Incultura del pacto y deseos de revancha

Por Pascual Tamburri, 31 de mayo de 2015.

La Venezuela de Maduro puede gustar más o menos, pero no es un modelo aceptable para un régimen político europeo. Se llame uno Iglesias o se llame Monedero.

En la última semana se ha puesto de moda hablar de pactos y de cultura del pacto, como si todo eso fuese un bien en sí mismo. Señal inequívoca de que, por un lado, no hay una mayoría suficiente para formar gobiernos municipales y regionales en gran parte de España. Y de que, por otra, hay miedo al cambio, al cambio de verdad. Pánico, diríamos.

Pero qué pacto ni qué pacto: cuando uno tiene un proyecto claro y presentable para su Patria y se dedica a la política no hay dudas, tiene un programa al que se debe porque es su contrato con los electores. Y sólo para cumplirlo pactará, porque si no caerá al foso de los leones. Y estoy completamente seguro de que no tenemos entre nuestros profesionales apesebrados de la política ni a Talleyrand, ni a Metternich, ni a Cánovas, ni a Cavour, ni a Andreotti. Moralmente más lamentables quizás aquellos, no hay ya duda de su envergadura intelectual a un nivel completamente distinto del de los nuestros. Pobres.

Hay miedo, y miedo grande, a volver a trabajar (tooodos esos cargos de libre designación que cambiarán de manos), y miedo a perder las ricas prebendas del poder que irán a otras manos, si no más votadas sí más hábiles en los pactos. ¿Y qué?

PP o PSOE daba igual ahora mismo, porque ni el PSOE de Sánchez tenía programa propio que cumplir ni el PP de Rajoy, pese a tener amplias mayorías absolutas, ha deshecho lo que dejó malamente hilvanado aquel Zapatero. En nombre de la tolerancia y de los pactos la derechita española niega ser derecha y cuando gobierna continúa las políticas de la izquierda. Una verdadera maravilla, a la que la izquierda no corresponde con la misma moneda. Que tomen nota.

Lo que no tienen derecho a hacer es lloriquear por las esquinas porque se ven a las puertas de Venezuela. Por supuesto que así es, en el mejor de los casos (seremos si no Kampuchea), pero la derechita española es culpable en primera persona de que esto suceda y de que los orcos vengan. Cuando vean ustedes a un profesional de la política, del PP o de UPN, no le dejen ustedes empezar: repróchenle sus culpas que son muchas y háganlo callar. Pueden reírse si quieren del futuro que le espera al PSOE, pero ya veremos quién lo pasa peor bajo el mandato del soviet. Del soviet que ellos nos han dado a todos, y que seguramente tendremos que liquidar pasando por encima de sus pactos.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 31 de mayo de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/incultura-pacto-deseos-revancha-142340.html