y documentos y no en opiniones o en modas de hoy; sólo considerando el pasado cerrado se puede contar con distancia e imparcialidad, que seguramente es lo único que falta a un libro, bueno por lo demás en su género, como el de Montellà. Pero no se lo puede usted regalar al mismo amigo al que regalaría el de Corpas Mauleón.
Pascual Tamburri Bariain
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 11 de enero de 2015, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/guerra-altos-vuelos-hombres-curtidos-bien-contada-139589.htm