La hegemonía juvenil nacionalista

Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de septiembre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.

Eta ha vuelto a matar. Lo ha vuelto a hacer en Leiza, uno de esos pueblos en los que los que defienden la sinrazón separatista son mayoría, uno de esos pueblos en los que nombrar a España es motivo para la exclusión social y la persecución. Hemos podido ver en los medios de comunicación la pequeña manifestación que recorrió Leiza en contra del terrorismo, únicamente cincuenta personas y entre ellos sólo tres o cuatro jóvenes.

¿Dónde está la juventud no separatista de Leiza? Sencillamente no la hay. En esta localidad navarra, como en muchas otras, los nacionalistas han conseguido intoxicar a toda una generación de jóvenes; han conseguido, mediante mentiras, un odio visceral a todo lo que representa España. Han logrado crear una comunidad juvenil alternativa que no necesita nada ni nadie para funcionar al margen del Estado.

Mientras los políticos se preocupaban de conseguir un número de votos en tal sitio o conseguir la concejalía de tal otro ayuntamiento, los separatistas se preocuparon de la juventud y esa es, sin duda, su mejor victoria. En unas ikastolas en las que día a día unos profesores de dudoso nivel académico les bombardean con disparates. En los clubes deportivos, las asociaciones culturales, los grupos de montaña y en las herriko tabernas todo el día se puede oír la misma cantinela en contra del «fascista opresor».

Pero no nos engañemos, todo esto sirve de refugio para unos jóvenes desencantados que no encuentran otras formas de ocio lejos de las ataduras abertzales. Si el Gobierno de Navarra, las instituciones y los partidos españolistas se preocupasen realmente de fomentar los grupos de ocio no separatistas y se preocupasen más de saber quién se beneficia a través de las ayudas económicas concedidas a determinados grupos, otro gallo nos cantaría. Frente a la fe absurda del separatismo, frente a su entramado juvenil, sólo puede reconquistarse la juventud navarra desde una oferta aún más atractiva y apasionada, basada además en la verdad.

David Fontaneda Calzada

(Pamplona)

Por Pascual Tamburri Bariain, 28 de septiembre de 2002.
Publicado en El Semanal Digital.