Volver al pasado es un ejercicio difícil, pero no aburrido

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de julio de 2015.

No hay paisaje más exótico y atractivo para una trama de ficción que nuestro pasado, donde nos encontramos lo más inesperado… del amor a la necedad.

Jonathan Coe, Expo 58. Traducción de Mauricio Bach. Anagrama, Barcelona, 2015. 312 p.. 19,90 €.


Hans Hellmut Kirst, La peligrosa victoria del teniente Asch. Traducción de Esther Donato y Prunera. Berenice, Córdoba, 2015. 352 p.. 19,95 €.

Verano es una buena época para leer. Lo es para los reticentes y perezosos, que nunca encuentran el tiempo, y lo es para los lectores de siempre, que ahora pueden disfrutar, combinando viejos y nuevos amigos. Y es verdad que cada año vuelvo sobre Runciman (a ser posible hacia el 15 de julio siempre que se pueda el primer volumen de la Historia de las Cruzadas), De Felice, Cardini y obviamente Tolkien sin que eso me impida adentrarme en las novedades del año, y no sólo en las de ficción, y en caprichos gloriosos como las ocurrencias de Mario Farneti. Ficción o no, oxigena el alma y uno se queda mucho mejor y más libre, fuera de las concesiones a la rutina.

Pero quedándonos en ficción, y con un ojo en el pasado, un éxito seguro de este 2015 va a ser, a su modo, Expo 58 de Jonathan Coe. Aquí se trata de situar una novela costumbrista y con un toque romántico en la ya lejana Exposición Universal de Bruselas. Y un pequeño y aún joven funcionario británico de su pabellón nacional recuerda cómo es destinado allí unos meses y cómo se topa con los servicios de información propios y extraños, con costumbres no menos extrañas… y un con un grado no pequeño de incapacidad administrativa por doquier.

Coe va a recordar, en su capacidad autoirónica, a Evelyn Waugh, retratando la ineficiencia de su propio Ejército (de la administración y la información en este caso), pero no con una laméntela constante que sería típicamente española sino con una sonrisa y unas cuantas bromas. Coe se sonríe al describir su rancio comité nacional y sus pasos, los prejuicios aún vivos en todos, la hipocresía generalizada… y sabe hacerlo involucrando al lector, incluso y especialmente al no británico. Hay amor, hay acción, hay melancolía y hay también espacio para la alegría de la vida.

A veces la historia es dura… pero peor es no recordar

Hans Hellmut Kirst recordó en su obra de ficción muchos de esos episodios del siglo XX que en Alemania está casi prohibido mencionar… En La peligrosa victoria del teniente Asch lleva a su extremo su serie sobre las aventuras del soldado Asch, y sus compañeros mejores y peores, y Kirst les hace recordar aquel 1945 en el que de repente una Alemania nazi pasó a jurar «yo nunca fui del partido» mientras que algunos tratan de salvar sus beneficios y otros, pocos, dan la cara por todos. Asch, negociante y descreído, no se siente bien ni con unos ni con otros.

Es un buen modo de repasar sin dramas la Segunda Guerra Mundial, siempre que uno no tenga una Ley de Memoria de Zapatero que adorar. Hans Hellmut Kirst es divertido, aunque lo que describe no puede no ser doloroso para cualquier alemán y más amargo para un prusiano como él. Fue uno de los protagonistas de la reconstrucción literaria de Alemania, y en cualquier caso supo conjugar el costumbrismo bélico con la comedia, en un personaje que a veces parece más inglés que alemán, por su modo de hacer reír, que es el soldado Asch. En 1945, antes de que todo termine, ya es teniente y nos dará mucho que reír este verano.

Pascual Tamburri Bariain

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 24 de julio de 2015, sección «Libros».
http://www.elsemanaldigital.com/volver-pasado-ejercicio-dificil-pero-aburrido-143414.htm