Donde sí hubo ‘sorpasso’ y triunfó el ‘turarsi il naso’, o cuando la copia navarra es aún peor que el original democristiano

Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de junio de 2016.
Publicado en Razón Española.

El 26 de junio hubo otra vez elecciones generales, y quizás para hacer más ameno el repetido y monótono espectáculo de los políticos profesionales obedeciendo a sus asesores de imagen –omnipresentes y omnipotentes a diferencia de los asesores de principios, ideas, valores y fidelidades, que no existen-, se introdujeron en el debate dos conceptos tomados de la política italiana de hace unas décadas: el ‘sorpasso’ como amenaza o deseo, y el ‘turarsi il naso’ como sacrificio necesario para evitarlo.

No debería sorprender, y esto por una razón que conviene recordar: España tiene desde 1978 una Constitución y un sistema electoral muy cercanos a los que la República Italiana tuvo desde 1947 –es decir, una democracia parlamentaria bicameral con una ley electoral aparentemente proporcional. Desde las elecciones constituyentes de junio de 1946, la izquierda y la extrema izquierda, en torno al Partido Comunista más fuerte de Occidente, pedían el voto de los rebeldes, los revolucionarios y los descontentos para ‘adelantar’ a las fuerzas conservadoras y cambiarlo todo. Al mismo tiempo, el centro de la Democracia Cristiana (rechazando ser ‘derecha’) apelaba al ‘voto útil’ y pedía a todos los anticomunistas que votasen a la DC a pesar de sus escándalos, ‘tapándose la nariz’ y por miedo al cambio. Todo lógico, en un sistema con variedad de partidos.

Casi lo que extraña es lo sucedido en España entre 1977 y 2015, que con un sistema similar nunca haya habido un Gobierno de coalición, y que el acuerdo o pacto entre partidos distintos parezca poco menos que un imposible, mientras que en Italia con condiciones similares fue lo habitual y pese a todo permitió la reconstrucción del país y su retorno como gran potencia. Más aún extraña que nuestros políticos no fuesen capaces de tales acuerdos, en definitiva consustanciales al sistema: en Italia, en 18 legislaturas desde 1946, ha habido 12 Presidentes de la República y 27 Presidentes del Gobierno al frente de 63 gabinetes distintos, algunos de días otros de años, ninguno con mayoría absoluta y sin que nunca se haya terminado el mundo. Quizá sea una cuestión de educación, nivel y estilo políticos diferentes, tanto como puedan serlo José Luis Rodríguez Zapatero y Giulio Andreotti.

En España en junio de 2016 no ha habido ‘sorpasso’ y los de Iglesias sumados a los comunistas de IU han perdido más de 1.100.000 votos respecto a diciembre. No sólo el PP es el primer partido en el Congreso y en votos, y tiene mayoría absoluta en el Senado, sino que el PSOE conserva su liderazgo de la oposición. Ha funcionado en beneficio de Mariano Rajoy el votar ‘turandosi il naso’, en detrimento de otras opciones más coherentes y menos corruptas y volubles como Ciudadanos y lo que quede de Vox; y no ha habido ‘sorpasso’ de Unidos Podemos sobre el PSOE. Esperemos sólo que no extraigan de estos dos hechos las conclusiones equivocadas.

El miedo y el ‘taparse la nariz’ ante el mal olor han funcionado también en Navarra. UPN-PP (en coalición) obtienen en junio como en diciembre un voto estable, que no ilusiona pero al menos sí capitaliza el temor. Los 126.000 votos de 2011, que habían llegado a ser en tiempos de Aznar unos 150.000, bajaron a 101.000 en 2015 y se han quedado en 2016 en 106.000. Suficiente para ganar, para superar el 30% y para tener dos diputados y tres senadores. Podemos no les supera, pueden salir diciendo que han ganado y nadie pierde su puesto. ¿Y ahora qué? Lo cierto es que tanto UPN como PP están fuera del poder real en las instituciones navarras, excepto algunos Ayuntamientos, y que esto los está desgastando. Tienen menos afilados, menos entusiasmos y el único horizonte de ganar elecciones y recuperar el poder. Han mantenido su fuerza con el “voto del miedo”, arañando consensos a Ciudadanos (que baja en Navarra de los 25.000 de diciembre) y quizás a la abstención de los hastiados. Es un buen resultado a corto plazo para los profesionales, que sin embargo ni resuelve sus problemas internos, ni les da una meta clara y atractiva, ni soluciona la amenaza abertzale, ni los pone más cerca de derrotar al Cuatripartito foral de Uxue Barkos.

UPN y PP se equivocaron en diciembre y se han vuelto a equivocar ahora al desilusionar a parte de su electorado tradicional, que se ha abstenido, y a un electorado renovador que sigue fiel a Ciudadanos (20.000 votos y cuarta fuerza) pese a los desprecios y ninguneos soberbios de los partidos tradicionales y de los medios de comunicación provinciales. Enzarzados entre sí, PP-UPN y Ciudadanos suman en Navarra 126.777 votos, el 37,97%, insólitamente peores resultados que en el conjunto de España. La diferencia está en qué sociedad tienen, qué rivales se les enfrentan y qué ofrecen, y no ofrecen, ellos. Porque a veces ‘taparse la nariz’ es un ‘mal menor’ pero votar por miedo no conquista ilusiones juveniles ni es nunca una verdadera solución.

