Por Pascual Tamburri, 18 de mayo de 2015.
¿Qué pasa si un político hace lo que no dijo o dice lo que su partido negaba? Debería cambiar de partido. Pero en España, se premia y se protege. Más aún, en Navarra.
Menuda la han montado Ignacio Arsuaga y los militantes cristianos de HazteOir.org con la campaña #YoRompoConCifuentes. Resulta que la Delegada del Gobierno en Madrid, y candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quiere beneficiarse por una parte de voto por inercia de una cierta derecha a su partido pero por otra hacer declaraciones y llevar a cabo políticas favorables al aborto y/o contrarias al «humanismo cristiano» que estuvo en el programa del PP antes del penúltimo giro. Me parece muy bien. Hombre, quizá no me perezca tan bien que se indigne si se le señalan los hechos o si se recuerdan a sus votantes más engañados, porque eso se llama censura.
Pero no es nada excepcional, y en eso no estoy de acuerdo con Hazte Oír: la política española, y especialmente su «centro» (derecha no hay, por méritos propios), está saturada de políticos profesionales como Cifuentes, que hacen una cosa después de haber dicho otra y sin pedir perdón a sus electores.
Si votas Cifuentes, votas aborto. A la luz de lo dicho y hecho por ella misma es verdad. ¿Pero es la única en esa posición? Me temo que no.
¿Como «vienen los malos», UPN es el «voto útil» en Navarra? Puede que, de cara al 24 de mayo, Javier Esparza tenga que matizar su mensaje del miedo. Si los malos son fuertes en Navarra es, precisamente, porque se han beneficiado de las décadas de Gobierno de UPN en Navarra, y esto en varios sentidos. Su poder cultural, educativo, administrativo, depende mucho de lo que UPN les ha dejado tener. Y eso sin necesidad de hablar de contratas de obras ni de historias no tan viejas.
PP y UPN defienden los Fueros y afirman querer derogar la Transitoria Cuarta de la Constitución aún vigente. Pero ¿por qué no lo han hecho en tantas legislaturas de Gobierno, a veces con mayoría absoluta? ¿Por qué siguen dejando que piensen por ellos y les escriban los discursos los mismos turiferarios de 1978? Quizá quieren los votos españolistas de Navarra sin pagar jamás su precio. À la Cifuentes.
¿Si vota usted a un candidato del Opus Dei vota una España unida y católica? Por supuesto que no. Nunca ha sido así, pero tenemos ahora el diputado de Bildu, numerario, Rafa Larreina, para que nadie nos venda un producto falso otra vez. El agua y al aceite no se mezclan, así que si es usted católico no crea que todas las bendiciones van unidas. Aunque luego le engañen a usted y le saquen los dineros, los donativos, los rezos, los hijos y los votos contándole otra cosa.
¿Queremos una Navarra sin extensión del modelo D, sin privilegios al batua, con una educación de calidad, sin aborto? ¿En general queremos una Navarra con puestos administrativos en manos de personas elegidas por capacidad y no por amistad o, peor, por imposición de los rivales? UPN, gobernando, ha combinado lo peor de los dos mundos, a veces colocando a los propios (con o sin capacidad) pero a la vez primando a los ajenos y sobre todo desarrollando políticas ajenas a su espíritu fundacional. En Sanidad y Educación especialmente. ¿Tenemos que votarles para que sigan como cada día tenemos que ver y aguantar?
¿Queremos que los criminales cumplan íntegras las penas, y jamás sean equiparados a quienes cumplieron con su deber en defensa de España? Tendremos que votar a partidos que no suelte etarras, que no premien etarras, que no cumplan los pactos de ZP. Cifuentes, en el fondo, tiene razón, ella es la menos culpable. Y el que dude que venga aquí y lo vea. Se llama política, se pronuncia casta y viven de ella. Y se enfadan si se les dice.
Pascual Tamburri
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 18 de mayo de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/casta-cifuentes-para-todos-muchos-sitios-tambien-navarra-142121.html