La Doctrina social más odiada, temida y manipulada

Por Pascual Tamburri, 19 de octubre de 2015.

Da más miedo que el comunismo y el capitalismo, y dio casi tanto como el fascismo. Pero no la inventó un político, sino un santo. ¿Qué hacemos con ella en la crisis?

No hace mucho el profesor Marco Tarchi nos recordó a todos algo que había escrito Santo Tomás de Aquino en la Summa Theologiae, «El negocio, considerado sólo en sí mismo, tiene algo de vergonzoso«. Y es que hay, ya desde mucho antes de León XIII y en realidad de modo consustancial a la Iglesia Católica, algo que hace una generación aún se llamaba Doctrina Social. Algo que puede tener que ver con que el papa Francisco, en medio de su aparente desorden, hable de «dictadura de la economía sin rostro» y de «fetichismo del dinero» .

La publicación de la encíclica Caritas in veritate, de Benedicto XVI, el 29 de junio de 2009, generó una importante controversia por la confusión que reina entre algunos de los mismos católicos torno a la doctrina económica y social de la Iglesia. Benedicto, como León y dos milenios de Papas antes, no entró en el debate «más Estado o más mercado», que en realidad ve a la Iglesia como neutral; pero del mismo modo que la libertad y la Patria sí son consustanciales a la visión católica de las cosas, la economía liberal de mercado no lo es; ni lo era; y sigue sin serlo.

Francisco, en esto como en muchas cosas, ha añadido a sus propias polémicas todas las heredadas de sus antecesores. Y así como tengo mis reservas sobre algunas de sus opiniones en otros temas como doctor particular, lo veo en esto en sintonía con la Rerum Novarum de 1891 y con todos los siglos anteriores de condena de la usura y vicios asociados y hoy triunfantes en nuestra sociedad.

La propiedad privada, extensión natural de la persona, tiene por definición en el mundo católico una función social. En fin, esto lo recuerdo aprendido tanto del padre Germán Arana como de don Antón Pazos, y poner de acuerdo un jesuita y uno del Opus Dei no es fácil. Obviamente no es lo que dice el liberalismo económico; y así como la libertad de empresa y de propiedad son defendidas por los católicos, la riqueza sin límite como fin a sí misma y a la vida de los humanos (la vieja usura) no lo es y nunca lo será.

Existe un bien común, social, que puede ligarse o no al Estado; porque lo público sí es permanente, pero su forma actual, Estado, es sólo un modelo entre los posibles. El gobernante cristiano tiene, con o sin Estado, un orden de prioridades en sus decisiones, de naturaleza moral y social. Y a menor nivel todo cristiano tiene ese orden o debe tenerlo en una sociedad, cristiana o no. En todo caso, ese orden no puede nacer de la oferta y la demanda orientadas a la riqueza con fin y justificación en sí mismas. En último caso, de la oferta y la demanda como fundamentos de la convivencia lo que nace es el desorden, desde el punto de vista cristiano tradicional.

Eso no es igualitarismo, ni mucho menos socialismo, y confundirlos fue el error, no inocente, de muchos cristianos del siglo XX. Tampoco es un ideario político de izquierdas, ni de derechas –al menos no si pensamos en la derecha capitalista economicista-. Lo que pasa es que para un católico ni el comunismo ni el consumismo son compatibles con una sociedad justa, como no lo es una sociedad que ponga la economía como principio y fin de todas las cosas.

Es angustioso ver la confusión crecer, y escuchar a patriotas jóvenes o menos identificar España con cualquier forma de materialismo, sea individualista sea bolchevique. Demasiado a menudo la doctrina social de la Iglesia fue mal entendida, dando lugar a su uso como banderín de enganche para formas camufladas de comunismo y como argumento contra la fe, por otro. No creo que el Pontífice reinante sea perfecto, pero sí que en más de un aspecto molesta justo por decir lo que debe, más que por lo contrario.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 19 de octubre de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/doctrina-social-odiada-temida-manipulada-144705.html