Candidatos por azar, líderes imaginarios, mentiras sin fin

Por Pascual Tamburri, 20 de marzo de 2015.

El Parlamento de Navarra estará aún más dividido que el de España. Y los candidatos son elegidos por imagen más que por capacidad. Tampoco es una novedad, pero gusta a los abertzales.

¿Hay elecciones? ¿Seguro? Era difícil darse cuenta, con políticos brillantes y siempre ocupados al servicio de España… Hace ya unos cuantos años decía Arturo Pérez Reverte que «en España, la de político debe de ser una de las escasas profesiones para la que no hace falta tener el bachillerato. Se pone de manifiesto en el continuo rizar el rizo, legislatura tras legislatura, de la mala educación, la ausencia de maneras y el desconocimiento de los principios elementales de la gramática, la sintaxis, los ciudadanos y ciudadanas, el lenguaje sexista o no sexista, la memoria histórica, la economía, el derecho, la ciencia, la diplomacia«. Don Arturo se refería al Bachillerato que él conoció, el de verdad, anterior a las hazañas de Villar Palasí y de Maravall (hijo). Pero sigue siendo básicamente cierto, incluso con el triste residuo al que hoy llamamos Bachillerato, que «cualquier paleto mierdecilla, cualquier leguleyo marrullero, son capaces de llevárselo todo por delante por un voto o una legislatura«.

Yo antes creía que este principio de incompetencia era casi universal, pero como me explicó don Javier Nagore Yárnoz los estudios superiores son contraproducentes más que en ninguna parte en la vida pública navarra. Desde luego, no hablo de títulos, sino de formación: todos conocecemos muchos titulados superiores de hoy infinitamente peor formados que don Amadeo Marco, que era sólo maestro y le sobró.

UPN, para empezar ¿y acabar? Maestro es el consejero de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra, José Javier Esparza, en mayo el cabeza de lista de UPN al Parlamento de Navarra. Por supuesto, ´ninguna ambición personal´, cuándo se le ha visto sino «seguir ayudando a esta tierra a mejorar». De todos modos está haciendo una buena campaña. Ante todo, se ha distanciado mediáticamente de Yolanda Barcina (fue quien lo designó) y le ha impuesto que no forme parte de la lista al Parlamento. Con esto ha conseguido credibilidad dentro y fuera de UPN, y autoridad para pedir lo mismo a todos, ya que se trata de renovación. Pero renovación relativa: Esparza ya ha lanzado la tradicional soflama preelectoral contra la Transitoria Cuarta (aunque UPN, en muchos años de Gobierno y de Gobierno del PP, nunca ha cumplido su fin fundacional), y la campaña se orienta al «voto útil»: vota a UPN, que vienen los enemigos de Navarrra (a los que luego UPN abre la puerta de la Administración, de las instituciones, de las aulas, de las subvenciones…).

¿Volverá Esparza a la tiza? ¿Volverá Barcina a la cátedra? ¿Irá de verdad Catalán (Alberto, ni que decir tiene, no Antonio) a la farmacia? ¿Cerrará Miguel Sanz caja? ¿Y los que no tienen dónde ir porque nunca han vivido de otra cosa? En todo caso, UPN se quedará lejos de la mayoría absoluta (25), casi seguramente con una relativa insuficiente que le impediría formar Gobierno con el PSOE, con el PP si sobrevive… o con los dos juntos incluso. Cunden la duda y el miedo. ¿Y si viene Ciudadanos?

Lo que queda del PSOE. Hablan de «las disputas cainitas» en UPN, pero el PSN se las trae, y más en tiempos sin esperanza como son los de Pedro Sánchez aquí. La candidata del PSN-PSOE a la Presidencia de Navarra y portavoz del PSOE en el Senado, María Chivite, no deja de ser una solución de compromiso en un partido que se hunde. Chivite lanza su campaña diciendo que defenderá siempre que «Navarra siga siendo Navarra». Es decir, todo, o nada. De UPN afirma que no podrá pactar si mantienen la actual política de recortes y con los abertzales, que les separa «su anexionismo al País Vasco». Y es que el votante socialista no es nacionalista, como bien descubrió Urralburu; sus cargos, sólo si conviene.

