Los valores del alcalde Ruiz-Gallardón

Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de mayo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.

Los españoles en general y los madrileños en particular tienen derecho a saber que España no se rinde, que las esencias no admiten renuncias, y que nuestra identidad tiene defensores.

14 de mayo. El pasado lunes el Príncipe de Asturias y su prometida, doña Letizia Ortiz, recibieron en Madrid la Medalla de Oro de la Villa. La capital de España, lógicamente, se honra en sentir como hijos suyos a los herederos del Reino, y les rinde el tributo de afecto que Juan Carlos I y sus antecesores en la Jefatura del Estado han merecido.

El alcalde Ruiz-Gallardón demuestra con este gesto una fina sensibilidad histórica y también política. El próximo matrimonio entre los dos jóvenes será la consagración de la normalidad constitucional de nuestra joven monarquía, más instaurada que restaurada, y significará también la garantía de su propia continuidad. Más allá del espectáculo televisivo, la decisión es importante para el pueblo español. Y, por otro lado, en esta situación de transición e incertidumbre, Gallardón acierta al proponer seguridades a los ciudadanos; una de ellas debe ser la Casa Real.

Gallardón ya mostró en ocasiones anteriores finura intelectual y gran capacidad política. Lo hizo, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, y qué duda cabe que la sesión de esta semana en el Ayuntamiento subraya esa gran capacidad personal.

También acertó Gallardón en su discurso, cuando, ante don Felipe y doña Letizia, afirmó la necesidad de defender «nuestros valores» frente a las incertidumbres del momento. Esto, dicho en la villa víctima del 11-M, bajo un retrato del Rey de España, en presencia de un heredero de Felipe II y con un Crucifijo perfectamente visible para el auditorio, es muy significativo, y seguramente muy necesario. Los españoles en general y los madrileños en particular tienen derecho a saber que España no se rinde, que las esencias españolas no admiten renuncias, y que nuestra identidad milenaria tiene defensores en la clase política.

Por desgracia, pero también muy significativamente, esta misma semana el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que proporcionará y financiará con medios públicos la llamada «píldora del día después» a quien la solicite. Se tome la cosa como se quiera, es difícil afirmar la vigencia de determinados «valores», y más en ese contexto, si después se promueve una práctica abortiva más que discutible en todos los sentidos. Con un riesgo cierto de crear fisuras en el centro derecha, pero sobre todo con la seguridad de alejar a los representantes de esa opción política del centro de la sociedad española. Ya que en eso consiste el centrismo posible y deseable, y no en rendirse a los valores y a los programas de la izquierda; a menos que las ideas importen menos que las conveniencias personales.

Por Pascual Tamburri Bariain, 14 de mayo de 2004.
Publicado en El Semanal Digital.