Por Pascual Tamburri, 2 de junio de 2015.
La derrota aliada de 1940 fue incompleta. En Dunkerque, la ayuda más inesperada se la dio Hitler, pero hace 75 años todo pudo ser diferente. Terriblemente distinto.
Desde el 26 de mayo de 1940 y durante una semana, hace 75 años, los británicos lograron retirar 300.000 soldados a través de Dunkerque. Rodeados por los alemanes en la bolsa ideada por el plan Manstein, aquellos soldados eran los únicos restos operativos de las fuerzas aliadas de tierra. Con ellos derrotados y desarmados, no había defensa posible de Francia; si además eran capturados por los alemanes, la guerra estaba decididamente perdida para los aliados, por mucho que los mares sirviesen de foso a una Gran Bretaña perpleja y sorprendida. Tan sorprendida y perpleja como según qué político español ahora al ver los resultados del día 24, por ejemplo.
El 19 de mayo Lord Gort comprendió definitivamente que la batalla de Bélgica estaba perdida y que su BEF, formado por 3 Cuerpos de Ejército en 10 Divisiones, estaba casi por entero rodeado. Y era el único verdadero Ejército de Tierra que tenían los británicos para seguir la guerra. Las opciones eran dos. O los británicos, aislados en Bélgica y el Norte de Francia junto a lo mejor del Ejército francés, conseguían recuperar el contacto hacia el Sur con el resto de sus Ejércitos, o muy problemáticamente se retiraban a Gran Bretaña a través del Canal de la Mancha antes de que los carros alemanes cerrasen también esa vía. ¿Qué hacer?
El 27 de mayo de 1940 la batalla dio un giro que debería haber sido a mayor ventaja de los alemanes: Bélgica y en su nombre el rey Leopoldo III capitularon ante los alemanes. Sólo los restos de la infantería francesa se interponían ya entre lo que quedaba de los ingleses y los alemanes. Y sin embargo… inesperadamente quien dio la orden a su vanguardia de descansar durante tres días fue Adolf Hitler, en parte convencido del agotamiento de sus soldados, en parte deseoso de evitar a los británicos una derrota humillante.
Gort emprendió la Operación Dynamo a través de Dunkerque, en Francia. Los alemanes presionaban a las fuerzas aliadas acorraladas en Dunkerque, pero el retraso impuesto al avance del Panzergruppe Kleist y la incapacidad de la Luftwaffe de destruir ella sola a los rodeados permitieron una evacuación que evitó un fin inmediato de la guerra. Es verdad, en la primera semana de junio los alemanes tomaron o destruyeron en la bolsa de Dunkerque 2472 cañones, 63.000 camiones, 20.000 motos y 500.000 toneladas de otros suministros. Pero aunque la Fuerza Expedicionaria Británica perdió 68.000 hombres otros 300.000 aliados se salvaron.
Estaría bien poder decir que la genialidad de la historia de la Fuerza Expedicionaria en Francia concluía definitivamente. La pena es que no es cierto hoy y no lo fue en su momento. Es verdad que la Operación Dynamo la ideó el mariscal de campo, comandante en jefe de la Fuerza Expedicionaria Británica, Lord John Gort. Es verdad que la dirigió con éxito, más del esperado, el vicealmirante Ramsay. Es verdad que fue posible porque la Infantería francesa –la que no fue evacuada- luchó brillantemente para ganar parte del tiempo necesario. Es verdad que la operación permitió el rescate de más de 200.000 soldados británicos y más de 100.000 franceses y belgas. Es verdad que Winston Churchill había sido Primer Lord del Almirantazgo y había maniobrado para servirse de esta derrota en su camino hacia la presidencia del Gobierno. Es verdad todo ello, pero aun siéndolo debemos recordar el meollo de lo que hoy se conmemora: la salvación de Dunkerque, que hizo posible la continuación de la guerra y finalmente la victoria aliada, se debe a Hitler, que decidió no ser despiadado con los británicos arrollados y en retirada. Así que a veces la victoria de un enemigo se debe a las decisiones, o a la falta de decisiones, de su supuestamente más lejano rival. En la guerra y en la política no hay demasiado espacio para la ternura, como los alemanes comprobaron luego y como parece ser que lo que queda del PP de Rajoy va a comprobar en breve.
Pascual Tamburri
Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 2 de junio de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/ahora-futuro-angustioso-como-dunkerque-hace-anos-142383.html