El PSOE tendrá menos parlamentarios en Navarra, porque tendrá sin duda menos votos. Pero eso puede no ser la clave: lo decisivo es si los escaños socialistas se necesitan y/o bastan para formar Gobierno, sea una vez más con UPN, sea con la extrema izquierda y los abertzales, combinándose con marxistas progenocidas tipo IU o Podemos, con abertzales como en Geroa Bai o con proterroristas como los de Bildu. Al final, pueden seguir mandando, eso sí sin Carmen Otxoa, sin Juan José Lizarbe y sin Roberto Jiménez. Pero el negocio es el mismo.

Ahí sigue Bildu, se llame como se llame. EH Bildu, formado Bildu Nafarroa y Aralar, y remotamente incluyendo los restos de EA, tenía grandes esperanzas puestas en el enfado popular contra los partidos tradicionales… pero llegó Podemos; y había tenido sus esperanzas en la unidad abertzale… pero llegó Geroa Bai. Y Bildu es una coalición muy complicada en medio de un proceso en el que los batasunos dejan claro quién manda. Eso sí, con sus contradicciones. ¿Estará Rafa Larreina en la campaña navarra, a las puertas de su Universidad? Por qué no, si hay en Bildu desde abortistas a Opus Dei, todo es posible para ganar.

Tendrán escaños, muchos como siempre, pero sin saber si servirán para algo más que molestar como durante esta legislatura. Adolfo Araiz, candidato a presidente de Navarra (un héroe de la Mesa Nacional de Herri Batasuna), habla bien de sus potenciales aliados Uxue Barkos y Laura Pérez Ruano, y con ellos y los siempre devotos comunistas podría llegar a tener el poder… pero no era éste su mejor escenario hace un par de años.

Podemos o pedimos. Laura Pérez Ruano es la candidata de Podemos en las próximas elecciones forales (y profesionalmente profesora de eusquera). Distanciada de Pablo Iglesias pero a la vez no, están jugando de modo que su actuación tras las elecciones no dañe a Podemos «estatal». ¿Cómo? Si pactan con los abertzales, será resposable ella; si sale bien, será luego mérito de todos. Ella ha dicho que puede tener «acuerdos programáticos con todo el mundo», aclarando que «no vamos a llegar a acuerdos estables con el PP, el PSN o UPN». Ante todo, claridad.

En realidad, muy clara no puede ser porque nadie sabe cuántos escaños tendrá. Si está en el 10% o más allá, puede llegar a dar el poder a los batasunos, aunque no esté claro si sus votantes, los del enfado, quieren eso. Con lo que ya ha declarado, sólo puede pactar con… Bildu, IU y Geroa Bai, y si nacen o renacen con UpyD, Ciudadanos y Vox, lo que no parece probable. Quiere ser decisivo, y quizá, sólo quizá lo sea.

IU-EB, los comunistas de siempre. Porque aún quedan comunistas y gente que se deja seducir por ellos. No muchos, desde luego, y más desde la aparición de los herejes trostkistas de Podemos, pero ahí están. La duda, la terrible duda de José Miguel Nuin no es ya si gobernarán o con quién, sino si en medio de tantas novedades conseguirá pasar la barrera de 3%, tener parlamentarios y sobrevivir, o si habrá que volver a la situación anterior a 1991. Eso sí, si existen se puede esperar de ellos que vayan con los que son como ellos, o ellos querrían parecérseles.

