El PP, un garante imprescindible de la tregua

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de marzo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

Rajoy debe estar junto a Zapatero para que no se olviden los principios del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo y de la Ley de Partidos que tan eficaz se demostró contra ETA.

El alto el fuego de ETA, entendido por muchos como una tregua definitiva de la banda terrorista, ha cambiado el curso político de la legislatura. José Luis Rodríguez Zapatero, desde la Presidencia del Gobierno, tiene ahora la doble tarea de estar a la altura de la esperanza que él mismo ha contribuido a crear entre los españoles y de hacerlo respetando los principios y límites democráticos a los que está ligado. La oposición, por su parte, deberá colaborar esa tarea compartiendo la esperanza y con lealtad.

La iniciativa en esto corresponde al Gobierno y el PP debe ser el notario que certifique ante los españoles que todo lo que se haga sea conforme a la ley, sin atajos inconcebibles en un Estado de Derecho. El deseo de paz no puede convertir a los terroristas en vencedores de este proceso, y el PP tiene la misión -que otras fuerzas políticas, sociales e institucionales comparten- de recordar los derechos, memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo y de exigir que la justicia sea el fundamento de la paz -ya que otra cosa no cabría en nuestra democracia–. No basta sembrar ilusión, y no es digno pedir ahora una sonrisa ante unos asesinos que han vertido mucha sangre. Zapatero tiene una tarea, y tiene que contar en ella con el PP.

Mariano Rajoy tiene en esto un protagonismo inexcusable. El «proceso de paz» no puede convertirse en una plataforma electoral de Zapatero, y Rajoy debe estar ahí, como otros muchos pero el primero considerando su aval democrático, para que no se olviden nunca, ni en la calle ni en los despachos, los principios del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo que Zapatero firmó con José María Aznar, y de la Ley de Partidos que tan eficaz se demostró en la lucha contra los que hoy vienen a pedir paz.

No se trata sólo de que el PP pueda y deba exigir al Gobierno claridad absoluta y lealtad con la oposición en el proceso, ni de que deba reivindicar un papel para los diez millones de votos y de voces que representa. Es sobre todo el PSOE el que necesita –si quiere tratar el problema como una cuestión de Estado- que la oposición esté a su lado. Si el PP no encontrase la acogida que merece, la esperanza que hoy vive una gran parte de España estaría siendo defraudada.

Por Pascual Tamburri Bariain, 23 de marzo de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.