ETA cobra de la obra, el Gobierno paga la fiesta

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de noviembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.

En Pamplona en particular y en Navarra en general estamos de fiesta, porque por fin se va a estrenar la nueva Estación de Autobuses de Pamplona. Muy bonita según algunos, y sin duda moderna y funcional; una inversión seguramente necesaria que ha tenido que vencer no pocos problemas urbanísticos y patrimoniales. El presidente de Navarra, Miguel Sanz, ha dicho que la estación es un «ejemplo de cómo deben hacerse las cosas», y aunque no seamos tan optimistas hay mucho y bueno que felicitar.

Este viernes se inaugura aunque, estando como estamos en año doblemente electoral, las visitas y fotografías ya han empezado y tardarán en acabar. Tampoco es malo eso. Que podría haber sido una estación intermodal; que podría haberse cuidado de otra manera el entorno natural y monumental; que podría haberse evitado dar un nuevo horizonte especulativo a ese barrio; no son pocos los debates que esta inauguración deja abiertos, pero son, ahora mismo, sólo debates del pasado. La obra es ya una feliz realidad.

Los arquitectos Manuel Blasco y Jesús Armendáriz han hecho, seguramente, un buen trabajo según su propio arte y saber. El proyecto ha costado 38 millones de euros, de los que 27 millones han salido del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona, y el resto por la empresa adjudicataria. Y ahí, en el dinero y en la empresa adjudicataria de la construcción y la gestión, está el único punto sombrío de todo el asunto.

En junio de 2006 el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska ordenó detener a dos empresarios navarros por haber pagado a ETA al menos 54.000 euros el anterior mes de abril. José Javier Azpíroz y Juan María Saralegui, socios de la constructora navarra AZYSA, S.L., hicieron constar antes de ser detenidos que «deseaban hacer llegar a ETA que este pago lo era con carácter voluntario y con el fin de favorecer el denominado ‘proyecto de paz'».

Los dos leizarras (www.azysa.es), constructores hechos a sí mismos desde la nada, hombres de trabajo y familia, no son unos empresarios cualesquiiera. Subcontratistas habituales de obra pública, han gestionado las obras de los túneles de Velate y tramos de nuestras autovías, además de esta estación de autobuses. Mucho dinero público, aparte del privado. Mucho dinero que en parte ha pasado a ETA, por buenos que sean personalmente los dos empresarios y generosas que sean sus intervenciones de otro tipo. Gastamos mucho en oras, sí, buenas y grandes obras, pero ¿queremos que el círculo vicioso abertzale siga creciendo, y que lo haga con cargo al bolsillo de todos?

Por Pascual Tamburri Bariain, 8 de noviembre de 2007.
Publicado en El Semanal Digital.