Rajoy se la juega en el pulso de la tregua

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de abril de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

La tregua del alto el fuego permanente sigue su curso

ETA ha cambiado el curso de la legislatura. Pero para todos, y no sólo para quienes lo esperaban. Para empezar, los «barones» socialistas reunidos el pasado viernes en Madrid en Consejo Territorial animaron a su líder a seguir «buscando la colaboración de todos los demócratas» y especialmente del PP. Al parecer, durante la reunión en el cuartel general del PSOE en la calle Ferraz, algunos expresaron en voz alta su temor a que los populares «aprovechen cualquier excusa para desengancharse» de la tregua establecida entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero en su último encuentro en La Moncloa a cuenta del alto el fuego permanente de ETA, por lo que recomendaron «extremar el tino» en el trato con el PP. Los socialistas, aunque crecidos con las encuestas, no las tiene todas consigo y piensan que la buena noticia puede tener, al menos, dos filos.

El PP es la clave de la tregua

Mientras el PSOE se teme lo peor aunque desea lo mejor, Mariano Rajoy, desde el Congreso del PPE en Roma, lamentó que el presidente del Gobierno no le hubiese informado de antemano sobre el cambio de opinión del fiscal general, Cándido Conde Pumpido, respecto a pedir prisión incondicional para Arnaldo Otegi. Y esto a veinticuatro horas escasas del encuentro balsámico con Zapatero. El PP dejó muy claro que el Gobierno tiene su apoyo «en la esperanza» pero que no tiene un cheque en blanco para todos los usos. Para Rajoy, la adoptada respecto al líder batasuno «era una mala decisión».

La crítica fue inmediatamente suavizada con la satisfacción que en el PP ha causado la noticia –adelantada por Zapatero en entrevista en Telecinco- de que iba a convocar el Pacto Antiterrorista. «Es una buena decisión con la que estoy de acuerdo porque además es lo que pedí», dijo el presidente del PP desde la capital italiana. Es decir, que los cheques también se cobran. El PSOE se siente vigilado por el PP.

Tan vigilado como lo estuvo durante el pleno de Estatut. Hubo quien esperaba a un Rajoy reblandecido por la entrevista con Zapatero, resignado o derrotado. Y ante el Estatuto de Zapatero Rajoy hizo el discurso de su vida. Sin ninguna concesión: porque una cosa es compartir juntos la esperanza del pueblo español, y hacer posible lo que Rajoy considera muy poco probable, pero sí deseable -el final de ETA–, y otra bien distinta es asumir la liquidación de la España constitucional a la ligera. Un posición neta y entera.

Y esto da al PP libertad para hacer política, incluso en materias espinosas. El jueves, en medio del follón del Estatut, el secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, fue aún más lejos de lo que hasta ahora había llegado cualquier dirigente de Génova al decir que si se constataba que la decisión de ETA de dejar las armas es cierta y definitiva las causas que llevaron a ilegalizar Batasuna cesarían, con lo que el brazo político de ETA podría ser legalizado. Es lógico, en la medida en que el PP ilegalizó un grupo terrorista y no unas ideas; y es lógico que esto sea así. Ahora, para completar la tarea, el PP debe explicar a «su» opinión pública que admitir la legalidad de unas ideas no implica compartirlas, y ni siquiera permitir en modo alguno que se lleven a la práctica. Que es donde va a estar la diferencia entre PP y PSOE, y donde se la juega Rajoy.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 3 de abril de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.