Alternativa a la autodeterminación

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de abril de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.

Los hechos son preocupantes. Pueden matizarse, pueden reinterpretarse, incluso pueden negarse con mala intención, pero no por eso van a cambiar. Y el hecho es que la «construcción nacional» vasquista avanza.

Arzallus y Garaicoechea preparan un referendum de autodeterminación. Batasuna se prepara para resistir a la ilegalización. Eta seguirá matando, hasta que declare una tregua que desencadene el proceso. Y, mientras tanto, Patxi López y Jesús Eguiguren garantizan que el socialismo vasco ha dejado de ser una alternativa al nacionalismo, convirtiéndose de nuevo, con su enorme complejo de inferioridad, en un fiel servidor del PNV.

Para garantizar la libertad y la verdad en el País Vasco, si exceptuamos UA, queda sólo el PP. Al menos como partido político, porque lo cierto es que una parte de la sociedad, antes callada y acobardada, no se calla ya. Tal vez no compartan los principios específicos del PP, pero cada vez más vascos, sin definirse necesariamente como de centro o de derecha, gravitan en torno al proyecto de Jaime Mayor Oreja.

Los populares están dispuestos a encabezar la «alternativa a la autodeterminación» en las municipales vascas. Junto al PP, en este caso, habrá decenas de colectivos, grupos y personas que creen que la alternativa es posible en el País Vasco. Esa alternativa pasa por mantener e incrementar la presencia electoral, pero sobre todo social.

El nacionalismo vasco lo sabe bien: no basta conseguir unos cientos de miles de votos cada cuatro años. En sociedades complejas y amenazadas como la vasca y la navarra es preciso obtener una movilización popular constante, vertebrar una alternativa que llegue al poder desde la calle. Y, en la calle, hay que plantar cara al miedo, la muerte y la mentira.

El PP va a tener a su lado a muchos militantes del PSE a título personal, y por supuesto a Unidad Alavesa, pero también a intelectuales, a profesores universitarios, a miembros de colectivos como Basta Ya o Foro de Ermua, y a las asociaciones de víctimas del terrorismo. No sólo para avanzar en las elecciones de 2003 y hacer democráticamente inviable el soberanismo, sino también para que en la calle haya una respuesta contra ese soberanismo.

La pelota está en el tejado del PSE, y en su entorno social. Los herederos de Pablo Iglesias pueden prestarse, como si fuesen una Izquierda Unida cualquiera, a ser los mayordomos de los señoritos nacionalistas. O pueden, si quieren, colaborar en una alternativa a la barbarie. Ellos sabrán.

Colectivo de Vascos sin Libertad

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de abril de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.