El consejero que pide desobediencia civil… cuando le interesa

Por Pascual Tamburri, 10 de agosto de 2015.

Un consejero quiere incumplir una Ley Orgánica que no le gusta. ¿La democracia incluye la desobediencia civil? ¿Y la aceptarán igual cuando los demás incumplamos sus leyes?

El consejero de Educación de Navarra, José Luis Mendoza, pidió la semana pasada al ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, una «moratoria» en la aplicación de la LOMCE. Públicamente, el consejero de Barkos ha empezado a bailar el vals de Lenin con el que previsiblemente impondrán sus cambios aturdiendo la resistencia: primero, le contó al ministro su intención de llegar a un acuerdo; luego, le dijo a él y lo dijo con claridad para los medios «que, de lo contrario, siempre nos queda la desobediencia civil«; y de postre dijo que no se le había entendido y que «su Gobierno va a funcionar con garantías de seguridad jurídica y económica» .

¿En qué nos quedamos? Parece bastante claro. Hay Conferencia Sectorial de Educación el próximo jueves 13 de agosto, con el curso 2015-2016 ya planificado por los anteriores Gobiernos regionales, con nuevos gobiernitos tomando el poder (y aún por formarse, por ejemplo en Navarra) y con un Gobierno nacional que ha desaprovechado una legislatura de mayoría absoluta con blanduras, lentitudes, concesiones, rendiciones e incompleteces que ahora… nadie le va a agradecer, por supuesto.

No es secreto qué quiere Mendoza, consejero vasquista de un gobierno vasquista en una región que no lo es. Quiere que venga un Gobierno que derogue la LOMCE. Idealmente, querría que Rajoy y Méndez de Vigo se rajasen al aplicarla, una vez más. Y con el dudoso argumento de que la Ley «se hizo sin tener en cuenta a la comunidad docente» quiere ahora «un proceso de negociación y diálogo antes de aplicarla», esperando en definitiva ganar tiempo para no aplicarla. Y si se tercia, aunque siga en vigor, no aplicarla por las bravas (llamémoslo desobediencia civil)… pero eso sí, sin riesgos ni dar la cara.

Dice el consejero Mendoza que «queremos lo mejor para la comunidad escolar»… pero por supuesto ni se plantea que ese «mejor» pueda ser otra cosa que lo que su coalición quiere. Y con un poquito de demagogia pseudoforalista apela a su toma local del poder para decir que antes de aplicar la ley «siempre nos queda la desobediencia civil», sin recordar que la LOMCE es una Ley Orgánica respaldada por la mayoría parlamentaria y los trámites constitucionales necesarios. En suma, con una legitimidad de fondo y forma. Ha reculado un poquito después diciendo que «en estos momentos no plantea una desobediencia institucional» para su no aplicación en Navarra, pero la idea es la misma: al gobierno provincial de Barkos le gustaría cumplir sólo las leyes que le gustan, todo ello rebozado con las muchas simplezas dichas y escritas en el último siglo y medio a propósito del muy mal llamado «pase foral».

Dice Mendoza que ha dicho a Méndez de Vigo que «ojalá fuéramos capaces de consensuar una Ley de Educación que al menos durase una generación». La tardofranquista de 1970 lo consiguió, con muchas debilidades y errores pero sin duda buena por durar y buena en comparación con lo que ha venido después. El modelo progre socialista de LODE – LOGSE – LOE ya ha demostrado, salvo para los talibanes ideologizados, todas las maravillas que nos ha aportado; y si ha durado tanto no es por su bondad sino por la lentitud y la cobardía del PP en cambiarla, pues la LOCE no llegó a cambiar las cosas y el resto fueron parches. ¿De verdad piensa en los estudiantes y en la nación quien prefiere la LOGSE a los modestos cambios iniciados por la LOMCE?

Ya en el plano navarro el consejero, docente con casi 40 años de experiencia en distintos niveles educativos, conoce y valora la «profesionalidad» con la que se trabaja en la enseñanza, tanto en los centros educativos como en el departamento, donde señala que va a intentar que su desembarco, «sobre todo al principio, apenas se note en la vida de la comunidad educativa».

Luego, marcha atrás y prudencia, su gobierno «en estos momentos no plantea una desobediencia institucional» contra la LOMCE en Navarra. Sí pero no; no, pero sí. Me gustaría atreverme, pero no me atrevo, y por eso juego al borde del área a ver si quedo bien con los míos y mientras pierdes tú las elecciones de otoño. ¿Y quién pagará el precio? Los estudiantes y las familias de Navarra, por supuesto.

Hay que reconocerlo una buena dosis de gracia al padre Mendoza, adquirida en parte en el aula, en parte en el batzoki, en parte en la sacristía, en parte en el plató de ETB. No cabe duda que qué mejor que una educación cuatrilingüe para un gobierno cuatripartito. Por supuesto que la Navarra del futuro necesita no ya 4 sino 40 lenguas… pero por muy técnico que fuese en el pasado el perfil del profesor Mendoza ha sido nombrado por su sintonía política vasquista con Barkos, es decir con la Geroa Bai del PNV con el visto bueno del Bildu de Batasuna. Y eso lastrará para siempre cualquier cosa que Mendoza haga en cuanto a lenguas. Por supuesto que va a encontrar docentes no cualificados en abundancia que aplaudirán que no se incentive la formación de los docentes, y tanto menos la odiada formación en lenguas modernas; pero nadie dudará nunca por qué Mendoza premiará y extenderá la extensión docente de una lengua preindoeuropea, el euskera, que debe su extensión actual y futura en Navarra a su manipulación sabiniana. Y aun así es muy minoritaria.

Este Gobierno entró presumiendo de calidad técnica de sus miembros, en algunos casos más cierta que en otros. No se les puede negar a la mayoría tampoco trayectoria política con la ikurriña. Bien. Ahora tiene muchas oportunidades de demostrar esa calidad profesional. La primera, cumpliendo algo que en la oposición pidió: que todos los cargos directivos en el sistema educativo de director general abajo, sea en los centros sea en la Administración, sean nombrados con criterio de méritos profesionales, concurso y baremo públicos en mano. ¿O nombrarán más o menos a dedo a quien quieran, también?

Y la segunda aquí la tenemos. Cuando ellos primero estimulen, luego favorezcan y después más o menos impongan el euskera, al que asocian tantos planes políticos en una provincia muy masivamente castellanoparlante, que acepten la desobediencia civil que puede surgir contra ese proyecto. Porque entendámonos: si estorbar o incumplir una Ley Orgánica merece un aplauso, con más razón merecerá respeto que otros incumplan o se resistan una normativa lingüística que, sin haber sido nunca muy buena, ellos desean manifiestamente empeorar. O eso piensa la mayoría de los navarros. Con lo cual valoraremos suficientemente la honestidad del consejero y de su presidenta, que esperamos o al menos deseamos grande.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 10 de agosto de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/consejero-pide-desobediencia-civil-cuando-interesa-143621.html