La comunicación del PP tropieza con el «perfil bajo» y los titubeos

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de febrero de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

El sábado más de un dirigente del PP, incluido su «número uno», se quedó, como suele decirse, «colgado de la brocha». ¡La comunicación, don Mariano! ¡La maldita co-mu-ni-ca-ción!

Son los mismos problemas de comunicación de siempre. Los mismos. Cándidos, además. Solucionables, también. Pero no se les pone remedio y se repiten como de oca a oca y tiro por que me toca. Esta semana pasada se ha visto alrededor de la concentración de la AVT en Madrid.

Concentración, más bien «rebelión cívica», por cierto, de nuevo, llena de respeto, emotiva, impresionante, digna, festiva y… exitosa, pese a las muchas descalificaciones -tan injustas– escuchadas y las presiones inaceptables que han soportado los convocantes. Resulta anormal ver como algunos se han lanzado contra el representante de las víctimas, Francisco José Alcaraz, con mayor furor que contra el asesino terrorista Ignacio De Juana. Cuando de terrorismo se habla, la neutralidad, la equidistancia es inmoral. La frase del socialista vasco, Jesús Loza, «nosotros hemos reconocido que los socialistas, los populares, las personas que sufren violencia de persecución, los asesinados o las familias, no somos los únicos que sufrimos. Hemos reconocido que sufren los familiares de las víctimas del terrorismo, y que sufren los asesinos y las madres, pero queremos que ustedes reconozcan el origen primario de la situación, que es la existencia de ETA», es una obscena prueba de ello.

La cosa afecta de lleno a la comunicación pepera. Desde el edificio de la gaviota azul de la calle Génova se filtró el lunes a los medios –a conciencia– que la representación del partido que acudiría al acto convocado por Alcaraz iba a ser de «perfil bajo»; pocas horas después el secretario general del PP, Ángel Acebes, decía a todo el que quería escucharle que él «desde luego si iba a acudir» a la Plaza de Colón. ¿Perfil bajo? ¡Pero si es el número dos del PP!

¿Sorpresa? No. Lo de siempre. Más de lo mismo. Que el PP cuando las cosas se tensan no se sabe bien si sube o baja. Si está o si no está. Siguen sin percatarse los mandatarios genoveses que los ciudadanos castigan más la partición que la equivocación. Y para colmo, han dejado colgados de la brocha a unos cuantos dirigentes del partido que no tenían porque haber sido puestos ante los focos –y con esos pelos– por tan ingenua estrategia de comunicación.

¿Qué ocurre, que Alberto Ruiz-Gallardón, Francisco Camps, Josep Piqué, Eduardo Zaplana e, incluso, Mariano Rajoy no han querido estar con las víctimas este sábado, mientras Ángel Acebes, Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre y María San Gil, sí? ¿Los dos pepés tan pregonados por medios socialistas de nuevo? ¿Acaso considera Génova que Acebes, Mayor y Aguirre, por ejemplo, son políticos «de perfil bajo» y es el mensaje que quiere quede en la retina de los ciudadanos? ¿O el «perfil bajo» es cuestión de número? ¿Hay dirigentes populares «díscolos» que no respetan las consignas de su «número uno» y otros «disciplinados»? Peor sería aún pensar que Mariano Rajoy ha dado libertad a sus «notables» para que cada uno haga lo que le dé la gana. ¡Vaya cacao entonces!

A tanto llegó el desaguisado que el gabinete de prensa genovés, sin darse cuenta de que el «acicalamiento artificial» es mal compañero de la comunicación política, tuvo que remitir un comunicado -tarde y mal; muy mal–, informando que Rajoy no había podido participar en la concentración de la Plaza de Colón por tener que asistir al funeral de la soldado fallecida en Afganistán, previsto a la misma hora en Friol (Lugo). ¡El colmo! «Entre bomberos no nos pisemos la manguera», debió pensar más de un compañero notable. Por más que la presencia del líder de la Oposición en el funeral de Idoia Rodríguez Buján, tan injustamente tratada por las máximas autoridades del Estado, sea digna por supuesto de todo elogio.

Cuando la sociedad civil está activada un partido en la oposición no debe tratar de frenarla. No es sensato. Al revés. Es cierto que entre políticos de postín cala con facilidad aquello de: «Los que desembarcaron en Normandía no desfilaron en París». Claro. ¿Y quién no quiere saborear las mieles del éxito? Pero, en fin, antes de desfilar, primero, hay que llegar a Les Champs-Elysées. Más fácil, juntos y por el mismo camino.

Por Antonio Martín Beaumont y Pascual Tamburri Bariain

Por Pascual Tamburri Bariain, 24 de febrero de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.