Cualquier Batasuna es ilegal

Por Pascual Tamburri Bariain, 18 de marzo de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.

El Tribunal Supremo ha puesto fuera de la ley a Herri Batasuna. Pero son ya ilegales todos los partidos, se llamen como se llamen, que tengan vínculos con Eta o que «recojan las nueces del árbol que Eta sacude».

La decisión del Tribunal Supremo, irreprochable en su fondo y en sus formas, pone fuera de la ley a Herri Batasuna. No sólo se trata de la vieja coalición electoral etarra, sino de cualquier grupo de personas, sin importar sus siglas ni su pasado, que comparta con Eta fines y medios.

Para tranquilidad de los juristas más delicados y de los políticos más sensibles, la nueva Ley de Partidos dejó claro que son los medios ilegales (violentos, terroristas, antidemocráticos) los que determinan la ilegalidad de un grupo político. No sus metas, por absurdas e incoherentes con la realidad nacional de España que sean. Esto es particularmente importante para los partidos que comparten objetivos con Eta y con Batasuna: el PNV independentista y el PCE marxista-leninista, por ejemplo, no se ven afectados por la ilegalización. El PCE-r de los Grapo ya es ilegal.

Batasuna es ilegal, pues, por su vinculación a Eta y por los métodos que ambos -partido y banda terrorista- comparten. Podrán en el futuro ser ilegalizados otros grupos políticos que recurran al asesinato y la extorsión. Pero desde la publicación de la sentencia son ya ilegales todos los partidos, se llamen como se llamen, que tengan vínculos con Eta, que tengan los mismos métodos que Batasuna o incluso que «recojan las nueces del árbol que Eta sacude».

En tiempo de elecciones esto es particularmente importante. No debe haber fisuras en la aplicación de la sentencia judicial: todos los órganos del Estado (y las Comunidades Autónomas lo son) están obligados a cumplir y a hacer cumplir la legalidad. Más allá de excesos verbales bastante comprensibles, nadie puede servir de refugio al brazo político de Eta. Quien lo haga, de cualquier manera, incurre en una violación de la Ley de Partidos y puede desencadenar tensiones sin precedentes.

Por Pascual Tamburri Bariain, 18 de marzo de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.