Un accidente que pudo cambiar España

Por Pascual Tamburri Bariain, 1 de diciembre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre sobrevivieron ayer a un accidente de helicóptero que ha obligado a una reflexión sobre su importancia y la de la oposición para la vida democrática.

El accidente de helicóptero que Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre sufrieron ayer en Móstoles pudo significar un cambio inesperado en la vida pública de la nación. Ante el líder popular, que sólo ha tenido daños menores, y ante la presidenta de la Comunidad de Madrid, se acumulan los mensajes de felicitación y de solidaridad. En España y fuera de ella la sensación es de alivio. Aunque no todos los dirigentes del PSOE -en público o en privado- se han mostrado igual de satisfechos por el feliz desenlace.

Y es que en democracia es tan importante la oposición como el Gobierno. No hay verdadera democracia porque los gobernantes sean elegidos por el pueblo, sino porque las alternativas políticas existan, sean respetadas y puedan a su vez convertirse en mayorías. Un líder de la oposición como Rajoy es una figura de la máxima importancia nacional, y el accidente de ayer conmovió a las cancillerías de todo el mundo. En más de un lugar un escalofrío precedió a la alegría.

Tampoco es cosa menor que junto a Rajoy viajase Esperanza Aguirre. Nuestra democracia, que ya no es tan joven, ha tenido pocas mujeres en política tan sólidas y con la proyección de la presidenta; Aguirre fue ministra de Educación en un Gobierno por el que pocos apostaban, e hizo más de lo que nadie esperaba. Fue después presidenta del Senado, el tercer cargo en el orden protocolario de España, y lo fue con una eficacia que muchos -incluso en la izquierda- recuerdan hoy. Y es presidenta con mayoría absoluta de la Comunidad de Madrid, verdadera vanguardia del progreso español, y lo es a pesar de una coalición de factores que parecía invencible. Aguirre es un valor en alza, no sólo para el PP sino sobre todo para España.

Aguirre y Rajoy son dos de las personalidades más relevantes -y si hubiese que elegir dos, probablemente sería estas dos las dos más significativas- de la derecha española del siglo XXI. En ellos se encarna la pluralidad del centro derecha, su amplitud de miras, su compromiso social y su compromiso con la libertad. Rajoy y Aguirre son firmes e inexorables en los principios y en las esencias -como señala agriamente la izquierda- pero están en las antípodas del exabrupto y del radicalismo. Personas afables en el trato, inteligentes en la exposición, modernas en las formas y plurales en el ámbito de acción, pero no por ello alejadas de los valores que están destinados a encarnar.

Ayer el presidente nacional del PP «ha vuelto a nacer», como ha dicho la presidenta de la Comunidad de Madrid. El PP -la única oposición hoy- es un partido enorme, lleno de gente valiosa, por lo que no se puede ni debe hacer cuestión de Estado de los nombres de los líderes. Pero lo cierto es que éstos son hoy sus líderes, destinados a recoger la España que Zapatero deje al salir de La Moncloa. Aguirre y Rajoy representan mucho más que dos nombres o dos cargos, pues son hoy la condensación de la pluralidad de sensibilidades que de hecho existen dentro del partido y de su fecunda base social. El centroderecha, plural, en nombre de toda la nación, respiró aliviado ayer. Muchos socialistas, dadas las circusntancias, también.

Por Pascual Tamburri Bariain, 1 de diciembre de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.