ETA y PSOE empezaron a negociar mucho, mucho antes

Por Pascual Tamburri Bariain, 2 de julio de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.

Desde antes de las elecciones de 2004 había contactos entre PSOE y ETA en asuntos políticos. Hoy, más que nunca, los españoles «quieren saber» y el Gobierno les niega la verdad.

En febrero de 2004 el Comité Ejecutivo de ETA aceptó mantener contactos con representantes del PSOE. Esos contactos habían sido solicitados por el PSOE. ETA consideraba posible que los socialistas acudiesen a la reunión no sólo en representación propia sino también en nombre del Estado, dando como probable la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones del 14 de marzo de 2004. ETA se adelantó, por tanto, a una victoria que ninguna encuesta preveía hasta el 11 de marzo.

ETA puso condiciones a la negociación con el PSOE, ante todo que negociase como partido o, de ser posible, como Estado, pero nunca a título personal. En 2005 ya tuvieron lugar contactos entre el PSOE y ETA, concretamente en Ginebra, entre el presidente del PSE Jesús Eguiguren -una vez sustituido Nicolás Redondo Terreros por Patxi López como secretario general- y el asesino Josu Ternera.

El diario El Mundo ha revelado el contenido de los papeles incautados en abril de 2004 al etarra Félix Ignacio Esparza Luri, miembro de la dirección de la banda junto al mismo Josu Ternera, a Mikel Antza, a Soledad Iparraguirre y a Peio Eskizabel. Estos terroristas exigieron al PSOE «claras garantías» antes de dar más pasos, para no repetir la situación de la tregua de 1998, en la que el PP de José María Aznar se negó a una negociación con contenido político y nunca relajó la presión legal contra ETA.

No puede negarse la eficacia policial contra ETA de los Gobiernos del PP, unida a la movilización social contra ETA. Pero lo que ahora se sabe de las conversaciones entre ETA y PSOE pone en un apuro, sobre todo, a los responsables policiales, de información y de Interior del mismo PP. Encuentros y negociaciones de esa naturaleza no pueden pasar completamente inobservados para los servicios secretos de un país moderno.

Ahora bien, en el campo de la seguridad, como se ha demostrado en el 11 M y después, el PP no hizo los deberes, dejó un gran poder a personas que no eran leales ni al Gobierno ni al Estado, y la consecuencia fue su indefensión ante las maniobras secretas o discretas de sus enemigos. Con las consecuencias que se conocen, beneficiosas para el PSOE. Si el PP vuelve a La Moncloa sus electores pueden pedirle más claridad y menos complejos en información y en comunicación, para empezar.

Y es que no hay que olvidar en qué contexto tenía lugar ese acercamiento entre PSOE y ETA. Todas las encuestas daban como vencedor electoral a Mariano Rajoy. Josep-Lluís Carod Rovira pactó con ETA una tregua parcial en Perpiñán. ETA planeaba un gran atentado en Madrid, aunque sus explosivos -no así los que venían de Asturias- fueron interceptados. El etarra Josu Ternera estaba más confiado y provocador que el mismo José Luis Rodríguez Zapatero. Y ahora tenemos tregua y negociación para empezar. El secretario de Libertades Públicas, Seguridad y Justicia del Partido Popular, Ignacio Astarloa, ha criticado a Zapatero porque «ha aceptado la agenda y el método de negociación exigidos por ETA». Bien está. Peor lo verdaderamente grave es que hoy, más que nunca, los españoles «quieren saber» y el Gobierno les niega la verdad.

Por Pascual Tamburri Bariain, 2 de julio de 2006.
Publicado en El Semanal Digital.