Pensamiento permanente, europeo, medieval, y nuestro

Por Pascual Tamburri Bariain, 13 de marzo de 2015.

J.R.R. Tolkien asume como permanentemente vigentes los valores medievales, mientras Rémi Brague explica los límites de lo medieval. Sólo en la Cristiandad europea se entiende una Edad Media.

José Vicente Pascual, Ernest Milà… Gianfranco de Turris, Mario Severino… Sergio Fritz, Pedro Girón, Alejandro Trujillo, Javier Nicolás, José L. Ontiveros y Manuel Quesada (director) y otros, Tolkien: Redescubriendo el lenguaje del mito y la aventura. Traducciones de Antonio García-Rendueles y Miguel RV. Editorial EAS, Torrevieja (Alicante), 2014. 282 p.. 18,95 €.


Rémi Brague, En medio de la Edad Media. Filosofías medievales en la cristiandad, el judaísmo y el Islam. Traducciones de Antonio Lastra y Víctor Páramo Valero. Encuentro, Madrid, 2013. 358 p.. 24,00 €.

Si de alguien se ha escrito en los últimos quince años es del profesor Tolkien. Bien o mal, con acierto o con ignorancia, ya es otra cosa; pero así como hace una generación éramos un puñado los que conocíamos la Tierra Media hoy es ya motivo de preguntas de Trivial. Gracias o desgracias al cine, es cierto, pero es un fenómeno de masas, y casi de masas de opinadores y ensayistas a propósito de todos los detalles del oxoniense y de su literatura. Pero lo que hace falta antes de nada es situarlo, a él a sus ideas, sin manipularlo ni distorsionarlas.

Lo que la joven editorial EAS hace para arrancar su Pensamientos & Perspectivas es reunir a un grupo abundante de plumas conocidas para entender y explicar lo que Tolkien pensó y dijo. Y el resultado, en Tolkien: Redescubriendo el lenguaje del mito y la aventura, es en gran parte agradable de leer y aunque no siempre deba compartirse lo que en el libro se opina no podrá haber aficionado a esto que se quede sin el libro. Porque Tolkien no es, simplemente, un mero narrador o poeta, sino que es portador, en sí mismo y en sus obras, de toda una visión del mundo.

El autor de El Señor de los Anillos explica el sentido del mundo, de la vida y de la historia, de manera simbólica para nada compatible con el mundo de hoy. Lo dice, de modo elegante, alguien tan poco sospechoso como Ernesto Milá. No es cuestión de obsesionarse con los referentes clásicos o germánicos que pudieron o no inspirar a Tolkien; queda eso para eruditos (y sólo si lo son de verdad y no simples aficionados engreídos). Lo nuclear de la cuestión es que «a pesar de vivir en el siglo XX, Tolkien fue un hombre inspirado por la mentalidad de la Edad Media» .

Para mayor precisión, debemos decir que vivió en sí y en sus obras los mismos valores de la Europa medieval, que ni nacieron ni murieron con ella aunque en nuestro tiempo vivan eclipsados. En lo universal y en lo personal, Tolkien es un hombre medieval, como puede hoy mismo serlo quien comparta su cosmovisión. Manuel Quesada recuerda que Éric Lasalle situaba a Tolkien en la Alta Edad Media, cuando «Europa se encontraba dominada por potencias divinas, los pueblos vivían en libertad, quizás no bajo una unidad pero sí en paz» .

Anécdotas y detallitos aparte, en Tolkien vive la Edad Media como una realidad permanente, no una simple supervivencia parcial y tampoco un recuerdo situado en el pasado. Gianfranco de Turris explica así que no estamos hablando de un pensamiento conservador, sino de una visión del mundo tradicional. La propiamente nuestra, como europeos, la que se enfrenta en los últimos siglos a las distintas variantes de la cosmovisión inmanente, materialista, utilitarista; ya hemos recordado aquí que el profesor J.R.R. Tolkien encontraba «especialmente conmovedor el ennoblecimiento de lo innoble», lo que él asociaba a la modernidad por ahora imperante. Pero no se trata de proponer el pasado o el estancamiento como meta, ni de dar por bueno lo que en apariencia se enfrente hoy a lo imperante. Es una rebeldía moral, que entenderemos en Tolkien y que reencontraremos en los pensadores libres de cada momento de nuestro pasado… y quizá de nuestro futuro.

Rompiendo moldes, también un profesor francés: Rémi Brague

Antes de hablar de filosofía el profesor Rémi Brague hace algo aún más atrevido… como aventurarse a delimitar qué es y qué no es Edad Media, más en los valores e ideas que en lo cronológico o geográfico. Y esto con la no pequeña dificultad, que recuerda en su En medio de la Edad Media, de que «somos ciudadanos de Estados modernos, no medievales, y nuestras referencias culturales no provienen ni exclusiva ni principalmente de la Edad Media» .

A pesar de ser filósofo, Brague no se limita a la filosofía y explica el interés de ésta en «lo que nos enseña de nosotros mismos en la hora de Europa», sea pensando en una Europa sin fronteras culturales, sea una Europa capaz de hablar con los intelectuales vecinos sin renunciar a su identidad (europea y cristiana, valga la redundancia), sea pensando en una Europa central en el pensamiento mundial pero no orientada a crear una cosmovisión única para todos los hombres si esto implicase abandonar sus valores.

Brague se atreve a decir algo que hoy sería políticamente incorrecto: aunque hay una filosofía en lengua árabe, en cuanto es filosofía tiene raíces clásicas y desconecta de los valores del Islam; y si es militantemente islamista no es un pensamiento propiamente filosófico. ¿Sorprendente? Lo cierto es que, aunque haya cristianos, musulmanes y judíos capaces de conversar, pensar y debatir en la Edad media, lo que vemos es visiones del mundo diferentes, de las que la europea es una de ellas… incluso a veces expresada o recibida en árabe.

Es genial el profesor Brague haciendo accesible al lector común la explicación de qué es y no es medieval, y qué es y no es musulmán en el pensamiento medieval. Además, gracias a él entendemos por qué, si usásemos términos tolkienianos, el mundo de hoy, a diferencia de la Europa medieval, es un mundo órquico. Efectivamente, «no es bueno hablar de ciertas cosas cuando las sombras reinan en el mundo». Pero Tolkien pudo pensar y decir eso precisamente porque sabía que las sombras vienen y van, que no siempre han estado ahí, que ha habido tiempos de misericordia, grandeza y valores permanentes, y que los podrá volver a haber ya que somos libres en lo más hondo. Y eso, que es el núcleo moral de toda la literatura en torno a la Tierra Media, es lo que distingue a lo medieval de lo contemporáneo. Eso es lo que une a estos dos libros y nos hace colocarlos uno junto al otro en cualquier biblioteca resistente de 2015.

Pascual Tamburri Bariain

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 13 de marzo de 2015, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/pensamiento-permanente-europeo-medieval-nuestro-140794.htm