Ibarretxe no renuncia a nada y Zapatero no aclara nada

Por Pascual Tamburri Bariain, 16 de octubre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

José Luis Rodríguez Zapatero recibió ayer en La Moncloa al lendakari del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe. Éste planteó al presidente del Gobierno de España sus intenciones políticas, que ya son de dominio público. Y Zapatero, aunque no está de acuerdo con el líder abertzale y lo dejó claro ante los medios de comunicación, no explicó qué hará para impedir que los nacionalistas lleven adelante su plan que él mismo ha definido como «ilegal», además de «electoral» .

Ibarretxe ha dicho que a partir de la entrevista de este martes empieza un camino hacia un pacto con Zapatero en 2008. El «pacto» del que el lendakari habla es una fórmula confederal en la que bajo el nombre de «capacidad de decidir» el País Vasco proclame su derecho a la autodeterminación, para ejercerla y llegar en el futuro a la independencia. Con muchos oropeles jurídicos, Ibarretxe centra su atención en un «pacto» de esa naturaleza. Ayer se lo explicó en persona a Zapatero y se encontró, como no podía ser de otra forma, con una negativa.

Que el presidente del Gobierno de España rechace una propuesta que rompería la legalidad española y anularía el fundamento de nuestra Constitución no es ninguna sorpresa. Sería sorprendente, en cambio, lo contrario. Zapatero estuvo correcto y atento con su interlocutor, pero ambos evitaron excesivas muestras de cordialidad porque sabían que sus posturas no podían encontrarse, ya que lo que Ibarretxe quiere es incompatible con los deberes más básicos del oficio que desempeña el presidente.

Zapatero ha invitado a Ibarretxe a buscar un «pacto entre los vascos» antes de intentarlo con el Gobierno del Estado. Esta sugerencia acierta en un punto débil de cualquier proposición abertzale, que ignora que la mitad de la población del País Vasco -y por supuesto mucho más que la mitad en Navarra- no es nacionalista, ni quiere ningún tipo de secesión, autodeterminación o independencia. Un acierto de Zapatero, que realmente invita a Ibarretxe a ponerse de acuerdo con los socialistas de Patxi López, bien dispuestos a un nuevo Estatuto como el catalán por ejemplo, a diferencia del PP vasco de María San Gil.

Pero Zapatero no ha aclarado su propia postura, y sobre todo no ha dicho qué hará si Ibarretxe viola las leyes y se excede en el uso de sus propias competencias, o cómo afrontará esa situación si se llega a producir y le corresponde hacerlo. Según el calendario marcado por Ibarretxe, antes de que los abertzales den un solo paso más en España habrá elecciones generales. Los ciudadanos tienen derecho a saber qué harían los principales candidatos si llegasen a La Moncloa y tuviesen que enfrentarse desde esa posición a lo que el lendakari anuncia. Es un asunto de la máxima importancia electoral, y Zapatero lo evitó ayer. Sólo han hablado claro Ibarretxe, que representó de nuevo su papel de víctima en Madrid, siempre rentable electoralmente entre los suyos, y Mariano Rajoy, quien ha quedado claro que defenderá la Constitución de toda agresión. Ayer sus palabras fueron las que Zapatero habría debido pronunciar y en cambio calló.

Por Pascual Tamburri Bariain, 16 de octubre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.