El Gobierno debe explicar los motivos que hay para la esperanza

Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

Zapatero ha expresado a casi todos los líderes políticos su confianza en el fin de ETA. Ahora es el momento de terminar lar ronda recibiendo a los navarros y de dar sus razones.

Prosigue la ronda de contactos políticos del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con los distintos líderes implicados en su «proceso de paz». Significativamente ayer jueves fue recibido en La Moncloa, en una larga y cordial entrevista, el presidente del PNV Josu Jon Imaz. Aunque Zapatero inició protocolariamente sus conversaciones con el líder del PP y de la oposición, Mariano Rajoy, el grueso de sus coloquios se han sostenido con políticos nacionalistas de diferentes tendencias.

El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, ha destacado como balance de esta ronda que «por primera vez y sin fisuras» todos los partidos políticos están unidos contra el terrorismo, y que este hecho fundamenta la esperanza que Zapatero y el PSOE expresan a cada paso.

Ahora bien, conviene recordar que los partidos políticos democráticos han estado unidos durante décadas contra el terror de ETA, y que al margen de diferencias políticas han suscrito en el pasado acuerdos tan importantes como el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo, que unió a PP y PSOE y que permitió, con la ilegalización de Batasuna, la derrota política de ETA. Zapatero debe recordarlo bien, porque él lo firmó en nombre del PSOE; y recordará sin duda que el partido que faltaba en la unidad antiterrorista era, precisamente, Batasuna. Si Moraleda habla de un hecho novedoso, ¿se refiere acaso a la opinión de Batasuna?

Esto debe explicarse porque Batasuna ha dejado siempre perfectamente claro que el terrorismo puede acabar si se paga el precio necesario. Pero los demócratas nunca han estado dispuestos a pagar ese precio, y han identificado la lucha contra ETA con la defensa del Estado de Derecho. No sería fácil de explicar que el fundamento de la esperanza de Zapatero fuese la posibilidad de satisfacer reivindicaciones de ETA – Batasuna, lo que implicaría un cambio de sentido en la relación entre democracia y terrorismo.

Un síntoma preocupante de esto es, justamente, que en la larga ronda de conversaciones de Zapatero con los líderes políticos ha faltado el presidente del Gobierno de Navarra y del Unión del Pueblo Navarro, partido que, de acuerdo con el PP, ostenta una amplia mayoría política en la Comunidad Foral. Comunidad que, por otro lado, es en sí misma una reivindicación esencial de ETA. ¿La ausencia de Navarra es también una señal de esperanza?

En España hay esperanza en torno al fin de ETA, y Zapatero la alimenta. Ahora, sin embargo, conforme a su compromiso, debe acudir al Parlamento a explicar qué razones le mueven a la esperanza. Y la importancia del caso requiere que lo haga en una sesión separada del debate sobre el estado de la Nación, a finales de este mes de mayo.

Por Pascual Tamburri Bariain, 5 de mayo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.