El PSOE, muy en la línea de UPN y PP, temía ir a mucho menos, y se ha salvado. Los socialistas, que en 2011 fueron segunda fuerza, en diciembre perdieron unos 20.000 votos, fueron tercera fuerza con sólo unos 55.000 y salvaron un solo diputado. En junio resisten, suben un poquito hasta los 57.000 y se quedan como terceros. En navarra sí sufrieron ya el ‘sorpasso’ pero al menos no se ha agravado. En cifras, como UPN-PP, pueden decir que se han estabilizado, que suben y cuanto quieran decir. Pero el hecho es que su votante, fiel, está envejecido y desilusionado, carecen de actividad social y juvenil real –como UPN-PP- y han renunciado también a la batalla de las ideas, de la educación y de las imágenes. Tienen una crisis de afiliación y de activismo, y realmente no saben dónde van. La izquierda radical de Podemos en cambio es joven y sí tiene un proyecto social sugestivo… aunque aún sea minoritario.

Podemos es la segunda fuerza en Navarra, conserva en junio sus dos escaños de diciembre y en junio sube de 80.000 a más de 94.000 votos. Si bien es verdad que han perdido como en toda España votos que han vuelto al PSOE y votos de IU que quizá no se han movilizado, han sabido conservar el grueso de Izquierda-Ezkerra y además pescar en los caladeros antes vedados de Bildu-Batasuna. Podemos es el “voto útil” para la izquierda y la extrema izquierda, y también para el descontento juvenil e incluso para los separatistas. Son la columna vertebral en la sociedad real del Cuatripartito –barrios obreros, estudiantes, también clases medias afectadas por la crisis y un voto interclasista- y están curiosamente menos lejos de UPN-PP que en diciembre. En una Navarra radicalizada, con un centroderecha voluntariamente lejos durante décadas de las aulas y de los jóvenes y con una cuestión nacionalista añadida al resto de temas propios de Podemos, a los de Iglesias les ha ido bien, y van modestamente a más en la aún Comunidad Foral.

¿Y los nacionalistas vascos? Por primera vez desde 2000, aunque no por primera vez en absoluto, se quedan sin representación parlamentaria en Madrid a cuenta de Navarra. Geroa Bai, el partido de la presidenta Uxue Barkos, en diciembre tuvo aún 30.000 votos y fue quinta fuerza, pero en junio se queda en la mitad con apenas 14.000. Tampoco se lo reprocharán mucho desde el País Vasco porque al PNV no le ha ido mucho mejor allí, y en el fondo esta posición es la tradicional del nacionalismo ‘moderado’ en Navarra, llámense PNV, EA o Geroa: la marginalidad de una sexta fuerza. Otra cosa es que Barkos sea presidenta en una posición tan débil.

Mejor les va a los batasunos de EH Bildu. En junio resisten en torno a los 31.000 votos, son la cuarta fuerza aunque sin escaño, y esto debe ser entendido como un éxito pese a todo. ¿Por qué éxito? Porque a pesar de que el “voto útil” tanto extremista de izquierdas como antiespañol es en Navarra el de Podemos, y hay un desvío de votos desde el entorno potencialmente abertzale a Podemos, Bildu demuestra solidez y tener una masa social transversal y transgeneracional a prueba de bomba en su lealtad. Una red social coherente y activa con el doble de votos que los de Barkos y, sin ninguna duda, todos los argumentos para liderar ellos y no Geroa Bai – PNV cualquier futuro que el mundo abertzale quiera tener en Navarra. El activismo juvenil y la penetración social de Podemos son las únicas partes amargas de una jornada electoral que para los de Bildu no lo es tanto. Pronto les veremos manos a la obra, tanto para deglutir los restos de Geroa Bai como para competir en crecimiento con sus por otro lado ‘compañeros’ de Podemos.

Podemos sumado a los abertzales es una amenaza. Los abertzales, con menos votos, están hoy más cerca que antes de alcanzar sus objetivos en Navarra. Y eso porque Podemos, siendo una extrema izquierda de líderes marxistas, está abierto a una posible secesión de España o a una anexión al País Vasco. También porque hay una menor resistencia social identitaria a esa opción, de lo que sólo es posible culpar a los que durante dos generaciones se han encargado de la educación, la cultura y muchos medios de comunicación en Navarra y en España: en la provincia UPN siempre hasta 2015 y a menudo el PP en todas partes.

La independencia y la ruptura están hoy más cerca. Es un error creer que una mera no-derrota electoral defenderá Navarra en España. Los líderes políticos han demostrado estos seis meses que les importan más sus siglas y sus puestos que el bien común de España y de Navarra. Han permitido la repetición de elecciones para nada y han renunciado a dar batallas esenciales de ideas, de valores y de simple acción social. Y no son sólo los ya añejos UPN y PSOE. Cuando el PP se refundó en Navarra en 2008-2009 su aspiración era cambiar Navarra y gobernarla. Hoy, simplemente y después de hacerse la gestión que Génova quiso, está reducido a ser acólito lánguido de UPN. O los partidos de ´centro´ van a cambiar, o se arriesgan a un ‘sorpasso’ político que suceda al ‘sorpasso’ social y juvenil que ya se han producido. También creyeron imposible perder el Gobierno en 2015, pero sucedió. O cambian o surgirán nuevas fuerzas que paren a los afines a la ETA y a todos los enemigos de España. Y sin necesidad de taparse la nariz.

Por Pascual Tamburri Bariain, 26 de junio de 2016.
Publicado en Razón Española.