Marxismo: ¿Futuro? ¿Libertad? ¿O ETA sin más?

Por Pascual Tamburri, 5 de octubre de 2015.

¿Txiki y Otaegui, héroes antifranquistas? Dos asesinos terroristas fueron ejecutados legalmente en 1975. Reivindicar su memoria es hacer propaganda de ETA.

Hace 40 años Europa entera estaba conmovida por el futuro de las libertades en España, pues los medios de comunicación políticamente correctos hicieron circular la imagen de una dictadura fundada en una represión sangrienta. Dos etarras (ETA Político-militar) con delitos de sangre y en aplicación de la legislación vigente fueron fusilados en Barcelona el 27 de septiembre de 1975. ¿Ahora van a ser los «buenos»?

Miembros de EH Bildu, ERC y la CUP, y dicen que de Podemos y de IU o como se llame allá han homenajeado a los etarras Ángel Otaegui y Juan Paredes «Txiki» en Sardañola del Vallés (Barcelona). Suprimamos la decoración: se trata de un homenaje a etarras, al que se había adherido un conocido demócrata como Arnaldo Otegui; un homenaje con participación de fuerzas políticas legales (Joan Tardá y David Fernández vgr.) y donde se pudo ver una ikurriña, una bandera separatista catalana y, en medio, una bandera pidiendo el acercamiento de presos etarras al País Vasco.

El asesino etarra Juan Paredes Manot, nacido en Extremadura, educado entre Zarauz y Zumaya, convertido en etarra en el curso de esa educación –con la bendición apostólica del PNV y su clero entonces-, fue condenado por un Consejo de Guerra sumarísimo el 19 de septiembre de 1975 en Barcelona por un atraco en la sucursal del Banco de Santander de la calle Caspe en la misma ciudad y el asesinato allí del cabo primero de la Policía Armada Ovidio Díaz López. A «Txiki«, como a otros terroristas que merecieron y merecen tantas alabanzas de profesionales de la democracia, se les aplicó el art. 294 bis c) 1º del Código de Justicia Militar.

Militante obrero o marxista radical, Paredes sólo llegó al nacionalismo desde el socialismo revolucionario. Magnífica combinación, sin duda. Estupendo y modélico ciudadano, Txiki tenía varios más procesos abiertos, entre ellos el asesinato del Subinspector de la Policía Armada José Díaz Linares en San Sebastián en marzo del mismo año. El etarra se benefició de una defensa profesional y en ella se hizo uso de todos los recursos y trucos del oficio y de las garantías procesales aplicables y vigentes en España. Txiki terminó su defensa en Barcelona diciendo «no estoy de acuerdo con nada de esto, porque este juicio se celebra contra el pueblo vasco y todos los pueblos del Estado español. ¡Gora Euskadi!» en la sesión pública del Consejo de Guerra. Condenado a muerte, su abogado Marc Palmés pidió formalmente que su defendido no fuese ajusticiado por garrote vil según la ley vigente entonces para civiles, sino mediante fusilamiento, siguiendo el deseo del defendido. Y esta petición sí fue atendida.

El abogado militar de oficio, capitán Joaquín Coronado Castilla, envió un telegrama a la Jefatura del Estado pidiendo la conmutación de la pena. Franco no atendió esta petición ni otras de estos mismos días (fueron conmutadas seis de las once penas de muerte por terrorismo pendientes, y todas por asesinatos con agravantes). La presión del Vaticano –fuese cual fuese la imagen de Pablo VI en España- y la de una docena de naciones que retiraron sus embajadores –incluyendo como es sabido Suecia y Méjico- no evitó la ejecución. Izquierda por izquierda, Txiki en sus horas de capilla dedicó un verso, las manidas palabras de Ernesto «Che» Guevara «Mañana, cuando yo muera, no me vengáis a llorar. Nunca estaré bajo tierra, soy viento de libertad» .

El 27 de septiembre, Juan Paredes esperó el fusilamiento atado y cantado el Eusko gudariak. Gritó antes de los disparos «Gora Euskadi askatuta. Aberria ala hil!» todo lo cual no deja de ser simbólico, porque él no era vasco ni de nacimiento ni de cultura ni de lengua…. Sólo por ser un militante marxista se había mágicamente convertido en vasco. El 19 de noviembre de 2012 la comisión creada para la evaluación de las víctimas de violencia policial y de origen político entre los años 1960 y 1978 creada por el Parlamento y el Gobierno Vasco reconoce a Paredes y a Ángel Otaégui como víctimas de violación de los derechos humanos. Habría que preguntarse qué derecho tenían Txiki y Otaégui a atracar bancos, poner bombas, secuestrar gente y matar militares y policías, a ver si es que en opinión de nuestros políticos de hoy van a ser ellos los «buenos», y por ende inocentes, y sus víctimas las «malas». Incluyendo entre las víctimas, una vez más, la verdad.

Lectura póstuma

En palabras de Fernando Vaquero… «Pero, con tanta sigla, demasiados nombres, tantos giros tácticos, tamañas discusiones bizantinas… podemos perder la perspectiva. No en vano, la cuestión decisiva, de naturaleza moral y política, es: ¿acaso existen terroristas buenos y otros malos? Entonces, ¿buenos serían los seguidores de la línea actual de la Izquierda Abertzale y malos quienes disienten y persisten en unas prácticas perversas de momento «congeladas»?

«El caso de la reciente detención de Gerry Adams, por unos días, nos ha devuelto a la realidad pura y dura del terrorismo, … Son 1800 los asesinatos sin resolver en Irlanda. Y en España más de 300. Y sus familiares, sus víctimas directas, toda la sociedad, deben –debemos- saber la verdad. Y que los culpables sean descubiertos, juzgados y condenados… La paz nunca debe sacrificarse a la justicia: ni sería paz, ni sería justa. A lo sumo, la paz de los cementerios del olvido… Los hijos de esa víctima han mostrado un formidable valor, al igual que la policía que ha realizado las pesquisas. No es necesario realizar más lecturas políticas del hecho, que puede tenerlas; incluso varias. Ha sido un gesto moral, ante todo, de dignidad, que nos confirma que es posible decir NO al terror, superar el miedo que pretende imponer una minoría a toda una sociedad, y actuar desde la legalidad contra TODOS los terroristas en TODAS sus modalidades… Por ello, ya estén en activo o en la reserva, en la clandestinidad o en el exilio, en las cárceles o en libertad condicional, al frente de una institución pública o en la trastienda, ya practiquen terrorismo de «alta» o de «baja» intensidad…, sea lo que sea: no hay terrorista bueno» .

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 5 de octubre de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/marxismo-futuro-libertad–144462.html