La Conferencia autonómica pone nervioso a Zapatero

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de julio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.

Si la conferencia de presidentes autonómicos se produce en septiembre, como se anunció, podría hacerse innegable el enfrentamiento entre los barones «de toda la vida» y los amigos de los nacionalistas.

José Luis Rodríguez Zapatero será un hombre con talante, pero no es un hombre tranquilo. En las últimas semanas su partido ha dado muestras de mala salud, precisamente en el peor momento. Zapatero tiene en Alfredo Pérez Rubalcaba un excelente mastín para los enemigos internos, pero el gallinero interno del PSOE nadie lo mantiene tranquilo. Las batallas en público por las reformas estatutarias, por las cesiones a los nacionalistas y por la reforma constitucional están desgastando al Gobierno sin que ZP pueda evitarlo.

Hasta tal punto han llegado las cosas que el presidente del Gobierno se encuentra más a gusto con algunos de los presidentes autonómicos populares que con algunos de los suyos. Al menos en las últimas fechas se ha producido varios gestos significativos, hacia Esperanza Aguirre y sobre todo hacia el presidente de Navarra Miguel Sanz, que será recibido en la Moncloa el próximo día 28. La invitación se ha producido apenas unas horas después de haberlo pedido en público el navarro.

Si la conferencia de presidentes autonómicos se produce en septiembre, como se anunció, Zapatero tiene muy malas cartas que jugar, porque allí podría hacerse innegable el enfrentamiento entre los barones «de toda la vida» y los amigos de los nacionalistas. El presidente podría quedarse sin margen de maniobra para mantener unidas las diferentes tendencias, y eso no sería bueno para tener la legislatura en paz.

Los estrategas de Ferraz no recomiendan a Zapatero es que se apoye en el PP para lograr una cierta paz autonómica. Sin embargo, dada la situación interna del PSOE, ésa puede ser la única manera de que las cosas no se descompongan totalmente, y de que -de alguna manera- el presidente del gobierno no quede en manos de los distintos grupos independentistas de los que hoy depende. Zapatero tendrá que elegir, en fin, entre los intereses de partido o los del país, que sólo la solidez del PP, pese a todos los intentos de minarla, garantiza.

Por Pascual Tamburri Bariain, 20 de julio de 2005.
Publicado en El Semanal Digital.