Matar cristianos es la moda del siglo, y sigue adelante

Por Pascual Tamburri, 21 de abril de 2015.

¿Qué tienen en común progresismo, liberalismo, socialdemocracia, marxismo, islamismo y laicismo? Que quieren una Europa no cristiana. Empezaron con los armenios hace un siglo, y ahí siguen.

En 2013, Tarragona fue escenario de la proclamación del mayor número de beatos de la historia (522 de una sola vez, mártires de la persecución religiosa en la Segunda República y en la Guerra Civil Española). Esto por lo que se refiere a beatificaciones formales y a la Iglesia latina, porque la modernidad está llena de masacres aún mayores. El siglo que empezó con las persecuciones de cristianos en general y de armenios en particular en el Imperio Otomano termina con las ejecuciones públicas de cristianos en la Siria y la Libia abandonadas por el Occidente laicista.

Esta primavera, a cien años del genocidio armenio bajo los turcos, su Iglesia canonizará un millón y medio de mártires. En ello, el Patriarca armenio ortodoxo Karekin II contará con el respaldo de la Iglesia Romana. Los armenios eran cristianos, instruidos y pertenecientes a una potente clase media, repartidos durante siglos por todo el Imperio Otomano (de hecho, estaban allí mucho antes de asomar los turcos a la historia, y antes de fundarse el Islam). En 1915 las autoridades turcas cerraron sus escuelas, iglesias y organizaciones e iniciaron su persecución total. Sólo sobrevivieron los que lograron huir de Turquía o los que ya vivían fuera del alcance de los turcos.

Tras el inicio de genocidio bajo el sultán Abdul Hamid II, el régimen nacionalista de los llamados «Jóvenes Turcos» trató de completar el exterminio durante la I Guerra Mundial. Acusados de colaborar con los aliados, y en especial con Rusia, los armenios fueron deportados y encerrados en campos. Sus líderes sociales, culturales y religiosos fueron encerrados y asesinados a partir de abril de 1915.

Todos los soldados armenios en el Ejército turco fueron desarmados y masacrados. Todos los armenios cultos y urbanizados fueron suprimidos. Las mujeres armenias fueron violadas en masa, antes de ser suprimidas. Todos sus bienes fueron confiscados. Hubo torturas y ejecuciones en masa que no tuvieron nada que envidiar a ninguna persecución religiosa ni a ningún genocidio anterior o posterior.

El proceso fue culminado, tras el fin del sultanato, por Kemal Ataturk, el padre de la Turquía moderna. Ni los turcos laicistas ni los islamistas hoy en el poder reconocen que sucediese ese genocidio. Y si alguien quiere ser «amigo» de Turquía, como es el caso de Estados Unidos o de España, no reconoce la masacre que hoy conmemoran todas las familias armenias. La verdad histórica se subordina a los intereses, una vez más. Ante los líderes armenio y ruso, al menos, Karekin II anunciará el 23 de abril de 2015 en Ereván la beatificación de todas las víctimas del genocidio, asesinados «por la fe y por la patria». Ignorarlo es como cerrar los ojos a las masacres de cristianos en curso hoy en África y Asica como consecuencia de la expansión del islamismo. ¿Incómodo espectáculo? Sin duda, pero no por eso menos real. ¿Haremos algo sucederá de nuevo?

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 21 de abril de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/matar-cristianos-moda-siglo-sigue-adelante-141571.html