Grande en España, diminuto en Navarra. Parecido riesgo, a pesar de los esfuerzos, corre el PP. Cuando renació el partido en 2008, con José Ignacio Palacios de presidente de la Comisión Constituyente, las encuestas les daban un 9,1% de los votos y entre 5 y 6 escaños –antes de hacer nada- y subiendo. Bueno, algo sí habían hecho, por supuesto: además de organizarse habían renunciado en público a la herencia de Jaime Ignacio del Burgo en forma de Transitoria. Desde las siguientes decisiones madrileñas y desde el Congreso de 2009 todo fue en bajada. Muchas fuerzas se opusieron a Santiago Cervera Soto, presidente tras el Congreso de Refundación, empezando por su propio estilo. Tuvo que dimitir en 2012 por aquel caso de presunto chantaje al presidente de la CAN (y para esto lo mejor es leer al mismo Cervera en un artículo en Navarra Confidencial). Harto de todos ellos, el doctor Enrique Martín de Marcos ha vuelto en 2014 a la consulta. Y Génova, otra vez, ha mostrado su clarividencia nombrando al diputado europeo Pablo Zalba Bidegain presidente de la gestora y candidato a alcalde, y a Ana Beltrán candidata a presidir la Diputación. ¿El problema? Uno que UPN va a señalar sin cansarse: que si el PP no llega al 3% esos votos serán votos tirados. Si lo sobrepasan, existirán. ¿Serán además decisivos? Poco probable.

Ciudadanos, si se presenta, no tiene ese problema. No existen en Navarra, en realidad, pero hay muchas personas dispuestas a votarles por cansancio con «los de siempre». Lo han hecho bien, ya que con un programa cortito y básicamente progresista y de centroizquierda captan por imagen y sensación votos de derecha descontenta. Veremos si hay lista, porque David Sáinz –un candidato obvio ya que en el PP no lo quisieron- ha renunciado a ir con ellos por una cuestión de principios forales.

¿Y UpyD? Existió y avanzaba, pero la aparición de Ciudadanos los pone en un brete. Pueden ser votos tirados, porque es muy poco probable que lleguen al 3% y están teniendo su propia sangría de afiliados (aunque no como la del PP).

La versión local del PNV… Geroa Bai nació como prueba de una ilusión y de una decepción. Al desaparecer Batasuna y luego ETA, el cálculo de los jeltzales era hacerse porfin con el control del nacionalismo vasco en Navarra que perdierón… en 1936. Nafarroa Bai fue la prueba de que unidos les iba mejor. Pero están divididos, con batasunos y afines por un lado (en Bildu) y los de Geroa Bai de Uxue Barkos (y Daniel Innerarity, para que luego nos quejemos de variedad antiespañola en la Obra) con muy pocas esperanzas. Estarán, pero sin fuerza y seguramente sin ser decisivos. El perejil de casi todas las salsas, a la espera de una oportunidad.

¿Y Vox? Sin nombres, o con muchos de ellos, el partido de Santiago Abascal se ha coaligado con la Derecha Navarra y Española de Nieves Ciprés. A la vista de su programa sólo hay que desearles lo mejor; pero no han conseguido llegar a la gente, que no sabe ni que existen ni que se presentan, y no es momento de buscar culpas sino soluciones. ¿Les bastará inaugurar su sede? Y la lista-cremallera, sin ser pública, necesitaría un par de sorpresas llamativas y de rostros frescos para romper la barrera del silencio hacia ellos, en la que están de acuerdo UPN, PP y hasta UpyD y Ciudadanos… al fin y al cabo es mejor para los viejos partidos que los descontentos se queden en casa y no voten a los nuevos.

Han pasado años de esta democracia. En ella siempre, absolutamente siempre, el centroderecha ha ganado las elecciones forales. Sólo su división ha permitido que el PSOE, solo o en coalición, gobierne Navarra o como fuerza más votada o como resultado de una coalición. Y la izquierda, minoritaria, ha usado el poder para imponer su ideología, mientras que la derecha, acomplejada, se ha abstenido en general de hacerlo. Lo mejor de estas elecciones es que van a permitir ver con claridad qué políticos están ahí para beneficiarse y quién defiende de verdad unos principios; y quién lo hace bien, eficazmente, o mal, torpemente. Porque también eso importa para el futuro español de Navarra.

Pascual Tamburri

Pascual Tamburri Bariain
El Semanal Digital, 20 de marzo de 2015, sección «Ruta Norte».
http://www.elsemanaldigital.com/blog/candidatos-azar-lideres-imaginarios-mentiras–140976.html