Un viaje a un pasado con ideales, principios, dolor y amor

Por Pascual Tamburri Bariain, 17 de julio de 2015.

La Sal de la Tierra es una novela del siglo XXI para personas de su tiempo… capaces de disfrutar nuestro pasado medieval como fue y no como se lo cuentan desde prejuicios ideológicos.

Daniel Wolf, La sal de la tierra. Traducción de Carlos Fortea Gil. Penguin Random House – Grijalbo, Barcelona, 2015. 816 p.. 21,90 €. Ebook 11,99 €.

La Sal de la Tierra es una novela como las de antes. No me refiero al tamaño que Daniel Wolf le ha dado y Grijalbo le ha consentido –sabiendo que comercialmente 800 páginas hoy en día no lo hace atractivo y menos aún si se aspira a captar un público adolescente no previamente seducido por el tema, el autor o el estilo- sino a que es un relato histórico en el que se combina un buen tratamiento de la época y una historia vital muy bien contada.

El primer mérito de Wolf es que consigue situar en el inicio y desarrollo del relato a un lector que no sepa mucho de los siglos centrales de lo que insistimos en llamar Edad Media. No es fácil entender, desde el siglo XXI, las jerarquías sociales del espacio malamente llamado «feudal» entre el reinado de Federico I y el de Federico II; es difícil comprender la rigidez de las relaciones sociales, los límites al mercado y a las actividades económicas, el peso de la Iglesia por varias razones y el de la nobleza de sangre y de espada por otros varios. Sin embargo, sin entrar en exquisiteces técnicas, Wolf lo hace y cualquier lector va a conocer rápidamente aquel mundo.

Pero el segundo es mayor… y es que sitúa en él las relaciones entre un grupo de familias –nobles, burguesas y campesinas- en un momento de transición pero a la vez dando un papel central al amor, a la ambición y a los ideales, es decir, a cosas siempre comprensibles especialmente para el lector joven.

Debo decir, a título sólo personal, que la lectura de La Sal de la Tierra es adictiva… Uno no deja con facilidad este libro a medias, porque los personajes y sus avatares están bien trazados y es fácil sentirse parte del mundo usado como escenario. Un triunfo como novelista, que quizá no sea muy original en ninguno de sus elementos mayores, pero combina todos de un modo magistral.

El trabajo de traducción de Carlos Fortea Gil merece también un especial aplauso. No es fácil el alemán, pero sobre todo no es fácil hacer agradable por un lado y técnicamente adecuado por otro un libro que es a lavez narrativa para todos los públicos adultos y un desfile de referencias históricas bien precisas. Lo consigue; es verdad que se deslizan algunos detalles menores, como no traducir ´Judengasse´ por ´judería´, o el equívoco entre una capitular y una letra capital. Un gran trabajo en conjunto y cada una de sus partes, que entusiasmará al que lo lea y al que lo reciba como regalo… y no hay muchos regalos de la misma envergadura en circulación.

Pascual Tamburri Bariain

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 17 de julio de 2015, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/viaje-pasado-ideales-principios-dolor-amor-143308.htm