Elecciones municipales de mayo de 2005

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de mayo de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.

José Luis Rodríguez Zapatero y una amplia coalición de extremistas, izquierdistas y separatistas habían definido las elecciones del 25 de mayo como un plebiscito a favor o en contra del Partido Popular y de José María Aznar. De los primeros resultados electorales se desprende que la apuesta rupturista del PSOE ha fracasado.

Ciertamente, millones de votos siguen respaldando al socialismo español, pero el viento favorable que se anunciaba desde hacía meses, el viento de las encuestas, del chapapote, de Iraq y de las pancartas, ha quedado en nada. Una campaña electoral brillante y una confianza a toda prueba en el sentido común de la gente ha dejado las cosas como estaban. Aznar, junto a sus miles de alcaldes, concejales y parlamentarios, ha tenido razón esperando.

Los resultados se prestan a muchos análisis, y en los próximos días, con datos definitivos, habrá opiniones para todos los gustos. Pero de estas elecciones y de la campaña electoral ha emergido en toda su crudeza el problema más urgente que tiene la España democrática como nación. El nacionalismo vasco quiere destruir la unidad del Pueblo y del Estado. Para garantizar la paz, la libertad y la seguridad en el País Vasco y en parte de Navarra no basta con un simple cambio de Ayuntamiento o de gobierno. Estos cambios deben ir unidos de un consenso permanente entre las grandes fuerzas políticas – socialistas y populares- que excluyan ulteriores concesiones al nacionalismo y eliminen este problema de la vida española. Para esto, los votos de Aznar y los de Zapatero han de ir unidos.

Por Pascual Tamburri Bariain, 25 de mayo de 2003.
Publicado en El Semanal Digital.