Los refugiados olvidados, y los que tú no quieres ver

Por Pascual Tamburri, 18 de septiembre de 2015.

España tiene cientos de miles de exiliados políticos en su interior hace décadas. No huyeron de sus casas por su culpa, sino porque los políticos dieron el poder a los enemigos de España.

Los humanos sólo vemos lo que queremos ver. Es un mecanismo de defensa muy bien definido: cuando algo nos duele en el alma instintivamente lo negamos o le damos una explicación que lo niega. Seguramente por eso muchos no se atreven a leer siempre a Raúl González Zorrilla en La Tribuna del País Vasco, que dirige. Porque suele recordar verdades que duelen, tanto a los culpables como a las víctimas. Y sin embargo no hay remedio para los males que no se reconocen como tales.

Decía este julio González Zorrilla, al hablar de Pamplona, nuevo «Territorio Bildu», algo especialmente hiriente para los vascos y terrible para los navarros. Pensando en qué cambiará en Navarra al ser gobernada por Bildu Batasuna y Geroa PNV, nos anunció lo que vendrá: «expuestos un día sí y otro también a la exhibición obscena de los terroristas y de quienes durante décadas han sido sus más fieles servidores; abrasados por la contemplación en directo de cómo el chupinazo sanferminero convierte a un puñado de criminales fanatizados en los líderes políticos del futuro y desnortados en un territorio infame mancillado por proetarras, independentistas y la extrema izquierda de Podemos, no serán pocos los que comiencen a tirar la toalla«. Y «algunos se marcharán» .

¿Cómo puede prever el futuro de Navarra el director de La Tribuna del País Vasco? Muy sencillo: porque es lo que los nacionalistas han hecho en su tierra en las décadas que llevan gobernándola. En Navarra harán lo mismo, sin prisa, aunque con la ventaja del trabajo adelantado gracias a los complejines de sus predecesores.

Se marcharán, se exiliarán. Decenas de miles de vascos se han ido, han huido de su tierra por razones políticas y terroristas, por presión cultural y social. Otras decenas de miles viven en el exilio interior. «… el infierno Bildu es un estado de ánimo. Un sentir dolorido, una sensación de repugnancia, un estremecimiento de repulsión ética que te provoca un etéreo pero persistente malestar físico y social que te lleva a aislarte, a sitiarte en lo que abarcan tus brazos y a encerrarte en lo que tienes más cerca y en lo que, al final, habrá de convertirse en tu única tabla de salvación: la familia, las lecturas, las viejas películas, las músicas de siempre, las imágenes añoradas de otras tierras o el recuerdo persistente de lo que un día pudo haber sido y no fue«.

«Otros, los más, optarán por encerrarse en su propio jardín de amores, nostalgias, mitos y fetiches. En ese espacio límpido, alejados de los aullidos de los fanáticos, de las risas de los encubridores, de las complicidades de los silenciosos y de la barahúnda de los iletrados, leerán a Mario Vargas Llosa, acariciarán libros viejos, escucharán a Mozart para olvidar los escupitajos verbales de la chusma convertida en corporación municipal, se dejarán envolver por sedas calientes mientras acarician sus cosas como si fueran piezas únicas de anticuario y alcanzarán el amanecer degustando el silencio que explota cuando duermen los más brutos del lugar«.

No hay que hacerse ilusiones: harán lo mismo y el resultado será el mismo. Lo curioso del proceso es que no es novedad, y no debería haber sido una sorpresa (excepto para los afiliados de Juventudes Navarras y de Nuevas Generaciones que se hayan atenido en su mal llamada formación política a lo dispuesto por sus organizaciones). Masas de vascos son ya exiliados, y no pueden volver a su tierra, entre otras cosas porque ésta ha sido radicalmente cambiada y ya no es la que fue. Por lo mismo, masas de navarros, si una resistencia no lo impide, serán exiliados de cuerpo o de alma en una Navarra que va a cambiar de arriba abajo. Esos sí que son, y que serán refugiados y asilados. ¿Por qué será que los partidos dominantes y el gobierno nacional nunca los mencionan?

En vez de adular a Mas como Margallo y de claudicar ante Alemania con esa inmigración camuflada de exilio, como Rajoy, harían bien en pensar en los exiliados por amor a España. En recompensar a los que ya lo son y en evitar que por su culpa haya más.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 18 de septiembre de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/refugiados-olvidados-quieres–144139.html