Zapatero se hunde según sus propias encuestas

Por Pascual Tamburri Bariain, 11 de octubre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

El PP de Rajoy ha rebasado al PSOE de Zapatero, y la política del Gobierno hace que las cosas vayan a más. Sólo un cambio radical puede cambiar la tendencia.

Mariano Rajoy y Eduardo Zaplana ya habían hablado de la encuesta de «El Mundo» del pasado lunes -la primera de las publicadas que anuncia una victoria del PP en unas posibles elecciones generales- como de «un punto de inflexión» en la legislatura. Para el PSOE, que maneja fuentes privilegiadas tanto sobre la opinión general como sobre la de sus propios votantes, la cosa es aún más peligrosa.

José Luis Rodríguez Zapatero también dispone de encuestas, que no va a publicar, y que hablan de un empate técnico entre los dos grandes partidos. Respecto a los anteriores comicios y encuestas no se trata tanto de una subida del Partido Popular como de una caída del PSOE y especialmente de su hasta ahora candidato a La Moncloa. Rajoy se ha limitado -que no es poco- a administrar bien su posición.

Para la estrategia personal de Zapatero estas encuestas no serían especialmente angustiosas, ya que hipotéticamente podría seguir gobernando apoyado en su actual coalición de hecho con los independentistas, republicanos y extrema izquierda. Pero para el PSOE es un drama colectivo, porque la recuperación del poder en 2004 se ha demostrado estéril, y ha supuesto poner en riesgo buena parte de la credibilidad institucional del partido.

En realidad, las cosas son aún peores para los de Ferraz, porque todas estas encuestas se han hecho antes de la semana en la que coincidió la ruptura masiva de la legalidad en Melilla y Ceuta con la aprobación por Zapatero de un Estatuto anticonstitucional. Si antes las cosas estaban mal, cómo estarán ahora.

Para saberlo, nada mejor que mirar al PSOE. José Bono, Francisco Vázquez o Juan Carlos Rodríguez Ibarra han hablado en público contra los resultados de la política de Zapatero. No se trata de una querella contra el PSC o contra Pasqual Maragall, sino que se pone en discusión la esencia misma del proyecto zapaterista. La política de destrucción del PP se ha convertido en una política de destrucción nacional que, como primera etapa, daña electoralmente al PSOE.

El PSOE decidirá su futuro, pero termina el tiempo para hacerlo. Mientras tanto, la situación del «eterno rival» favorece al PP, que debe sacar conclusiones de su experiencia en la oposición. Una actitud incisiva y contundente, combinada con los errores de Zapatero y con su abandono de la idea de nación aplicada a España, ha empezado a dar resultados. Rajoy y los suyos tienen ante sí un camino claro hacia la victoria; no para «dar la vuelta» al 14 de marzo, pues toda nostalgia sobra, sino para servir a España.

Por Pascual Tamburri Bariain, 11 de octubre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.