Contra las tradiciones incómodas, los mismos que defienden otras

Por Pascual Tamburri, 27 de julio de 2015.

Las mismas personas que defienden de palabra la identidad regional, cargan después contra ella en los bailes y fiestas tradicionales. ¿Harán algo en serio?

La Secretaria de Estado Hillary Clinton, y no hace mucho, nos dejó claro cómo lo ve ella: «Los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales«. En resumidas cuentas, todas las tradiciones empezando por las religiosas son vistas con incurable hostilidad por los representantes del Nuevo Orden Mundial. Que aspiran a una sola cultura universal y uniforme.

Ya hemos visto aquí agresiones culturales de ese tipo antes, como por ejemplo el intento siempre reiterado de imponer en el Alarde de Fuenterrabía la participación de señoritas, y eso a pesar de que lo que se conmemora es una batalla luchada por los hombres del lugar en defensa de su Rey y su reino –el de España obviamente, aunque no lo recuerden demasiado ahora. Allí siguen disputando la cosa, y ya ha costado dinero y violencia sólo porque los grupos más progresistas, que son los defensores de las tradiciones cuando les apetecen, en este caso quieren un cambio profundo en una de ellas.

El malestar se extiende… La mutildantza, el baile autóctono y más representativo del Valle de Baztan, se interpretó en Elizondo, en el día de Baztandarren Biltzarra el tercer domingo de julio y en la festividad del santo patrón. Mutildantzas hay y ha habido durante siglos, pues era el baile propio del mozo joven que va al campo o que sale de viaje. Además de en Elizondo y en el conjunto del valle se bailan en las de Arizcun, en Irurita, en Lecároz, Amayur, Errazu, Elbete, y también en Garzáin y Arráyoz. Baile tradicional, sólo de mozos hasta que… intervino la política.

Un grupo de activistas femeninas, no sé si muy bien aconsejadas, llevan unos años anunciando que bailarán en cualquier mutildantza pública que haya, «como es su derecho». Quede claro que mutildantza se traduce por «baile de hombres o de mozos», y por tanto su sentido histórico, cultural, tradicional es indudable. Que sin duda no se trata de discriminar a la mujer, pero sí de conservar los bailes populares como eran y nacieron. En Elizondo, lo cierto es que el baile público y mixto ha tenido sólo 29 dantzaris, 12 hombres y 17 mujeres, mientras que el baile tradicional, sólo con hombres bailando, reunió a unos 60 mutildantzaris en el jardín de Vergarenea, sin subvenciones, ni ayudas públicas, ni nada, pero con el orgullo de conservar una tradición viva.

Al habérseles impedido usar privadamente la Plaza de los Fueros y también el patio de la ikastola, los partidarios de la dantza tradicional buscaron un jardín privado, y en él reunieron el triple de dantzaris que la danza mixta, y a unas 600 personas como público. Sin duda, lo correcto para los políticos es el baile mixto, pero es que la tradición no es mixta, excepto el zortziko final. Ahora tienen que aclararse ellos, si defienden la tradición baztanesa o si la quieren someter a las modas culturales internacionales.

No deja de tener su gracia que personas que claman por las tradiciones regionales estén luego dispuestos a destruirlas sometiéndolas a las modas extranjeras. Ellos deben valorar si es más importante la tradición navarra o si debe pesar más, como parece para algunos, la moda que viene de fuera. Pero las dos cosas, manifiestamente, no son compatibles, y no se puede escoger en cada caso lo que nos apetezca. Hace falta criterio, y constancia.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 27 de julio de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/contra-tradiciones-incomodas-mismos-defienden-otras-143454.html